Más de 10.000 kilos de sardinas podridas aparecieron el fin de semana arrojadas en las inmediaciones de los barrancos de Tufia y Real, según pudieron constatar los agentes de la Unidad de Medio Ambiente de la Policía Local de Telde que se desplazaron a ambos enclaves. Allí los dos miembros de esta unidad policial se encontraron esparcidas por el terreno unas 700 cajas de color blanco que contenían ese pescado no apto para el consumo por su pésimo estado.

Las cajas, que al ser tiradas sin ningún tipo de miramiento, muchas de ellas mostraban su contenido y causaban un importante impacto visual en la zona, fueron retiradas por los operarios de Recogida de Residuos Sólidos del Ayuntamiento de Telde, quienes las trasladaron el domingo al vertedero de Salto del Negro.

Eloy Santana, concejal de este área, indicó ayer que "el domingo tuvimos que realizar varias gestiones para proceder a la retirada de esas más de 10 toneladas de pescado encontradas en ambos barrancos y enviarlas a Salto del Negro al ser el único vertedero que abre los domingos al tratarse de desechos orgánicos podridos".

El titular de Limpieza Viaria, Recogida de Residuos Sólidos y Reciclaje lamentó que se produjeran atentados contra el medio ambiente como éste, al tiempo que indicó que su publicación en redes sociales puede suponer "una dificultad mayor para la Policía Local para encontrar a quienes lo han cometido".

Precisamente en esa labor se encuentran desde el descubirmiento de ambos vertidos ilegales los agentes destinados a la Unidad de Medio Ambiente, según alegó Juan Martel, concejal de Seguridad de la administración local. "La policía medioambiental está investigando y siguiendo pistas para localizar a los autores de este atentado ecológico en el municipio".

Martel indicó que por los datos que poseen esta enorme cantidad de sardinas podridas procede de los Balcanes, en concreto todo indica que de Croacia, aunque las pesquisas continúan abiertas. Según las mismas pesquisas, fue una empresa radicada en la Península la que vendió este lote de sardinas congeladas a un cliente isleño.

El titular de Seguridad del Ayuntamiento de Telde se acogió al secreto de las investigaciones para no desvelar datos sobre el comprador de esta partida de pescado en Gran Canaria para no entorpecer la labor policial. "Los agentes están indagando a partir de saber qué empresa vendió estas 10 toneladas para encontrar a su comprador y cómo han terminado pudriéndose.