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Los 'galácticos' del Telde Atlético

Un grupo de niños fundó en 1975 este club con la ayuda de Carmelo, luego masajista de la UD Telde, para competir en partidos oficiales

Una de las formaciones del Telde Atlético de 1975. De izquierda a derecha y de pie: Pepe Julio, Enrique Ojeda, Martel, Pedro Sánchez, Antonio, Ramón Loro, Carlos Blanca, Sergio Zurita, Junio Medina y Carmelo. Agachados: Miguel Fleitas, Fernando Castillo, Martel, Paco Andrés, Miguel, Luis el Rubio, Matías y Manolo. Su superioridad fue tan manifiesta que ganaron el campeonato de infantil con pleno de victorias, todas abultadas.

Así empezó una aventura en solitario de alumnos del colegio San Juan, luego rebautizado como Poeta Fernando González para conseguir su reto. Es esta su historia un ejemplo de esfuerzo, tesón, ilusión y decisión por luchar con lo que se desea. Como premio a tanto ahínco, la fundación del club Telde Atlético, de categoría infantil.

Han pasado 42 años y Enrique Ojeda Abrante aún mantiene vivos -con alguna laguna por el tiempo transcurrido- los recuerdos de aquel empeño de sus compañeros y él por "tener nuestro club federado para competir en la categoría infantil". Era uno de los componentes de aquel equipo que durante dos años, hasta que la UD Telde, después de haberlos rechazado al principio alegando que no podía mantener a un equipo filial, lo integró posteriormente. Y es que no poca demostración realizaron sus jugadores -una veintena de niños, según rememora Ojeda- de superioridad ante el resto de equipos infantiles, "a los que goleamos a todos y no perdimos ni un solo partido y por eso la UD Telde sí se interesó luego por nosotros".

Sin embargo, antes de meter tantos balones en las redes contrarias y mostrar su podería futbolístico, mucho tuvieron que andar para ser admitidos como equipo federado. "Nuestro principal problema es que para tener ese derecho debíamos ser mayores de edad y ninguno lo éramos, pero al final buscamos a Carmelo, que sí lo era y se convirtió en el presidente del club. Le acompañaban en la directiva José Antonio González, Tonono, que se había quedado rascado por no poder jugar al nacer en enero y ya había cumplido la edad, pero fue el entrenador, y José Julio González Santana, que era el delegado del equipo ante la Federación y los otros clubes".

Y no solo el balón empezó a rodar, sino la vida de este club sin presupuesto ni comodidades, pero un proyecto comunitario que tanto les costó y les costaría mantener. De hecho, Enrique Ojeda comenta con nostalgia que "cuando fuimos a jugar el primer partido no teníamos ni equipaje, que se compró pocas horas antes de disputar el partido. Estuvimos esperando en la parada de guaguas junto al parque Franchy Roca hasta que llegaron las cajas con los equipajes comprados en la tienda de deportes Stadium y coger la guagua de Ingenio para jugar en Carrizal". Pero eran independientes, ni los padres iban a verlos jugar, "porque no sabían ni dónde estábamos, pero no había problemas con nosotros, éramos muy tranquilitos", apunta Ojeda Abrante.

Los problemas económicos se solventaban con rifas, donde recaudaban fondos para continuar con su aventura deportiva, muchas veces eran monedas de a duro, con las que se llegaron a pagar, por ejemplo, las medias para jugar aquel primer partido. Fue el primero de muchos jugados durante dos temporadas con el nombre de Telde Atlético, donde salieron invictos con solvencia, no se sabe si por los bocadillos y refrescos que eran su comida, pagados la mayoría de la veces "por Carmelito, que fue también masajista de la UD Telde, una persona muy comprometida con el Telde Atlético".

Tal era asu compromiso que "también nos pagaba las guaguas, aunque después se terminó contratando una para desplazarnos a Ingenio, Carrizal, Vecindario, el Sur, pero también teníamos muchos partidos con equipos de Telde", apunta Ojeda, hoy propietario de Tasca Abrante, un negocio de restauración en el Barrio Húmedo, en el centro de Telde. Los recuerdos se agolpan mientras habla, no sin cierta emoción.

El Telde Atlético se lució en su primer año en la competición, donde ganó todos los partidos con arrolladora contundencia y ese hecho llamó la atención del Telde y al final, con unos acuerdos internos, se hizo cargo del equipo, que hasta hace poco tiempo seguía siendo filial de la UD Telde.

Y durante esos partidos, se puede encontrar más de una anécdota. Ojeda recuerda, por ejemplo, un encuentro en Valsequillo. "Estábamos jugando y de pronto saltó un conejo al campo y todos los jugadores y el propio árbitro dejamos lo que hacíamos para perseguirlo". También otra donde un jugador del equipo "quitó el banderín de córner para hacer el saque de esquina y el árbitro le sacó la roja".

La trayectoria del equipo se realizó siempre en un ambiente tranquilo, muy agradable, de compañerismo y muchos han mantenido luego la amistad, aunque las obligaciones profesionales y la vida de cada uno no les permite ya tener ese contacto de muchachos. Por eso, cuando la semana pasada coincidieron varios de ellos, se reunieron para recordar viejos tiempos y se pasaron un buen rato y con el deseo de repetir la experiencia más veces.

"Fuimos unos pocos, pero nos los pasamos estupendamente. Allí estábamos contando nuestras vivencias Antonio Santana Benítez, Luis el Rubio, que es de Tenteniguada, José Antonio González, Tonono, José Julio Santana y yo, Enrique Ojeda, que era el portero del equipo", repasa el propietario de Tasca Abrante.

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