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UD Las Palmas La entrevista

Viera: "Aprendí a dosificar y explotar mis virtudes; me siento más maduro"

El jugador amarillo se encuentra en el mejor momento de su carrera y es todo un símbolo para la afición del equipo

El mediapunta del barrio de La Feria de la UD Las Palmas Jonathan Viera Ramos JOSÉ CARLOS GUERRA

Su discurso es un derroche de ambición. Apuesta por la campanada el 22-A ante el Atlético. ¿Es una pose o realmente cree en el milagro? ¿Y si le meten siete?

Siempre que hablo, lo hago claro. Los que me conocen saben cómo soy, no vengo a venderle la moto. Siempre digo lo que pienso. Lo sigo pensando, ellos -el Atlético- son muy buenos. El partido será un once contra once, y la UD puede ganar.

Véngase arriba, un resultado...

Es muy difícil. Me conformo con un buen resultado, empezar la Liga con buenas sensaciones y que la gente sepa que hay ambición.

Es el mimbre más en forma del plantel. Afronta su gran año, ¿le gustaría portar el brazalete?

Los capitanes ya están elegidos, son David García, Aythami y el Flaco [Valerón]. Para refrendar mi liderazgo no es necesario un brazalete, los que me conocen saben cómo soy. Donde soy un líder natural es en el campo porque me gusta y es mi estilo de juego. Simplemente.

¿Estamos ante el mejor Viera de la historia? Con 25 años, ¿percibe que llega su gran versión?

Creo que sí, con el paso de los años he aprendido a dosificar mis virtudes; ya sé dónde explotarlas, el míster hace hincapié en dónde tengo que jugar, en dónde soy más peligroso. Hablando con el Flaco me dijo que a los 26 o 27 años es la edad perfecta para encontrar tu mejor juego. Es cuando más maduro voy a estar. Y así lo siento. Cada año que pasa, me siento mejor futbolista.

Pasó por el diván de Valerón, el que llevó a Roque a los cielos.

Con el Flaco tengo muy buena relación. Entendemos el fútbol igual, hablamos muchísimo, para mí es un lujo tenerlo en el vestuario y he aprendido mucho de él.

Luce galones en su segunda etapa de amarillo tras su paso por el Valencia, Rayo y Standard. Uno de los héroes del 21-J ante el Zaragoza, su escalada a la gloria fue espinoso. El entorno llegó a dudar de su potencial. ¿Qué aprendió de los días infernales?

Hasta el día de hoy no he logrado nada fácil, todo ha costado muchísimo. Y me valió para aprender. Soy una persona a la que no le gusta contagiar a los demás de lo que me pasa, me lo trago todo. Es complicado, hay momentos que veía que no arrancaba, fue complicado.

En diciembre regresaba a la Isla en un movimiento arriesgado. Entró en el casino del balón y se lo jugó todo a una carta. ¿Y si llega a salir mal? Hubiese sido crucificado para luego iniciar el destierro en el Alcorcón o Valsequillo...

Sí, sé lo que había. Hablé con mi gente, las opciones más fáciles eran ir a un Primera, donde no tuviese exigencia y jugar, a ver qué pasaba. Sabía que si no salía bien tenía que volver a Bélgica [al Standard]. Confiaba muchísimo en mis compañeros, sobre todo, mucho en mí, en que estaría bien y que iba a dar un buen final de temporada. Era para lo que vine, llegué muy mal y a poquito que estuve bien, se notó.

El incidente con el jugador del Tenerife Vitolo -que le agarró por el cuello- sigue caliente. ¿Qué se le viene por la cabeza cuando recuerda ese fotograma?

Muchas cosas. Son momentos de tensión y nervios. Quizás con las cosas que me han pasado [suma 44 partidos en Primera] uno aprende a controlarse y a saber que lo mejor es dejar las cosas como están. Lo que pasa en el campo queda ahí. Son cosas del juego. Para mí, no tiene más recorrido.

¿Habrá revancha?

Mi revancha es en el campo.

¿Ganar el próximo miércoles 12 en la vuelta de la Copa Mahou por 4-0 al CD Tenerife en el Estadio Gran Canaria le valdría?

