La jueza ha tomado la decisión provisional, tras los diez meses en los que el matrimonio de Jinámar se encontraba separado de sus hijos, de devolverle a las cuatro niñas que ingresaron el pasado diciembre de 2016 en un centro social de menores. El niño, que nació el 21 de diciembre, había permanecido en la incubadora del Hospital Insular hasta llegar a la etapa de lactancia, en la que se le entregó al matrimonio sin la custodia.

Después de los meses de separación, algunas de las condiciones para que se diese esta resolución favorable que uniría a la familia eran, entre otras, mantener un sueldo estable y mejorar el estado interior de la casa. Lo primero se ha cumplido, ya que el padre conserva su trabajo en la empresa Ralons, en donde firmó un contrato indefinido y recibe un sueldo mensual de 1.000 euros que le permite mantener a su familia económicamente, asegurado por el presidente, Miguel Ángel Ramírez.

Con respecto a la segunda condición, la colaboración de diversas empresas privadas han sido de un ayuda esencial para reparar las zonas más estropeadas de la casa como la cocina y el baño. La Clínica Gara aportó 2.000euros para la restauración y la adquisición del material necesario para las obras. Ahora la casa goza de nuevos espacios y muebles y un hábitat propicio para el cuidado de los niños.

Por otro lado, la madre de la familia no puede más que dar las gracias por toda la participación y asistencia recibida, y ha comenzado a acudir al Programa de Planificación Familiar impartido por Radio Ecca para aprender a gestionar mejor los posibles contratiempos familiares, además de dedicarse en exclusiva al cuidado de sus cinco hijos. Ambos progenitores se sienten muy agradecidos por todos los esfuerzos, buenas palabras y auxilio que han obtenido solidariamente y por ver, por fin, a sus cinco vástagos de vuelta al hogar, reformado y con un mejor ambiente.

Sin embargo, el deber por mantener la unidad es constante y comenzó hace meses. Los técnicos de servicios sociales son conscientes de que es un trabajo progresivo y la reintegración de los menos debe realizarse de manera paulatina y con paciencia. Por ello, los progenitores asistían diariamente a los centros de menores donde residían las niñas para mantener un contacto directo, y de forma gradual se permitieron ciertas concesiones como la estancia de las niñas en la casa durante los fines de semana, entre otras cosas.

"Excelentes padres"

De esta manera, y mediante las ayudas recibidas de externos como la actuación de los vecinos de Jinámar, que se movilizaron desde el principio para que el matrimonio recuperara a sus hijos en el menor tiempo posible, la visibilización del caso que procuró la prensa y la financiación de empresas privadas, además de todos los esfuerzos del matrimonio por cumplir con las condiciones de la jueza, han hecho posible un final feliz para esta familia que por fin vuelve a estar unida.

El comisionado por la Inclusión Social y la Lucha contra la Pobreza del Gobierno de Canarias, Santiago Rodríguez, también formó parte de la lucha de esta familia por mantenerse unida. Sus declaraciones de hace unos meses constaban que el caso de este matrimonio en la pérdida de sus hijos suponía "un caso claro de pobreza y exclusión social concerniente a todos" por el que había que luchar y dar parte para que no se volviese a repetir en ninguna otra familia.

Así mismo, admitió, tras charlar con el matrimonio, que se trataban "de unos excelentes padres" y que, a pesar de que ellos se sentían arrepentidos y concebían merecer un castigo, en ningún momento se trataba de una familia desestructurada. "Es una familia que vive en la pobreza severa, esa es la situación real de estas personas, a quienes se les tuvo que atender antes. Tenemos que tener oficinas competentes a donde acudir, sin hacer el circuito de administraciones, sino recibir información veraz, eficaz y eficiente que en un solo acto resuelva su situación", fue una de las declaraciones del comisionado hace unos meses.

En la misma línea, los vecinos del Valle de Jinámar, donde vive esta familia, alabaron en su momento la labor paternal del matrimonio, alegando que no podía considerarse que las niñas, que no estaban escolarizadas ni apuntadas en el registro civil, estuviesen ocultadas por sus padres. Todo lo contrario, los vecinos expresaron que los menores salían a la calle e incluso hacían excursiones al sur con sus padres. De esto modo, las declaraciones y la recogida de firmas por los vecinos para ayudar a este matrimonio, agilizaron de alguna manera el proceso por la recuperación de las niñas.

Aún así, es importante recalcar que la custodia de los menores continúa en potestad del Gobierno de Canarias y que la jueza aún no ha dictaminado una resolución final sobre el caso. Por el momento los niños permanecerán en la casa con sus padres de forma provisional. Los servicios sociales acuden con regularidad a la unidad familiar para estudiar que las condiciones familiares sean estables y acordes a las condiciones impuestas. Durante unos meses el hogar familiar será el punto de mira, y se esperará un buen comportamiento, interés y y esfuerzo por parte de los progenitores.