"Carlos Ramos vive en los versos que dejó", escribe en el prólogo de Tomo Uno. Poesía. 1976, el poeta Ángel Sánchez sobre Carlos Ramos (Telde, 1957-1979), un poeta cuya obra y figura corrían peligro de desaparecer con el paso del tiempo y que un grupo de sus amigos han salvado del olvido.

La biblioteca Saulo Torón, en el parque urbano de Arnao, acogió ayer un acto pensado en clave cultural, pero que fue más allá y se convirtió en un emotivo y sentido homenaje al poeta teldense Carlos Ramos Ramos (1957-1979). La presentación del primero de los cinco tomos de la colección Biblioteca Carlos Ramos fue una evocación de la figura y obra de un joven vitalista, alegre, de un niño grandecomo lo ha defnido su amigo y también poeta Javier Cabrera, encargado de la selección de los textos que se incluyen en este primer volumen, el inicio de un proyecto editorial que se pretende financiar con la venta de los 250 ejemplares de esta edición.

Alfonso Crujera, artista visual; el escritor Rafael Franquelo; Javier Cabrera y con el escritor Julio Pérez como moderador recordaron la risotada poderosa de Carlos, su ansía por aprender y leer todo lo que cayera en sus manos.

Asimismo, se evocó su ilusión por la vida, sus ganas de llevarse bien con todos lo hacían una persona especial y vulnerable hasta que no pudo más y su existencia se apagó con solo 22 años. Pero vive en sus versos, un ácido recuerdo como señala en su texto Sánchez.

Pero la presentación del primer tomo tuvo más sonrisas que lloros, más esperanza que desasosiego para hacer un rendido tributo al joven en que el prologuista observa "el maridaje entre la semilla rebelde y alquimista de Rimbaud, y el aliento perturbado de la Pizarnik tan sólo podía salir un inocente irrepetible, cuyas espaldas nosoportaron el peso de las cadenas de tanta ilusión desvanecida".