Hace casi 80 años que terminó la Segunda República española y comenzó la dictadura franquista.
Para algunos una victoria, para otras una dura derrota. El país, que ya estaba dividido por la guerra, entró de lleno en una época en donde, entre gritos y gritos, los españolitos acumulaban rencor y sangre a partes iguales. Desde que llegó la democracia han cambiado mucha cosas, y otras muchas se han quedado igual. El carácter y la idiosincracia del país sigue siendo la misma, y no se olvida la memoria histórica. De hecho, muchos han sido los historiadores que han querido relatar los años la segunda república y de la dictadura, algo que ahora los jóvenes consideran ciencia ficción aun sabiendo son historias basadas en hechos reales.
Y de esos libros, en donde se habla de misera y hambre, de ideologías y militancias, Ángel Escarpa , madrileño afincado en Canarias desde hace 18 años, hace un mercadillo de la mano de Izquierda Unida Canaria en Telde hoy de 10.00 a 14.00 horas. Escarpa, un hombre que nació en plena guerra civil y que se ha mantenido activo en los grupos comunistas desde que tiene uso de razón. "Mi padre luchó en el bando republicano", cuenta y aunque pueda conocer sobre esos años gracias a su progenitor, Escarpa posee suficiente información en sus libros.
Su trayectoria es larga, por eso quiere aprovechar este encuentro para que cualquier interesado le pregunte sobre cualquier tema relacionado con la politica de izquierdas. "Estuve militando en el Partido Comunista en el año 1977, pero duré muy poco porque como republicano que soy no me parecía bien que diesen el voto a la constitución del 78", explica Escarpa.
Nacido el 1 de marzo de 1937 ha pasado por varias etapas históricas de España, pero admite que "viví la dictadura como cualquier otro ciudadano, porque estaba empleado al cien por cien en mi profesión". Un librero con corazón y alma. "Sí que acudía a manifestaciones y huelgas como acto solidario a los obreros, pero en principio me mantuve más al margen."
Entre libros y libros. "Vendía en el rastro de Madrid, estuve ahí 38 años, y también tenía mi propia librería". Esta bautizada con el nombre de uno de sus autores favoritos, también víctima de la represión que trajo la guerra entre los españoles de un bando y de otro. "Hambre y cebolla", escribía Miguel Hernández encerrado en una celda en los últimos años de guerra. Y de sus libros y poemarios tiene Escarpa varios a la venta en el mercadillo.
Entre los títulos observamos piezas de libros escolares típicos de estas épocas, biografías de militantes y ensayos históricos. Tampoco le faltan otros objetos de valor que trae sólo para la exposición; imanes con símbolos de la república, banderas, escudos y firmas de famosos escritores como Vallejo o Alberti. Incluso de Forges tiene un cómic dedicado en donde reza "que este libro sirva sólo para hacer reír." Orgulloso observa la cantidad de objetos como memoria de su vida, y de las vidas pasadas que le precedieron. Ha luchado por la libertad, e incluso en relación a su negocio tuvo que pasar un tiempo en la cárcel. "En el 80 se editó la versión española de El libro rojo del colegio, así que yo y otros dos libreros fuimos encarcelados por venderla", rememora el librero. "Sin embargo, a partir de ahí creamos un comité a favor de la libertad de expresión que tuvo muchísima repercusión en varios estados del país, en especial Cataluña", cuenta orgulloso. Con tantas experiencias, formadas entre las paredes de su librería, se siente nostálgico al pensar en aquellos años. "Tuve que prejubilarme y cerrar la tienda en Madrid porque la implantación de grandes superficies mató a los pequeños negocios como el mío."
Ahora, todos esos libros los guarda con cariño en su casa, y algunos de ello, tan antiguos como la época de los 20 y 30, los vende en este mercadillo para todo aquel que le interese el mundo del comunismo.
