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El gran reto de Paco Herrera

El entrenador del ascenso afronta su tercera experiencia en Primera División, donde no ha logrado terminar un curso entero, y después de exprimir al máximo a su plantilla busca repetir y para ello apuesta por la continuidad

El gran reto de Paco Herrera

La UD Las Palmas logró convencerle. A sus 61 años a Paco Herrera le quedan fuerzas, muchas fuerzas, para liderar con garantías a un equipo de Primera División. El entrenador catalán, después del ascenso, renovó su vinculación con la entidad amarilla por una temporada, y otra más en caso de lograr la permanencia. Un lujo para el club insular y una oportunidad para el técnico de quitarse una espina clavada. Y es que en el currículum de Herrera brillan experiencias positivas en los banquillos de Segunda, también en los despachos del Espanyol y en la sombra en el Liverpool de Rafa Benítez. Pero en Primera División, tras dos aventuras con Numancia (2000/01) y Celta de Vigo (2012/13), no ha logrado terminar una temporada.

El conjunto soriano le devoró a las 12 jornadas pese a que estaban fuera de puestos de descenso. Y el tiempo dio la razón a Herrera ya que el Numancia acabó colista. Además, en el cuadro vigués, club al que resucitó en Segunda, todavía recuerdan como una medida injusta su destitución a las 24 jornadas. El Celta al final se salvó sobre la bocina.

Con el equipo amarillo quiere redimirse basándose en los mismos ingredientes que le han dado su tercera oportunidad en la máxima categoría. Y es que ha apostado por la continuidad de un grupo al que exprimió la temporada pasada. Con él al mando jugadores como David Simón, Aythami Artiles, David García, Ángel López, Javi Castellano, Hernán, Roque Mesa, Nauzet Alemán, Sergio Araujo o Jonathan Viera elevaron su rendimiento, en algunos casos de una manera gigantesca, con respecto a años anteriores.

Cabeza de ratón, cola de león

Su carácter, personalidad y buen gusto por el fútbol casan a la perfección con la grada y con el perfil de jugador canario. Así, se convirtió en el líder de un vestuario que en años anteriores no fue fácil de llevar y brindó al aficionado muchos partidos muy vistosos. Experto, sabe qué camino debe tomar para impulsar a un jugador. A veces con agresividad, en otras ocasiones con paciencia, pero casi siempre Paco Herrera dio en el clavo para hacer que las piezas que tenía entre manos rindieran al cien por cien. Tuvo la calma necesaria, por ejemplo, con Sergio Araujo cuando encadenó una mala racha a mitad de temporada, con Jonathan Viera, al que le costó explotar tras su regreso, o para esperar la mejor versión de Nauzet Alemán en las primeras jornadas.

La base para conseguir la permanencia será la confianza en el mismo grupo de jugadores que consiguió el ascenso, pero ha pedido más refuerzos y habrá algún retoque importante. A falta de conocer el perfil de los fichajes que están por llegar, Herrera lleva toda la pretemporada dándole vueltas a un cambio en el esquema que el curso pasado fue fijo.

La columna vertebral del ascenso era siempre una defensa de cuatro con tres centrocampistas por delante. Formaba la UD un bloque muy compacto, que recuperaba en campo contrario en sus mejores días y que siempre salía a tener el balón. Sin embargo, en Primera División los rivales serán de más entidad y está por ver la capacidad del equipo para quedarse con el cuero.

No cree Paco Herrera en un sistema táctico inamovible, sino en dar a sus jugadores el esquema que explote lo mejor posible sus virtudes. Así lo hizo al inicio del curso pasado, cuando desde muy pronto apostó por el 4-3-3. De que dé rápido con la tecla dependerá mucho su éxito.

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