Respondo en el campo con la meta de hacer mi juego y crecer. Al que le guste bien, y al que no, también. El que me tenga que pegar patadas, que me las pegue, y el que no, pues que no lo haga. Mi juego sabe todo el mundo como es, y a estas alturas no va a cambiar.

Al Tenerife se le vio mejor en el cuerpo a cuerpo. En el barro, lucieron más furia...

Lo que sí es verdad es que cuando hubo la trifulca, andábamos muy bien, desde ese momento todo se enfrió. Pero sabemos cual es nuestro juego. El que nos ha llevado hasta aquí y seguiremos haciendo lo mismo hasta el final.

¿Se siente cómodo en la banda izquierda -su demarcación natural es mediapunta-?

La verdad es que sí, el míster me da libertad para moverme, para atacar, tanto ahí como por dentro, donde el míster me necesite. Voy a intentar hacerlo lo mejor posible.

Los primeros once días solo contaron con el amistoso en Tunte. Luego llegaron tres seguidos. ¿Ha primado la improvisación en esta pretemporada?

A todo jugador le gusta contar con más partidos. Estamos haciendo una pretemporada muy buena, el trabajo es sobresaliente. Aunque estemos cansados, nos va a dar las piernas necesarias para competir.

Tras el ascenso, contrajo matrimonio con su novia Estefanía Reyes. ¿Se ve reflejado en el campo su nueva vida de casado?

Pues yo sigo igual, he firmado un papel pero mi vida sigue igual. Sigo haciendo las mismas cosas, es mucho tiempo el que llevamos juntos. Y soy muy feliz.

¿Qué le aporta su familia?

Mi familia es lo más importante. Mi madre [Inmaculada] es lo más importante, junto a mi padrastro y mi hermano y ahora mi mujer. Y sin ellos, no hubiese logrado ni la mitad de mi carrera. No sería este jugador.

Alcaraz y Willian José, ¿esta UD de la galaxia ya está cerrada?

Antes de que llegasen ya dije que veía el equipo listo para competir con garantías en Primera y ahora con ellos seremos más fuertes. Se están acoplando muy bien.

El reencuentro con Jémez llega el 15 ante el Rayo en Vallecas en un amistoso. Mirará a los ojos a su mentor, ¿y qué le dirá al hombre que le hizo de debutar de amarillo en 2010 -y con el que disputó 28 duelos con el Rayo-?

Le tengo un gran aprecio y un cariño especial por esta relación que mantenemos de tantos años. En el campo él luchará por lo suyo y yo por lo mío. El cariño es mutuo.

Con el ex de la UD y grancanario Vitolo completó duelos mágicos de amarillo. El extremo es internacional y bicampeón de la UEFA. Pero usted tiene un ascenso con el club de Pío XII. ¿Se cambiaría por el de San Cristóbal?

Lo he dicho en varias ocasiones, para un jugador de la casa lo más importante es ascender con el equipo de su tierra. No cambiaría nada por el ascenso de los logros que tengo en mi carrera. Ni jugar en Champions ni mis partidos más importantes [jugó en el Allianz Arena con el Valencia ante el Bayern]. Esto es lo más importante en mi carrera. Desde ya, aspiro a más desafíos.

Firmó por tres temporadas -con opción a dos más, ¿se ve de amarillo hasta la eternidad?

Eso no se puede decir, no sé como se darán las circunstancias. Mi ilusión es quedarme aquí, todo el mundo lo sabe. En determinados momentos si el club precisa vender, o si llega una oferta importante ya se mirará. Son cosas que pasan en el fútbol, los jugadores van y vienen, pero mi deseo es quedarme.

Debutó en Primera en el Camp Nou -septiembre del 2012-, ¿qué representa hacerlo de amarillo?

Algo muy especial, he jugado en Primera bastantes partidos pero me encantaría de amarillo y vamos a disfrutarlo con descaro. Tenemos esa oportunidad, hay que ser serios, competitivos y saber que el ascenso está muy bien pero ya ascendimos. La fiesta acabó. Hay que empezar a conseguir la permanencia desde ya mismo. Será un año bastante duro pero estamos capacitados de lograrlo con nuestra afición.

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