Los fuegos de Melenara 'arrasaron' el sábado con el botellón que los menores pretendían celebrar al amparo del espectáculo, pero que la labor preventiva de la Policía Local evitó con la incautación de unas 300 botellas de bebidas alcohólicas, sobre todo de vodka barato y de garrafas de cinco litros con mezcla de ron con refresco.

De hecho, solo un menor fue atendido en el hospitalito por intoxicación etílica, una de las nueve incidencias que se registraron la noche del sábado. Las otras fueron dos adultos ebrios, dos atenciones por traumatismo, una crisis de ansiedad, dos dolores torácicos y una herida incisiva en un pie con una piedra. La afluencia de público, aunque disminuyó algo el número de asistentes, se cifra en cerca de 30.000 las personas que acudieron a presenciar el acto emblemático, no solo para Melenara, sino también para el resto de Gran Canaria.

Juan Martel, concejal de Seguridad, hizo esta mañana un balance del desarrollo del espectáculo pirotécnico celebrado en la playa, en el que dio su enhorabuena a la comisión organizadora de la fiestas, al tiempo que destacó la labor realizada por los cuerpos de seguridad -Policía Local, Policía Nacional, UPR, Guardia Civil del Mar, Intervención de Armas y Explosivos-, de Proactiva y Protección Civil para garantizar la tranquilidad de unas fiestas con asistencia multitudinaria y una operación salida de los vehículos que se saldó con nota.

El concejal, no obstante, lamentó que "miles de personas no pudieran llegar a los fuegos pese a las medidas dispuestas, pero unos porque pensaban que eran a la una de la madrugada o los que venían del partido de la UD Las Palmas y no lograron acercarse a tiempo, se los perdieron. Ha sido una pena".

Si la afluencia de público, algo menor que el año pasado, pero con una cifra significativa, es quizás el aspecto que más se suele destacar al finalizar los eventos, en este caso la labor preventiva de los policías locales para controlar el acceso de los menores a las bebidas alcohólicas también ha sido fundamental, según explicó Martel, para que no se produjeran borracheras o incidentes por esta causa. A este hecho contribuyó también que no se vendieran ni copas ni vasos de cristal, sino de plástico, lo que permitió controlar mejor la situación.

Así, según datos aportados por el titular de Seguridad, se incautaron 300 botellas con bebidas alcohólicas en diferentes formatos, desde las botellas pequeñas a garrafas de cinco litros que se intentaron colar en la fiesta. Algunos trucos usados por sus portadores, como enmascarar la bebida alcohólica con otra sustancia no coló, al disponer los agentes de un dispositivo que detecta el grado de alcoholemia en los líquidos y que chafó más de una estrategia adolescente. Además, policías de paisano vigilaban el cumplimiento de la ordenanza municipal y normativas respecto a la venta de bebidas espirituosas a menores, aunque el concejal indicó que los establecimientos las cumplieron.

No así algunos mayores, a quienes se les requirió su identificación al ser sorprendidos comprando sobre todo vodka a bajo precio para entregarlo a los niños. "Una vez informados de las normas se les indicó que si reclamaban las bebidas, se les aplicaría la legislación por prestarse a comprarlas a menores, pero nadie las reclamó para evitarse males mayores y ahora se depositarán para proceder, después del plazo estipulado, a su destrucción", añadió Martel. Incluso vecinos y padres de la zona agradecieron esta labor preventiva con los menores, "una labor que no tiene carácter recaudatorio, sino de concienciación", apuntó.

Juan Martel, también concejal de Transporte y Festejos, recalcó el óptimo funcionamiento del transporte público en la noche de los fuegos, tanto de las guaguas de Transporte La Pardilla, que reforzó con tres vehículos y otros auxiliares toda la jornada y que transportó a más de mil usuarios, como los taxis, que tampoco pararon de traer y llevar pasajeros por la carretera general al barrio. Eso desahogó más tarde, una vez acabado el espectáculo, que se inició 10 minutos antes de las 0.00 horas por la decisión de AENA, la operación salida de los vehículos,que tanto por las zonas norte y sur tuvieron mucha más comodidad para conectar con la autovía GC-1 gracias al dispositivo montado por la Policía Local, aunque ya se piensan en nuevas medidas para mejorar aún más esta operación.

Así, de las dos o tres horas que se tardaron el año pasado en salir de Melenara, en esta edición los conductores no tuvieron que sufrir tanta demora y en un tiempo prudencial lograron 'escapar' del enjambre en que se convierte el acceso al barrio costero en la noche de los fuegos.