La Provincia - Diario de Las Palmas

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UD Las Palmas 4a Copa Mahou (Final, ida)

Lucha libre en el Heliodoro

Una agresión de Moyano a Culio marcó un pulso agitado, que tuvo tramos de fantasía de la UD

Desliz en el Heliodoro en un pulso agitado y violento, marcado por una tangana en el tramo final del primer acto [que obligó a varios agentes de la Policía Nacional a saltar al césped para frenar la refriega junto al banquillo amarillo]. La UD de Herrera, tras jugar en la previa de este derbi ante el CD Mensajero en Miraflores, sucumbió ayer (1-0) en el primer test exigente del verano. Fue en la ida de la cuarta edición de la Copa Mahou en un Heliodoro Rodríguez López en penumbra, con solo 4.000 almas.

A pesar del bofetón, los amarillos dejaron buenas sensaciones en su aparición como galeón de Primera en el feudo del ogro del Teide. El solitario tanto de Nadjib, en el último suspiro (88'), en una acción marcada por la fortuna ante Javi Varas, al llevarse el esférico tras dos rechaces, inflige el primer revés para la UD de la galaxia.

Destacó por encima del resto el nivel físico y de talento del poeta Jonathan Viera, que fue retirado en el segundo acto -Herrera planteó dos equipos, uno en cada tiempo y solo repitieron Jesús y Ofir-.

Z Personalidad y transición

Torrente de pruebas para un cuadro amarillo que deleitó en el segundo tiempo con un juego de paredes y fantasía entre Asdrúbal, Héctor, Momo y Nauzet Alemán. Sin más dramatismos que salir doblegados por un equipo que lució su arista más combativa, Bigas tuvo que multiplicarse ante las embestidas de Pedro por el costado derecho -ex del CD Mirandés y que firmó dos tantos a los amarillos en la pasada campaña-.

Los de Herrera salieron revolucionados y se asentaron con el paso de los minutos ante el juego agresivo del bloque del estratega blanquiazul Agné. Bajo ese manto de empujones y fútbol de contacto, la UD abrazó su fórmula mágica. Con su régimen táctico universal 1-4-3-3, el paso de los minutos dio la razón a los de Primera. Toque y velocidad, con Bigas y Aythami Artiles como pareja de centrales en el inicio. Una pista más del técnico amarillo para el debut ante el Atlético en el Calderón.

Con Raúl Lizoain bajo palos, Jesús Valentín, Aythami Artiles, Bigas y Dani Castellano completaron la retaguardia amarilla. Javi Castellano, el israelí Ofir -que no convenció en su examen final- y Culio partieron con la responsabilidad de generar y fabricar caviar. En el flanco más ofensivo, el tridente mágico del 21-J con Viera, Araujo y Roque.

Las cabalgadas de Viera provocaron el caos en la retaguardia del Teide. Y entonces, Vitolo, Moyano y Cámara sacaron el látigo. Como punto de máxima tensión, Moyano agredió a Culio junto al banquillo de la UD -minuto 33-. Apareció Viera que agarró al jugador del Tenerife y Vitolo cogió por el cuello al mediapunta del barrio de La Feria. Una cascada de agresiones, que sacaron del partido al equipo de la primera parte. Ahí se quedó la galaxia amarilla, superada por la casta y las malas artes del Tenerife. Aprovechó Pedro ese instante de caos, así como las balas Nano y Omar. Los tinerfeños tomaron aire y salieron airosos en este primer acto, marcado por la violencia.

Z Asdrúbal, la gran amenaza

Herrera decidió cambiar el escenario en el segundo acto y apostó por el meta Javi Varas; con David Simón, Jesús, David García y Christian en la muralla. En tareas más creativas: Ofir y Hernán Santana. Ya en el flanco más adelantado, Momo, Nauzet y Asdrúbal amenazaban la portería de Dani Hernández. A este lista de pistoleros habría que sumar Héctor Figueroa, que aportó descaro.

Tras una fase de caos y colapso total, la UD despertó de su letargo en los últimos 15 minutos. Sobrevoló la fórmula bendita del regate y la velocidad. Antes, Asdrúbal sufrió la enésima entrada salvaje de un Tenerife medieval y primitivo. Un disparo de Nauzet y otro de Momo, que se fueron rozando el palo, dispararon los méritos amarillos. Faltó puntería y gallardía ante la rabia del Tenerife. El zarpazo del ogro del Teide resultó definitivo para un duelo de vértigo. Apareció Suso y se fue la luz. Fin a la sesión de lucha libre. Pero aún falta la vuelta...

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