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Entrevista a Francisco Mireles

"Hay gente en Telde con mucho talento, pero por desgracia se desconoce"

"El pregón se apoyará en tres pilares básicos: la historia, la arqueología y la antropología", adelanta el antropólogo, historiador y arqueólogo

El historiador y arqueólogo Francisco Mireles, el pasado martes en la capital grancanaria. TONY HERNÁNDEZ

¿Cuándo se enteró de que sería pregonero?

Hace unas dos semanas. Me llamó Juan Martell, consejero de festejos, y me lo comunicó. Me hizo mucha ilusión y acepté sobre la marcha, aunque tenía claro que era una gran responsabilidad. Por un lado es un honor que hayan pensado en mí, pero por otro asusta. Siempre se piensa que un pregonero es una persona más mayor, de más experiencia... Pero representar a tu barrio, tu municipio y que te hayan elegido entre tantas personas es una alegría. Yo soy de San Gregorio, he vivido siempre allí y mi familia también.

¿Eres fiel seguidor de las fiestas de San Gregorio?

Sí, claro, desde pequeño. Soy de San Gregorio, he vivido siempre allí y mi familia también. Ahora que trabajo en Las Palmas puede que caiga la fecha en día laboral, pero lo que suelo hacer es pedirme el día libre y así la suelo disfrutar. Por la noche un rato y por el día me acerco a la Iglesia, a los puestos de mercado, voy a los conciertos si se dan... Es una fiesta que me encanta.

¿Cómo tiene pensado hacer el pregón?

Voy a apoyarme en tres pilares. Yo soy historiador, arqueólogo y antropólogo, así que lo que haré es empezar haciendo un recorrido por algunos aspectos relevantes de la historia del barrio. Por ejemplo, comentaré que algunos historiadores como Pedro Hernández Benitez y Sebastián Jiménez Sánchez han sacado datos de que en los inicios del barrio, antes de la colonización, hubo un poblado prehispánico. Por otro lado haré un seguimiento del apellido Mireles, un apellido muy vinculado a Telde desde el s. XVI. A partir de ahí arranco con una serie de anécdotas de cuando era pequeño, en torno a mi familia, mi calle, mis vecinos, mis maestros... En el fondo es un pequeño homenaje a esas personas anónimas, desconocidas, con las que has compartido vivencias y que te han enseñado, te han conformado como ser humano, que te han inculcado los valores y una forma de ver la vida. Yo he sido historiador al final por las influencias de mis maestras del colegio. También mencionaré el papel de las vecinas, que montaban redes de apoyo y se movilizaban entre ellas para hacer cosas, ayudarse, etc. Esas redes de apoyo son elementos interesantísimos, elementos de estudio, que creo que se siguen dando.

¿Cuál es su percepción sobre Telde a través de todos estos años?

Creo que ha crecido mucho, ese es uno de los factores más interesantes del desarrollo teldense. También la inclusión de personas venidas de otras áreas; tanto de otros municipios, como las medianías por el tema de la agricultura, como personas de otras nacionalidades. Creo que es un pueblo integrador, Telde siempre fue el gran foco o tubo de ensayo de esa integración de personas diferentes. Es una sociedad pluricultural que acoge gente de fuera. A nivel poblacional Telde tiene ese factor, tiene esa percepción de vecindad muy marcada.

¿Qué opina en los aspectos cultural, económico y político con respecto a otros municipios de la Isla?

Ahora mismo hay dos grandes sectores; el de costa y el más interior. Es un municipio con una población con alto índice de paro y problemática social y económica muy fuerte, y eso, a su vez, ha repercutido mucho en el área cultural. Los servicios sociales centran los esfuerzos y el presupuesto en el resto de las áreas. Telde tienen un alto potencial a nivel cultural, pero no se ha llegado a su máxima explotación y rendimientos. No se le ha sacado todo el partido posible, sobre todo a nivel patrimonial, que es la que más he manejado yo. Hay sectores económicos pocos favorecidos que lo pasan muy mal, la incidencia ha sido muy fuerte y cultura lo ha resentido por ese aspecto. Han habido otros buenos periodos. Antes de la crisis donde había un mayor movimiento cultural, pero después parece que no hemos salido todavía de ese mal trago. La cultura siempre es el último eslabón en el que se piensa, se van usando los recursos a otros aspectos prioritarios y por eso queda mucho por hacer.

