El año 2013 va camino de igualar el récord de doce millones de turistas alcanzado en 2011. El aumento de turistas en este verano, con cadenas hoteleras llenas hasta reventar, y el agravamiento de la desestabilización de Egipto hacen prever que los turoperadores, que ya han manifestado su intención de desviar turistas a Canarias en la temporada de invierno, puedan mantener su alto nivel de demanda durante todo el próximo año. Las previsiones, aún iniciales, traen esos buenos pronósticos para 2014, año en que se podrían batir todos los récords.

Los turoperadores ingleses, alemanes y nórdicos trabajan con una antelación de seis meses e, incluso, de un año. Dadas las circunstancias de Egipto, país receptor de estos y otros turistas europeos, es lógico que ya se planteen ampliar los desvíos a todo 2014. Tras la Primavera Árabe de hace dos años, los turoperadores pidieron sobrecupos que prolongaron hasta tres meses después de finalizada la temporada alta invernal, recuerda Ángel Luis Tadeo Felipe, consejero delegado del Grupo Dunas. "La suerte sería que se prolongara hasta el próximo verano, independientemente de que aparezcan los destinos tradicionales de los que se alimentan en esas fechas, como Baleares y Turquía", señala. El buen clima, servicio y trato a los clientes, adaptándose a sus inquietudes y necesidades y una buena oferta de ocio complementaria podrían ser las claves para fidelizar a los visitantes que lleguen tras desistir de viajar a Egipto.

En cualquier caso, el verano de 2013 deja el cartel de completo en Canarias. "Los británicos se han portado como unos campeones, pero el turismo alemán y escandinavo se han llevado pódium", sintetiza Fernando Fraile, presidente de la Federación de Hostelería y Turismo de Las Palmas (FEHT).

Los hoteleros coinciden en que el invierno "apunta bien". Es más, tan bien que ya empiezan a temer que no haya "camas pa´ tanta gente", bromean. De hecho, no sólo los turoperadores tradicionales de las cadenas hoteleras están pidiendo sobrecupos de camas para el invierno por los conflictos de Egipto, sino que ya hay empresas turísticas que no operaban en temporada alta con Canarias interesándose por el alojamiento en las Islas en esas fechas. Sobre todo italianas y francesas.

"El problema es a quién le das el cupo", afirma Tadeo Felipe. A principios de 2012 se vivió una situación similar para acoger los desvíos de turistas como consecuencia de los conflictos en el Norte de África. En el caso de Dunas priorizarán a los turoperadores tradicionales. El resto se estudiará caso a caso. Tras pasarlo mal hace unos años, los empresarios isleños negocian ahora en posición de fuerza.

Juan Francisco Hernández, director comercial regional de la cadena Barceló, con doce hoteles en las Islas, afirma que "mientras en Gran Canaria y Tenerife se registran llenos en invierno, islas como Lanzarote y Fuerteventura tienen más capacidad" y, por lo tanto, pueden ser las grandes beneficiadas; sobre todo Fuerteventura, indica.

Lógicamente, se ha de cumplir con las exigencias del turista que venga a las Islas y, en estos casos, suelen demandar establecimientos de al menos cuatro estrellas, mayoritariamente con un todo incluido. En este sentido, los hoteles canarios están preparados para acoger a este tipo de turistas, si bien recalcan que más de un 50% sigue viajando con media pensión. En verano, el todo incluido de estancia y billete puede costar entre 700 y 1.000 euros por persona, con una media de 2,5 personas y diez días de estancia. En invierno, el precio oscila entre 1.200 y 1.800 euros.

Jorge Marichal, presidente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de la provincia occidental (Ashotel), expone que las cifras de verano son positivas y se prevé un invierno "muy bueno, incluso mejor que el anterior". Eso sí, "está por ver si ocurre lo mismo en términos de rentabilidad. Para competir con Túnez o Turquía hay que hacer esfuerzos, pero tanto los empresarios canarios como los empleados, con la moderación salarial, estamos en ese camino", explica. En su opinión, "cuando se desata un asunto como el de Egipto, se toman medidas de una temporada de duración como mínimo y, si se maneja bien y se llevan una buena imagen de nuestro destino, podemos hacerlos cautivos y aprovechar esta ola para prolongarla hasta el próximo verano".

Así las cosas, hoteleros y dirigentes empresariales coinciden en que este año se alcanzará la cifra récord de 12.000.000 millones de visitantes. ¿Las causas? Este verano se ha producido un repunte de ingleses y nórdicos, que han compensado el decrecimiento de los turistas españoles. Y otra cuestión: a los rusos les gusta Canarias. Tenerife es su principal destino, pero ya están desplazándose a Gran Canaria y vienen ávidos de compras, de conocer las Islas y su gastronomía. Dejan dinero, vaya.

El conflicto en Egipto no ha influido en las espectaculares cifras veraniegas. En siete meses ya se rozan los 7.000.000 millones de visitantes entre turismo extranjero y peninsular. Los turoperadores ya tenían prevista su operativa turística hacia el país africano en época estival y no han cambiado de decisión hasta que las autoridades de los países de origen han recomendado que no se viaje a Egipto.

En estos momentos, el Grupo Dunas "está a rebosar", indica Tadeo Felipe. "Estamos en cifras de antes de la crisis, de 2005 o 2006, lo que nos hace ir olvidando poco a poco estos años de dificultades, básicamente 2008 y 2009". En su caso, también ha sido decisivo tener en exclusiva un contrato con el mercado francés, aparte de los canarios, que siempre le han respondido. Lo mismo ocurre con la cadena IFA Hotels, del grupo Lopesan, o Barceló. Los índices de ocupación rozan casi el cien por cien.

Para el director comercial de Barceló, "se va a llegar a ese récord de doce millones de visitantes. Con los datos de julio, ya vamos encaminados, agosto va en la misma línea y el invierno, con el conflicto de Egipto, pinta muy bien, aunque esté mal que lo diga".

Sólo dos críticas coincidentes de todos. Una: que el sector de ocio complementario se debe modernizar al mismo ritmo que los hoteles. Dos: que se invierta más en carreteras o en limpieza viaria, ya que el mantenimiento se ha ido deteriorando con la crisis.