Las islas de Gran Canaria y Tenerife aglutinan el 73% de las camas turísticas que aún están sin ejecutar, mientras que el 27% se encuentran en Lanzarote y Fuerteventura. Sin embargo, estas dos últimas islas poseen más del 50% de la superficie de suelo urbanizable turístico a pesar de contar con menos plazas. En cifras absolutas, la isla que cuenta con más suelo turístico calificado es Lanzarote, con 20,2 millones de metros cuadrados, mientras que la que menos tiene es Gran Canaria, con 9,3 millones de metros cuadrados. Tenerife y Fuerteventura están casi a la par en suelo turístico aún por desarrollar, con 12,5 y 12,3 millones de metros cuadrados, respectivamente.

Un informe actualizado al año 2011 realizado por la empresa pública Gesplan refleja que ya no son cerca de 400.000 camas las que se pueden construir en Canarias si no existiera la moratoria turística y se dejara construir sin cortapisas todo el suelo calificado. Los cálculos realizados de todo el suelo existente, tanto urbanizable turístico como urbano no consolidado, concluye que son 148.564 las camas que se pueden construir en las cuatro islas turísticas a corto, medio y largo plazo. Según el informe de Gesplan, desde 2007 hasta el momento muchos suelos calificados han caído bien por las revisiones del planeamiento, afecciones del planeamiento insular o territorial o por resoluciones judiciales. Hace cinco años Tenerife contaba con suelo para 163.285 camas, mientras que ahora se contabilizan 53.832 camas. En Gran Canaria había previstas 53.519 plazas y ahora hay terreno para 52.767.

Moratoria

El suelo turístico en Gran Canaria se encuentra en los municipios de San Bartolomé de Tirajana, Mogán, La Aldea y Agaete. En total la superficie de este suelo es de 9,3 millones de metros cuadrados. Si ahora mismo se levantara la moratoria el suelo donde se podría construir nuevas camas sin impedimentos jurídicos equivaldría a 1,9 millones de metros cuadrados y 12.146 camas.

En el estudio de Gesplan se complementa el estudio con aquel suelo que está sujeto a clasificación y categorización definitiva, suelo suspendido por sentencia, anulado por resolución judicial o suelos considerados en tránsito a urbano consolidado. La suma de este suelo lleva a los 9,3 millones de metros cuadrados de los 57 millones de suelo urbanizable total que hay en Gran Canaria. El número total de plazas sería de 52.767, aunque a corto plazo se podrían construir 10.536 plazas porque el suelo cuenta con un alto grado de consolidación de los servicios urbanísticos. A medio plazo se podrían desarrollar 10.851 plazas más y ya a largo plazo -más de cuatro años- 31.380 más.

En Fuerteventura hay 12,2 millones de metros cuadrados de superficie turística urbanizable en todos los municipios menos Betancuria. Del conjunto de suelos turísticos analizados existen 27.053 plazas potenciales en la isla majorera para construir a medio y largo plazo. A medio plazo se podrían edificar 7.434 camas, mientras que a largo plazo la suma total sería de 19.619 camas.

Por lo que se refiere a Lanzarote, hay un total de 14.912 plazas sin ejecutar, correspondientes a aquel suelo que aún no ha agotado su capacidad máxima prevista. Según el estudio, la gran mayoría de estas nuevas serían más a largo plazo porque se trata de suelo cuyo planeamiento se encuentra suspendido o anulado y debe adaptarse al planeamiento territorial. En la isla de los volcanes hay suelo categorizado para uso potencialmente turístico en todos los municipios, excepto San Bartolomé.

El informe concluye que Tenerife tiene el 37% de las plazas sin ejecutar, mientras que Gran Canaria tiene el 36%. Por contra, en suelo Lanzarote tiene el 34% del suelo urbanizable turístico, mientras que Fuerteventura tiene el 21% de la superficie total.

En el diagnóstico final, se corrobora la visión oficial del Gobierno canario, que considera que en Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote es innecesario la previsión de nuevo suelo turístico que no venga motivada por la renovación de la planta alojativa obsoleta. Para las islas de La Palma, La Gomera y El Hierro tampoco se cree necesaria la reclasificación de nuevos sectores de suelo.