La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Emprendimiento como salvación

Juan Soto Sánchez perdió su trabajo como gestor de recursos humanos a los 50 años tras la llegada de la crisis, pero su bajón laboral le impulsó a emprender y publicar un libro

8

Juan Soto Sánchez, emprendimiento como salvación

"Todos tienen miedo al zorro, hasta que aparece el león", catapultó en una frase el innegable sentimiento de temor a lo desconocido. Para Juan Soto Sánchez, vecino de San Gregorio, el temido zorro es todo aquello que no nos atrevemos a enfrentarnos por miedo a lo que pueda salir mal, miedo al "¿qué pasará?" y al emprendimiento. Pero cuando aparece el temido león de los imprevistos, que arrasa con lo que uno ya tiene construido a base de pequeños pasos seguros y lentos, ese zorro se ve insignificante y entonces el rumbo de las cosas adquiere un nuevo significado.

Así explica este emprendedor su experiencia al quedarse sin trabajo, rozando sus 50 años, con la llegada de la crisis. "No sabía qué otro trabajo me iba a contratar siendo ya tan mayor y habiéndome dedicado a una sola cosa", confesó. Un panorama desalentador y difícil de paliar, pero que por suerte no pudo con sus ganas de luchar. Al contrario, le impulsó para salir adelante y encontrar una salida. Seis años después, Soto Sánchez tiene un libro recién publicado y a la venta en Amazon, mira hacia atrás y entiende el significado de la vida. "Cambiaría muchas cosas de mi pasado", admite el autor de Razones para ser mejor, un libro que recoge 13 cuentos y un relato, todos para adultos que tratan temas de injusticias, maldades y defectos de los seres humanos.

Su objetivo es hacer reflexionar a los lectores y dirigirlos por el camino de ser mejores personas. "La moraleja en general es ver la vida en positivo y convertirnos en mejores personas para nosotros, y para los demás". Y de hecho, por ahí ha ido su salida profesional tras el paro laboral, puesto que se dedica a la consultoría ayudando a personas que pudieron estar en su situación a emprender y sacar adelante un negocio que les apasiona. "Me di cuenta de que muchas personas lo habían pasado tan mal que yo, o incluso más, y si de alguna manera podía ayudar, así sería."

La crisis económica fueron palabras mayores. El país se enfrascó en un ambiente desolador, donde la esperanza y las ilusiones se iban a pique para los grandes y pequeños que componían el bienestar estatal. Empresas en bancarrotas, subida del paro y cero recursos económicos. Un descontento general creció hasta convertirse prácticamente en existencialismo.

¿Y ahora qué? La pregunta que asolaba en todos los rincones. Desde esta dolorosa perspectiva, Juan Soto Sánchez, trabajador como gestor de recursos humanos durante más de treinta años en un negocio relacionado con las telecomunicaciones, se encontraba estupefacto, sin trabajo, sin "plan b" y sin saber qué hacer ni cómo afrontar los años venideros. "Toqué fondo", confiesa, puesto que una serie de experiencias personales se unieron al remolino que había traído consigo la crisis. "Trabajé durante 30 años en el mismo trabajo, contento y sin esperar que nada malo fuera a suceder", confesó Soto. De sopetón se encontró sin nada, sin la comodidad de un trabajo que había conseguido nada más acabar sus estudios de Ingeniería Técnica en Telecomunicaciones, y en el que había permanecido durante toda la vida.

Un sueldo estable y una ocupación más o menos del agrado de uno mismo hacen que la vida pueda ser, sino maravillosa, agradable, pero cuando los imprevisto surgen el shock paraliza la mente. Sin embargo, en ese momento Soto Sánchez empezó a escribir sobre sus propias experiencias, sobre sus reflexiones y pensamientos. "Edulcoré esas historias que a mí me habían ocurrido poniendo de protagonistas a animales o seres extraños, y así explicaba de manera diferente y sin hablar directamente de mí", explica sobre el contenido de su libro, que es una recolección de todos esos cuentos que escribió a lo largo de siete años. Un resumen de sus últimos años aprendiendo a salir hacia delante.

"Un amigo mío leyó mis historias y prácticamente me forzó a publicarlas porque decían que eran muy buenas", cuenta riéndose. "Al final me animé y recopilé todos esos relatos que había estado escribiendo durante tanto tiempo. Fue facilísimo." De hecho, mediante la plataforma de Amazon no hace más que registrarse y establecer un precio de venta. Soto vende su libro por menos de cinco euros, puesto que más que buscar beneficios busca una respuesta positiva. "Saber si a la gente le gusta o no, y si les ha servido de algo mis reflexiones sobre la vida."

Con 56 años se ha dado cuenta de todo lo que ha cambiado el pensamiento en cuanto al futuro. "Cuando yo era joven te decían que si estudiabas conseguirías trabajo y serías un hombre de provecho", y así era, admite el que ahora es jefe de sí mismo y ayuda a otras personas a salir adelante y llevar a cabo sus propios proyectos, sueños e ilusiones. "Eso no se lo puedes decir ahora a nadie porque mientes, por estudiar no consigues trabajo tan fácilmente." Por ello considera que el futuro está en el emprendimiento, en la originalidad y en el trabajo duro. "Está claro que hay profesiones que van a desaparecer del mapa, pero también van a crearse muchas nuevas."

En el momento en el que se dio cuenta que el futuro no estaba escrito, decidió salir adelante con los conocimientos adquiridos en su antiguo trabajo. "De algo me habrá tenido que servir todo este tiempo", pensó en un intento por salir adelante. Y así fue. Sus conocimientos sobre marketing general, y en específico el marketing digital, temas que, además, le apasionaban, fueron el motor para impulsarlo a crear algo nuevo desde la nada; su nuevo proyecto Duando, una consultoría para aquellas personas "sin recursos", pero con talento y ganas de continuar con su vida tras los años de crisis. Gente con ideas pero sin saber cómo convertir estas en negocios. "Comencé ayudando a mis amigos y conocidos de forma altruista a mejorar su imagen y la de su negocio". Páginas webs, tarjetas, redes sociales... Soto se enfrascó en ello y poco a poco consiguió clientes fieles. "Cuando vi que funcionaba empecé a cobrar, pero muy poco", admite. "Primero cinco euros al mes, luego 15, 20, 25..." El negocio va bien y por ello, Juan Soto no para de pensar futuros proyectos y formas de seguir emprendiendo, no sólo por él sino por su nueva pandilla que componen sus clientes, "están encantados, y yo también", admite orgullo por todo el trabajo recorrido y los frutos recogidos.

En definitiva, Soto quiere transmitir a los demás la importancia de confiar en uno mismo y en sus ideas. "Creo que hay que buscar ser mejor persona para ayudar a los demás, y a la propia sociedad."

Compartir el artículo

stats