A 1.500 metros de altitud, Vilaflor de Chasna es uno de los municipios más altos de España, y sus inviernos son espectaculares, con un sol suave y un aire fresco inolvidables.

Al ser un espacio protegido de grandes dimensiones, linda con reservas naturales de extraordinario valor salpicadas de senderos y barrancos prácticamente vírgenes. Imperdible el Camino a Chasna, uno de los destinos preferidos por los senderistas, si se quiere disfrutar de un auténtico paisaje lunar.

En Gran Canaria, municipio situado en el centro de la isla, surge Tejeda, un espectacular paisaje bautizado por el escritor Miguel de Unamuno como “La tempestad petrificada”.

Celebra, como no podía ser de otra forma, una de las fiestas de invierno más emblemáticas de Canarias, la Fiesta del Almendro en Flor. Una explosión de belleza natural en forma de centenares de flores blancas y rosadas que colorean el invierno frío y húmedo de Tejeda.

El cielo nocturno de La Palma no se puede describir. Hay que ir a verlo personalmente y, con la equipación adecuada y ayuda opcional de expertos, adentrarse en los múltiples caminos de la isla donde es fácil encontrar una buena ocasión para ubicar la Estrella Polar, las principales constelaciones y los planetas.

¿En pleno invierno es posible localizar galaxias, nebulosas y otros objetos externos a nuestro sistema solar? Por supuesto. Basta pedir reserva en el Observatorio del Roque de los Muchachos, por ejemplo. La isla cuenta, además, con una red de miradores astronómicos naturales desde los que vivir la experiencia extremadamente placentera de divisar exclusivos amaneceres, puestas de sol, paisajes iluminados por la Luna y cielos cubiertos de estrellas luminosas.

Para los playeros, el Archipiélago Chinijo, en Lanzarote, siemre es una opción ideal para el invierno debido la escasez de visitates qiue acuden a La Graciosa y los islotes.