Los empresarios turísticos arremetieron ayer contra el consejero de Obras Públicas, Transportes y Política Territorial del Gobierno de Canarias, Domingo Berriel, al que acusaron de hacer "demagogia" por afirmar que los promotores cuentan con autorización para construir más de 400.000 camas en suelo turístico sin urbanizar, pero, en cambio, no han aprovechado estos terrenos. La patronal denunció que la Ley de Renovación Turística, impulsada por el Ejecutivo, "pone pegas" especialmente a los inversores en Gran Canaria y no ha atendido "ninguna" de sus alegaciones.

Los empresarios rechazan la normativa, que, entre otros aspectos, prima a los hoteles en primera línea de costa y deja las villas para el interior de los municipios. En cambio, el sector reclama abrir la mano a la construcción de villas de lujo de cinco estrellas.

"¿Dónde están esas 400.000 camas y esas parcelas si no dejan construir en ningún lado?", cuestionó Germán Suárez, que habló a título personal y no como presidente del Círculo de Empresarios de Gran Canaria. Este empresario criticó la pretensión de Política Territorial de hacer "hoteles de cinco estrellas de lujo y con oro en los baños en primera línea de playa, cuando eso no lo demandan los clientes". En todo caso, ya hay establecimientos de esta categoría en el sur de Gran Canaria, donde está bloqueada la inversión de un grupo noruego interesado en construir un hotel de cinco estrellas en villas, pero "no le dejan". En este punto, Suárez criticó por qué la nueva ley alude a hoteles en altura y no a villas o residencia, que, en contra de lo que opina Berriel, aportarían calidad al destino, como así ocurre en el Caribe y las Islas Seychelles.

Sobre las palabras de Berriel instando a la rehabilitación, Suárez se preguntó cómo va a invertir un promotor en un hotel o bloque de apartamentos si no se renueva el entorno público y "cuando el turista sale a la calle es una vergüenza".

Su opinión fue respaldada por otros dueños de alojamientos hoteleros y extrahoteleros, que, no obstante, prefirieron guardar su anonimato. Visiblemente más molesto se postuló Santiago Santana Cazorla: "Ya está bien, que dejen a los empresarios trabajar". El presidente del grupo hotelero que lleva sus apellidos reprochó la "demagogia" del consejero Berriel, cuando él tiene bloqueada desde hace 14 años la construcción de un muelle deportivo y dos playas en Tauro. En su opinión, la administración debe ofrecer un amplio abanico de posibilidades para que los empresarios "puedan organizarse y hacer lo que crean conveniente dentro de su inversión". En esta línea, hizo hincapié en que los establecimientos de cuatro estrellas "no son pensiones, sino que pueden ser tan dignos" como los de cinco. Santana Cazorla comentó que recientemente viajó a Turquía, donde el Gobierno le ofreció "gratis" a su cadena Aldiana construir un establecimiento en 100.000 metros cuadrados y le recibieron como si fuera "el presidente de los Estados Unidos". En cambio, en Gran Canaria "todo son pegas y los empresarios están con los brazos cruzados porque siempre falta media ley. Nos tienen amargados", espetó.

En los mismos términos se expresó el presidente de la Confederación Canaria de Empresarios, Sebastián Grisaleña, que recriminó a Berriel su lenguaje "agresivo", en un contexto en el que "las aguas no están para echarle siempre la culpa a los demás".

"Las leyes no pueden encorsetar la actividad empresarial", reiteró el máximo representante de la patronal, que remarcó que "si no se ha invertido es porque no se ha podido porque la legislación y la burocracia hacen inviable cualquier iniciativa empresarial".

Esto se solventa, según él, con una adaptación de la normativa "a lo que cada isla demande", pues sus necesidades y orografía no son iguales. Para el dirigente patronal, el pacto CC-PSOE tendrá que "debatir mucho" esta ley antes de su aprobación en el Parlamento para no cometer un "error". "La moratoria turística ha sido nefasta y ahora podemos enmendarla", aseveró.