Una empresa, presumiblemente radicada en el municipio de Telde, aunque no se descarta que tenga sus domicilios social y fiscal en Las Palmas de Gran Canaria, es la hipótesis que maneja la Policía Local en su investigación sobre el autor o autores del vertido de 10.000 kilos de sardinas podridas en el barranco Real y en el de Tufia.

La Unidad de Medio Ambiente, formada por dos agentes, inició sus pesquisas desde el pasado sábado, una vez fueron avisados de los vertidos ilegales en ambos barrancos. Después de la retirada de las más de 700 cajas que contenían el pescado en mal estado y descongelado por el servicio de recogida de basura del Ayuntamiento de Telde el domingo, que las transportó a la planta de tratamiento de residuos sólidos de Salto del Negro, toda la atención se centra en averiguar quién o quiénes son los autores de este atentado ecológico en el municipio.

De su trabajo se conocen ya algunos datos, aunque desde fuentes municipales se indica que no se puede avanzar nada para no entorpecer su investigación, ya que podría poner sobre aviso a los infractores de unos de los vertidos más importantes de los últimos meses en Telde. No obstante, otras fuentes consultadas señalan que las 10 toneladas de sardinas procedían de Croacia y fueron compradas por una compañía ubicada en Gran Canaria a una empresa de distribución de la Península.

La magnitud del encargo, esos 10.000 kilos de sardinas congeladas repartidas en más de 700 cajas de cartón de color blanco abren una pista sobre su comprador. "No puede tratarse de una empresa pequeña porque ninguna pescadería podría abarcar tanta cantidad", apuntan las mismas fuentes, que descartan esta posibilidad. La labor de rastreo por el municipio por la Unidad de Medio Ambiente tampoco presupone, añaden, que se trate expresamente de una empresa del municipio aunque es la hipótesis más barajada.

Empresa de actitud incívica

Otro dato en los que se basa la investigación, comentan las fuentes consultadas, es la forma de proceder del autor o autores del ataque al medio ambiente perpretrado durante el fin de semana. En este sentido, las mismas fuentes indican que el vertido de esa ingente cantidad de pescado podrido en parajes naturales no es propio de una empresa de prestigio y con una filosofía comercial y de gestión respetuosa con el entorno natural.

De momento, los dos agentes de esta unidad de policía medioambiental no descartan ninguna posibilidad en una investigación que realizan con los medios de los que disponen. Aunque en principio, al tratarse de un ataque al paraje natural se pensó que el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil se encargaría de las pesquisas, desde la Benemérita se indica que es la Policía Local de Telde la que realiza la labor de esclarecimiento de estos hechos, denunciados por las redes sociales por un vecino.

Un trabajo que se suma a su habitual vigilancia de un territorio como el de Telde, el tercero más extenso de Gran Canaria con sus poco más de 102 kilómetros cuadrados y una orografía que dificulta su tarea por evitar la proliferación de vertidos ilegales en el municipio. La unidad, creada en este mandato, ha logrado varios éxitos.