A la hora de sacar papel y boli para planificar la plantilla de esta temporada, en la UD Las Palmas lo tenía muy claro. La coincidencia era total en todos los estamentos del club. No había más que ver las cifras del curso pasado para darse cuenta donde había más necesidad de reforzarse. Aunque la defensa, que comandaron David Simón, Aythami Artiles, David García y Ángel López, tuvo fases en las que era un muro, su irregularidad ha provocado que el foco de este verano haya estado en la parte trasera. Y como consecuencia de ello han llegado, a dos semanas para el inicio de la competición, cuatro refuerzos, incluyendo la portería -Javi Varas, Pedro Bigas, Antolín Alcaraz y Javi Garrido-.
Las primeras señales, a falta de cuatro amistosos y de la adaptación de los dos últimos en llegar, son positivas. Javi Varas y Pedro Bigas han confirmado en los amistosos que son refuerzos de nivel, mientras que en el cuerpo técnico están muy satisfechos por lo que han visto de Alcaraz en sus primeros entrenamientos, así como con el fichaje de Garrido. Los cimientos del centro del campo y el ataque están puestos desde la temporada pasada y, a primera vista, parece que el cambio más notable estará atrás, donde Bigas y Alcaraz amenazan la titularidad de David García -Aythami, de momento, apunta a conservar su plaza-. Mientras, en la portería Javi Varas cuenta con la etiqueta de indiscutible.
El amistoso en Madeira fue un fiel reflejo de las intenciones del entrenador. Quiere al polivalente Pedro Bigas en el rol de central y ahí le ha situado en toda la pretemporada para que se adapte a sus nuevos compañeros. Y el mallorquín ha dejado grandes impresiones, las mismas que Varas, una apuesta más conocida y segura. Completaron los noventa minutos en Madeira en compañía de David García, Aythami y Dani Castellano -Simón y Alcaraz no estaban en plenitud- y los cinco aprobaron con nota pese al gol encajado.
Con la defensa cerrada en materia de altas y bajas, la UD encara las dos semanas previas -empezando por el duelo ante el Almería de esta tarde (18.45 horas) al comienzo de liga con la tranquilidad de tener la inmensa mayoría de los deberes hechos en el mercado de fichajes. Los ingredientes ya están sobre la mesa, el equipo tiene buena pinta y solo falta el aliño definitivo en forma de delantero.
Las tres últimas incorporaciones han satisfecho las demandas del cuerpo técnico. Y el capítulo de bajas también ha vivido una semana intensa con las cesiones confirmadas del delantero Héctor Figueroa y el defensa Christian Fernández, ambas al Huesca.
De lo que forma el plantel que viajó a Madeira y Almería solo se mantienen las dudas en Jesús Valentín, que para Herrera ocupará el rol de medio defensivo si sigue, y Tana, cuya continuidad este curso no es segura. El tinerfeño, sobre todo si no llega un centrocampista por sorpresa, tiene más papeletas para quedarse que Tana, en quien se confía para el futuro y se trabaja en su renovación, pero puede que siga el camino de Héctor Figueroa y Tyronne. Así, la UD apunta a tener una plantilla de entre 23 y 25 futbolistas.
Una política a contracorriente
El club insular ha apostado por la continuidad, algo poco habitual en los equipos recién ascendidos. Van cinco novedades, además de las contrataciones de Jonathan Viera y Sergio Araujo, y apenas seis bajas -Casto, Marcelo Silva, Christian Fernández, Guzmán Casaseca, Alfredo Ortuño y Héctor Figueroa-.
La confianza en la plantilla del ascenso es evidente, al contrario que en la temporada anterior hicieron Córdoba, Deportivo y Eibar, con doce o más fichajes cada uno, más del doble de los que llevan los amarillos. Lo único que ha alterado esa continuidad ha sido la política de reforzar la defensa, tarea obligada por los números del curso pasado. La nueva UD ya tenía las bases puestas pero ha dado un retoque muy amplio a la parte de atrás en busca de la salvación.
