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El primer teldense en el Galdós

Rafael García Quintana, de 92 años, es miembro del grupo folclórico Gran Faycán, lleva más de 70 años cantando y llegó a codearse con cantantes como Mari Sánchez

Rafael García Quintana, durante una actuación en Telde. YAIZA SOCORRO

Con una larga trayectoria en la música, Rafael García Quintana, se inició con 18 años y ahora con 92 sigue causando admiración cuando se le oye cantar. García Quintana se ha codeado con cantantes de la música popular de la calidad de Mari Sánchez o María Mérida, además de ser amigo de Néstor Álamo y de otros compositores e intérpretes.

Lleva con mucho orgullo ser "el primer teldense que actuó en el teatro Pérez Galdós", primero con María Mérida y posteriormente con Mari Sánchez, siempre con éxito y con un público entregado a una potente voz que cantaba isas, folías, malagueñas y los boleros de Antonio Machín, temas que todavía forman parte de sus actuaciones. Recuerda que tal era su virtuosismo con los boleros que más de uno le preguntaba si él era Machín, ya que sus interpretaciones atrapaban a los espectadores sobremanera.

"Siempre he tenido una voz con la que no me ha hecho falta usar micrófono para que se me escuchara", apunta García Quintana, quien también sabe tocar el timple y la armónica. Cantante autodidacta, dice que tiene a quién salir: a sus padres. "Mi padre tenía muy buena voz y mi padre era muy bueno con los puntos cubanos, las décimas y las isas y aprendí mucho con él. Me gustaría conocer a Yeray Rodríguez, que canta también los puntos cubano y las décimas para que se lo enseñe a los niños tal como eran hace un siglo o unos 40 años y evitar que se estropeen con cambios, ya que son muy bonitos sin que les cambien nada".

Nacido el 1 de junio de 1925 en la cuesta del Valle de los Nueve, cuando cumplió 16 años se alistó como voluntario para hacer el servicio militar en el Castillo de Mata, pero como no tenía la edad suficiente, lo destinaron a la banda de música militar. Allí hizo sus primeros pinitos en la música al ser "cornetín", pero su verdadera escuela musical fue en el bar del luchador Justo Mesa, ubicado en la esquina de la calle General Franco -hoy Primero de Mayo-, donde conoció y "aprendí muchísimo con Isabel Espino, que fue la primera cantante que grabó el 'Arroró'. Cantaba tan bien las malagueñas que a Justo Mesa y a los demás se nos saltaban las lágrimas". Eran los primeros años de la década de los 40 del siglo XX y la pasión por la música popular no abandonó nunca a Rafael García Quintana. Un cantante que ganó dos premios en Las Palmas de Gran Canaria, uno el parque San Telmo y otro en la plaza de Santa Ana.

Empezó después a trabajar de chófer y lo compaginó con su participación en varias rondallas, donde interpretaba todos los cantos canarios y también los boleros de Machín, con los que cosechó bastante éxito. Recuerda su paso por la Apostólica y por Tamadaba, "la de mastro Juan el Colao, no la de ahora, que ya no es lo mismo", pero sobre todo, su experiencia con dos grandes de la música canaria, María Mérida y Mari Sánchez. "Estaban también Casimiro Camacho y Andrés Macías y me acuerdo que María Mérida me decía que le gustaba mucho como cantaba; me gustaría volver a verla para que hablemos de música y a ver si le sigue gustando cómo canto", añade.

También rememora que estuvo en el Real Club Victoria y que "todo el Pérez Galdós se levantó para aplaudirnos". Guarda también especial recuerdo para Elías el Manco, quien cantaba muy bien los puntos cubanos y se los enseñó o sus actuaciones en Teror, con Antoñita la Cubana. "Era una maravilla cantar con ella en Teror, con muchísima gente en las actuaciones".

A pesar de esta dilatada experiencia musical, lo que siempre tuvo claro Rafael García es que "no podía dejar el trabajo por los cantos" y siguió compaginando su afición con su labor profesional. Ya jubilado no se volcó con la música porque, recuerda, tuvo problemas de salud por una úlcera. Pero una vez repuesto asegura que "ahora canto mucho mejor que antes porque ya no fumo y tampoco bebo, son dos cosas que no hacen falta para nada". Entró en Gran Faycán, la agrupación folclórica del centro de mayores de Telde, donde ensaya los miércoles y viernes por la mañana y actúan en fiestas, romerías y donde se les llame.

Su voz no parece la de un hombre nonagenario, pero le queda la magua, la pena de no haber grabado algún disco durante su trayectoria porque los medios de la época en la Isla no lo permitían y había que salir a la Península a grabar y eso no era barato, precisamente. Puede que la grabación de un disco por Gran Faycán le dé esa oportunidad, pero no depende de su iniciativa.

Aunque reside en Telde, un municipio con un gran número de agrupaciones folclóricas, García Quintana es muy crítico con la forma de interpretar la música y bailes canarios. Sobre todo le enfada que "haya interpretaciones a dúo, una moda que Néstor Álamo decía que la trajeron los mejicanos y que han estropeado la música canaria. Si él resucitara y viera cómo se interpretan sus canciones se volvería a morir". Argumenta que solo en Lanzarote, Fuerteventura y La Graciosa se conserva la tradición tal como es, "pero cuando enciendo la televisión y veo algunos programas folclóricos, cambio de canal". Le apena que no se sea fiel a la pureza de lo canario, que no se enseñe a los más jóvenes cómo se cantaba y bailaba antes, "me desconsuelo cuando veo a niños con buenas voces, pero que luego metan la pata por estos cambios, sin que nadie les oriente".

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