Roque de Gando, cuyo presidente, Sebastián Henríquez califica de vergüenza la situación del inmueble, insta al grupo de gobierno "a trabajar por la ciudad y que ponga en marcha este edificio para darle un uso y no mantenerlo cerrado o lo que es peor, que termine cada vez en estado más ruinoso".
Pintadas, material amontonado, cristales y ventanas rotos, bloques, cemento, tablas, andamios y un estado de suciedad manifiesto es la escena que se puede observar desde una de las ventanas enrejadas abiertas de este edificio, pero lleva así años y ni en el anterior ni en el actual mandato nada se ha hecho. "Esto es una vergüenza, no se puede tener esta propiedad municipal de esta forma en el conjunto monumental de la ciudad", expone Henríquez, quien añade que "los políticos deben dejar de mirar solo el salón de plenos y mirar hacia este edificio, no se puede permitir más esta situación, vergonzosa para el municipio".
El presidente de Roque de Gando no solo reclama de las autoridades competentes una pronta resolución de un problema que cumple una década de desidia, sino que, además, insta al grupo de gobierno "a que no venga a tapiarlo, que les gusta mucho hacerlo, sino a darle un uso para atender a la ciudadanía". De hecho, argumenta que "se podría abrir solo la primera planta para ponerlo al servicio de los ciudadanos cuanto antes".
Sin embargo, la demanda del veterano político, concejal en varios mandatos, no será tan fácil de atender como cree. La razón, según fuentes consultadas, es que existe un litigio entre la empresa que realizó los trabajos de acondicionamiento del edificio con el Ayuntamiento, al que reclama el pago de sus servicios.
El conflicto hay que buscarlo en el mandato 2003-2007, cuando el grupo de gobierno presidido por el popular Francisco Valido decidió transformar las dependencias judiciales en oficinas municipales. La obra la logró una empresa teldense, que ejecutó los trabajos para adaptar el local a su nuevo cometido, pero el caso Faycán y problemas económicos obligaron a paralizar el proyecto. Pero no se había pagado lo realizado a la constructora, que reclamó sus honorarios, pero hasta la fecha.
