Los teldenses y los grancanarios devotos del Santo Cristo de Telde se citaron en la tarde de ayer en la basílica de San Juan de Telde para presenciar la bajada de la imagen más venerada del municipio. La basílica se hizo pequeña para los cientos de feligreses que participaron en el emotivo descenso del Santo Cristo desde la hornacina hasta el trono.

Tras la solemne eucaristía, que finalizó con la oración En la cruz está la vida de Santa Teresa de Jesús, todos en pie contemplaron cómo la imagen del Santo Cristo bajaba de su altar para acercarse a sus fieles hasta el próximo 22 de septiembre.

Enramada con más de un centenar de anturios rojos, la peregrinación de la obra del siglo XVI desencadenó los aplausos y elogios entre los devotos que abarrotaron la basílica menor de San Juan.

Los mayordomos son los encargados de bajar la imagen de la hornacina en un oficio que pasa de padres a hijos. Con cuidado y esmero descolgaron la imagen de origen mexicano de su morada habitual, la tradición estuvo acompañada de esporádicos aplausos de los devotos. Con un estilo tradicional con sogas y dos escaleras, el grupo realizó un descenso magistral. Dos se encargaron de sacar al Cristo de su hornacina y el resto de bajarlo lentamente hasta el presbiterio.

Ya en tierra firme y arropado por los sacerdotes, el Alcalde Perpetuo de Telde se desplazó por encima de las cabezas de los asistentes durante algunos minutos al ritmo del salmo y los vítores, en los varios Viva el Santo Cristo de Telde se mezclaban con los unísonos aplausos desde el atrio de la entrada del templo y se propagaban con intensidad hasta el altar, como si de una onda expansiva se tratara.

La imagen se instaló en el interior del trono móvil, una urna de cristal que deja al descubierto el pie de la cruz para que los creyentes puedan palparla mientras recitan sus plegarias. Una cola de devotos, armados de rosarios, estampas y besos aguardaban en una cola que alcanzó la plaza de San Juan.

Una vez que la multitud se disipó, la basílica cerró sus puertas. Ese fue el momento en el que el sacristán limpió meticulosamente las posibles huellas que pudiera tener la imagen, tras recibir a los múltiples fieles. Junto a él, un grupo de voluntarios le sacó brillo a la cruz plateada de la imagen para colocarla en el trono procesional.

En la basílica de Telde se celebrarán misas diarias a las 7.00, 10.00 y 12.30 horas hasta la subida el 22 de septiembre. Una fiesta puramente religiosa en la que participan creyentes de dentro y fuera del municipio, aunque más de uno llega desde islas vecinas. La imagen del Santo Cristo de Telde es la más venerada del municipio y a la que muchos procesan una gran devoción.

Una tradición en la que muchos fieles van para agradecer y volver a pedir al Cristo salud, sobre su familia o trabajo. Unos actos bonitos cargados de sentimientos pero en los que prima el recogimiento, la espiritualidad y fervor de sus feligreses en una de las pocas fiestas puramente religiosas de la Isla. El fervor se desatará en la basílica de San Juan.