El regreso del Flaco, un abuelo de caviar en la finca del músculo. Un salto con historia -acaricia los 400 encuentros en la máxima categoría- tras defender las elásticas de Mallorca, el club colchonero y Deportivo de La Coruña. El genio de los genios, con 40 años, vuelve al Calderón con el anhelo de sentirse útil. Así de simple.
Abandera un proyecto de tesón, con un barniz de plátano atómico, y en el que lidera el carrusel de estadísticas por su pasado glorioso como actor importante en las dos última décadas en Riazor. Cautivó en Champions -retando al poderoso Milán- y en la selección -jugó dos Eurocopas y un Mundial- pero carente de oportunidades con Herrera. Aquí reside su gran reválida, de abuelo a abuelo, demostrar que puede sepultar las dudas y entrar en el cajón de los dioses.
Pero en el Manzanares fue esclavo de las tinieblas. Desde 1998 a 2000 militó en el cuadro colchonero en un capítulo que terminó en tragedia -pero sumó 65 encuentros oficales-.
Un descenso al infierno de plata, con el mago de Arguineguín como víctima señalada para luego eternizarse en el Deportivo con Tristán y Mackaay como pistoleros.
Pero ahora, abraza el reto de su carrera. Todo será diferente. Le espera el empujón anímico del último aliento a una carrera de oro. Si es que participa, porque en esta pretemporada, el rol de Valerón ha dejado muchos interrogantes. Como mínimo, se estrenará de amarillo en la liga de las estrellas durante 38 jornadas que llevan su nombre, una y otra vez, esperando su vuelta a su escenario natural.
En su paso por el club colchonero, besó un subcampeonato de Copa del Rey y ahora afronta la visita sin rencor: "Para mí jugar en el Atlético fue importante y ahora en el regreso, quiero disfrutar. No sé qué pasará, pero trataré de disfrutar; mi meta es colaborar en todo lo posible, estar con el equipo y los canteranos. Entre todos, queremos hacer un gran papel, y nunca les faltará mi atención", determina un actor clave en la formación de Roque Mesa o Sergio Araujo.
Valerón brilla en la arista de fabricar leyenda. El nuevo desafío del abuelo de la Liga, un artesano medieval lírico, pendiente de su última oportunidad. Con 40, todo se atisba de forma más frenética. Es la nueva vida del Flaco.
