La Oficina Española de Turismo (OET) en México sorteará un viaje a Fuerteventura para que los ganadores puedan conocer los escenarios naturales donde el director Ridley Scott rodó 'The book of Exodus' entre finales de 2013 y principios de 2014.

El consejero de Turismo del Cabildo de Fuerteventura, Blas Acosta, ha explicado en un comunicado que la promoción de la isla como plató natural, con inmensos espacios vírgenes de actividad humana, es "una de las grandes singularidades que distingue a este destino entre los sectores audiovisuales de Europa, tanto para grabar anuncios y largometrajes como para fotografiar cualquier producto".

Estos días, la OET de Méjico sortea un viaje a Fuerteventura para conocer los platós naturales donde rodó el director americano, entre los que figura El Cotillo, en el municipio de La Oliva, en el norte de la isla, y distintos enclaves de Pájara, en especial Cofete y la Punta de Jandía, al sur.

El paso del director de cine Ridley Scott por Fuerteventura entre 2013 y 2014 supuso una importante fuente de ingresos directos y de creación de empleo para la isla, y también una promoción exterior inestimable.

La operativa de este proyecto cinematográfico reunió en Fuerteventura a más de mil personas trabajando en múltiples actividades, desde las estrictamente técnicas a las asistencias.

Tanto los extras locales como el personal que asistió a los técnicos o los que ayudaron a recrear los escenarios históricos, además de los que cada día ofrecieron servicios de comida, limpieza o mantenimiento, hicieron posible este rodaje.

'The Book of Exodus' se rodó después de varios meses de preproducción, en 2013, en los que también se contrató tanto a personal local como a proveedores.

El inicio del programa de rodaje y la llegada del personal técnico, los actores y el director supuso un gasto por dietas de los trabajadores en la isla de 20.000 euros diarios, además de otros en transporte y alojamiento.

La preparación de las escenas que se rodaron en Fuerteventura supuso una inversión directa de unos tres millones de euros, que, junto al gasto indirecto derivado de la asistencia a los propios trabajadores y la compra de materiales de construcción para recrear los escenarios, dejó en la isla unos siete millones de euros.