Crecimiento cero para favorecer la rehabilitación. Esta fue la filosofía con que se puso en marcha, en la década pasada, la denominada moratoria: sólo el freno a la nueva construcción podía propiciar un cambio de mentalidad encaminado a afrontar una renovación del destino que no terminaba de llegar. El resultado fue que la restricción de la nueva oferta no se tradujo en una mejora de la ya existente, de forma que el destino no sólo siguió envejeciendo a lo largo de la pasada década, sino que además no adaptó su producto a las demandas de los nuevos clientes, que entre otros cambios apostaban cada vez más por los hoteles frente a los apartamentos.

Doce años después se vuelve a producir el mismo debate. La nueva ley turística, contestada por un significativo sector empresarial e institucional, ha sido defendida por el Gobierno de Canarias con el argumento de que "para incentivar la rehabilitación es necesario limitar las nuevas construcciones". La misma lógica de antes -que convierte el binomio "se construye y se rehabilita" en el dilema "se construye o se rehabilita"- y que comienza a dar los mismos resultados.

Los Planes de Mejora y Modernización Turística, una herramienta creada ya en la Ley de Medidas Urgentes de junio de 2009, va alcanzar el lustro sin haber logrado propiciar el deseado cambio. Su buque insignia, Puerto del Carmen, no será una realidad hasta el próximo año 2014, según acaba de reconocer el propio Ejecutivo en la reunión mantenida hace apenas una semana con la Asociación de Empresarios de Lanzarote. Cuando se presentó en diciembre de 2010 como la experiencia piloto -"el ejemplo a seguir por el resto de municipios turísticos maduros de Canarias"-, el plan de Puerto del Carmen contemplaba dieciséis proyectos de rehabilitación que se ejecutarían con agilidad a través de convenios suscritos con los empresarios y gracias a un procedimiento de tramitación abreviada.

Lentitud

Hace apenas unos meses, Rafael Castellano, gerente de Gesplan, elevó a "200 los proyectos de renovación que podrían estar ejecutados, en proceso o en proyecto de ejecución entre 2013 y 2014". Pero el propio presidente autonómico Paulino Rivero reconocía en Lanzarote que los primeros convenios suscritos no comenzarán a ejecutarse hasta el próximo año.

También los planes de modernización de San Bartolomé de Tirajana, presentados en el octubre de 2011, sufren retrasos sobre las previsiones iniciales. Hasta el punto de que su alcalde, Marco Aurelio Pérez, pasó de señalar entonces que "los planes operan como un Plan General con el que se pueden resolver todos los obstáculos administrativos que suponía no contar con él" a precisar, en julio de este año, que "hay que buscar una herramienta jurídica para desbloquear los proyectos de inversión".

En definitiva, los planes de modernización de las zonas turísticas no son sólo un ejemplo de la distancia que separa la propaganda política de la realidad, sino que ponen de manifiesto que lo difícil es no ya controlar la inversión, sino promoverla y gestionarla. A este ritmo, la rehabilitación efectiva de "las 40.000 camas turísticas que", según datos del propio Ejecutivo, "se encuentran en rehabilitación o están próximas a renovarse en las zonas turísticas más antiguas de Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria y Tenerife" no será visible hasta dentro de varios años. Pero, además, los expertos elevan el número de plazas alojativas que precisan renovarse a 100.000, del total de 430.000 legales que existen en las Islas.

Y mientras los tiempos se dilatan, los niveles de rentabilidad de los destinos maduros de Canarias siguen cayendo. Así lo recoge al menos el último informe RepVar de Exceltur, que sitúa precisamente a Puerto del Carmen, junto a Puerto de la Cruz, entre los destinos vacacionales menos rentables. Así, entre enero y mayo -último dato analizado-, Canarias ha tenido "avances en sus indicadores de rentabilidad hotelera en un elevado número de sus destinos principales y en los productos más diferenciados y de mayor categoría". Y añade que esto ha sido así gracias "a la recuperación de tarifas más que a ganancias en ocupación".

Por localidades, el barómetro de rentabilidad de Exceltur destaca "la rentabilidad socioeconómica del turismo en Arona (13,9%) y Adeje (10%), en Tenerife, y en San Bartolomé de Tirajana (6,9%), por lo que respecta a Gran Canaria. Por su parte, los destinos de Lanzarote como Teguise y Yaiza evidencian un inicio de año muy favorable (9,6% y 8,5% respectivamente), tras los descensos registrados en años anteriores. La Oliva, en Fuerteventura, revela igualmente un muy positivo comportamiento en términos de rentabilidad (8,6%)".

Pero el informe concluye el apartado destinado a Canarias advirtiendo que "esta mejora de la rentabilidad socioeconómica del turismo no se ha producido en los productos y destinos que presentan problemas integrales de madurez como Puerto del Carmen en Tías (-2,2%) o Puerto de la Cruz (-4%)". En este caso, las 23 actuaciones de rehabilitación contempladas en su plan de modernización -desde 5.300 camas hoteleras hasta la regeneración de la playa de Martiánez- tampoco han avanzado al ritmo esperado desde que fuera aprobado en junio del pasado año.

También Gesplan ha detectado desde hace años unos altos índices de desmoronamiento de la ocupación en los núcleos obsoletos de Canarias. En su informe La renovación de las ciudades turísticas, iniciativa vital para la apuesta competitiva de Canarias ha analizado "la influencia de la degradación del entorno en los niveles de ocupación", que en el caso de Lanzarote ha pasado del 85,9% en 2000 al 57,8% en 2010 y en Fuerteventura del 83,6% al 57,2%.

Frente a estos datos, las cifras récords que se vienen dando en Canarias en la llegada de turistas, sobre todo extranjeros, pueden crear el espejismo de una recuperación del destino que, en términos de renovación de la planta hotelera, de la oferta complementaria y de los espacios públicos, en realidad no se está produciendo. Y ello pese a una mejora de la rentabilidad que pocos empresarios podían imaginar al inicio de la crisis.