¿Qué podría hacerse para mejorar la situación?

Conseguir reactivar los movimientos ciudadanos, pero claro para reactivar hay que apoyar y muchas veces el apoyo pasa por una serie de cuestiones económicas... En Telde tenemos muchos talentos. Un ejemplo es Rayco Pulido, que ha recibido el Premio Nacional del Cómic 2017 por Laima. Hay gente con mucho talento, pero desgraciadamente se desconoce. Quizá es por el propio carácter canario. En otras comunidades autónomas hay mayor marketing, pero el canario no explota tanto ese carácter regional. O ellos no se consideran o no tenemos esas redes de publicidad o apertura. Pero aquí hay actores y actrices, pintores y pintoras, cantantes, diseñadores... Los medios de comunicación deben buscar e indagar y ver que hay personas que merecen la pena ser conocidas.

Centrándonos ahora en usted... Comentó que tiene tres profesiones.

Sí, estudié Historia, y antes de eso ya estaba interesado por la arqueología. Estuve trabajando 15 años en ese ámbito, hasta que salió una plaza en el Cabildo, en concreto en la Fedac, y a partir de ahí mi currículum fue tornando a lo antropológico. Creo que es un sector súper importante para la sociedad, aunque todos me preguntan para qué sirve [risas]. En un mundo donde el mercado es lo que prima se busca el rédito económico y los antropólogos parece que tenemos poco encaje. Afortunadamente en proyectos de desarrollo, estudio sociológico, la publicidad, la antropología médica.., hay más aceptación porque através de la antropología, de la técnica cualitativa, te acercas a lo que el ser humano piensa, siente y actúa y sabiendo esto consigues muchos cambios. Un ejemplo que leí hace poco, sobre antropología sanitaria, trataba de un proyecto sobre comunidades emigrantes del África Subsahariana en Cataluña con el tema de ablación de clítoris, como a través de las campañas de conciencia y empoderamiento hacia muchas mujeres de inmigrantes en Cataluña se aprovecharon las redes de contacto que tenían en los países de origen, Mali Gambia, etc, para que ellas instruyeran a su vez a mujeres y niñas de todos los aspectos negativos de este tipo de practica, sin romper todo el símbolo y el ritual que existía detrás de llos. No se pretende un cambio cultural, sino que no se practique esa practica quirúrgica. Es un rito muy importante en grupos étnicos porque representa el paso de la niña a la pubertad, pero es una practica que va contra el ser humano, esta recogido por todos los colectivos, las naciones unidas... Lo que subyace en estas tribus es una profunda estructura patriarcal, que aunque las madres y las abuelas inducen a las niñas a realizar estas prácticas, pero la visión política y social está fundamentada por el poder masculino. Y la antropología llegar a los canales perfectos para conseguir una serie de cambios en las familias y en estos sectores. A veces son cambios imperceptibles, lentos, pero importantes.

Creo que el caso de las oblación de clítoris está claro el cambio que se busca, pero en otros aspectos a debate de la sociedad ¿Cómo saber qué es lo correcto? ¿Qué cambios deben hacerse?

Ciertos temas que se caen por su peso, hay que seguir las leyes fundamentales del ser humano. El resto se somete a debate, y evidentemente hay diferentes posturas. Las fiestas de toros, por ejemplo. Los animalistas lo ven como un acto salvaje, entonces hay que ver cómo seguir con la tradición de la fiesta sin que haya tortura animal, para intentar contentar al máximo número de gente, pero siendo coherentes con la integridad humana. Siempre hay debates polémicos, pero ahí está el reto también. Las cosas fáciles no tienen reconocimiento, lo importante es hablar, intentar llegar al consenso. La antropología tiene un papel fundamental. Hay cosas que van despacio, pero las luchas siempre hay que mantenerlas. Nunca pensar que ya están conseguidas, porque en cualquier momento se puede dar un paso atrás.

¿Le parece que Telde es una ciudad abierta?

Bueno, En el pregón incido un poco cómo cuando yo era pequeño veía segregación por géneros. Bares donde las mujeres no podían entrar solas, o incluso acompañas de otras mujeres. Pero en la actualidad, todo depende. Es una pregunta que parte de la consideración de que Telde es una sociedad, pero Telde es muy grande y está formado por muchos grupos. Yo no percibo una sola sociedad unitaria en Telde.

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