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¡Chacho, ni tan mal!

Los aficionados canarios llegaron dispuestos a vivir sólo una gran fiesta: la UD volvía a Primera

Dicen que hay victorias amargas y derrotas muy dulces. Tal vez en el primer encuentro que disputó la UD en Primera, los aficionados amarillos salieron del Calderón con una sensación agradable, ésa que se tiene cuando antes del partido muchos pronosticaban que los del Cholo tenían potencial para meter un saco de goles al equipo canario y en cambio acabaron casi pidiendo la hora, ante la posibilidad real de ver como un grupo de canteranos lograba empatar el encuentro y dejarles con cara de tontos. No ocurrió, pero hubiera estado bien.

Alfonso del Pozo es un enamorado de la U.D Las Palmas. Cuando tenía cuatro años su padre tuvo que comprarle la equipación amarilla. Era el único regalo que quería tener, ni bicicletas ni siquiera aquellas famosas pistolas, con las que los niños que hoy tienen 50 años, jugaban a perseguirse por las calles. Lo raro de este enamoramiento es que Alfonso no tiene ningún tipo de vinculación con Canarias. En realidad se trata de un madrileño del barrio de San Sebastián de los Reyes, aficionado número uno al equipo de Gran Canaria. Junto a su hermano, y otros compañeros, también peninsulares, han formado la peña Tractor Amarillo, la más longeva y activa de todo Madrid.

Para Alfonso el sábado 22 de agosto estaba marcado en el almanaque como una de las fechas más importantes de su vida. Por eso para él y su peña, ir el sábado al Calderón, vestidos con los colores de la UD era más que un premio. Fue sobre todo cumplir con un sueño, y además salieron del estadio orgullosos, con la cabeza bien alta. Pocos esperaban que un equipo plagado de canteranos le plantara cara a un Atlético de Madrid tan reforzado como el de este año.

Antes de la celebración del partido, Alfonso del Pozo insistía en que este primer encuentro había que verlo "como una gran fiesta, ya estamos aquí, de vuelta, ya habrá tiempo de perder los nervios, de alegrarnos y enfadarnos". Después a medida que pasaban los minutos, y que el Atlético de Madrid se ponía cada vez más nervioso, sólo había que ver los paseos, las carreras del Cholo en la banda, para creer que este equipo, que la UD puede dar mucho más de sí.

En la casa de Iván García todos son grandes seguidores de la U.D. Su padre, su hermano mayor. Esta vez sólo ha podido venir él a Madrid para disfrutar de este encuentro. Y aunque al final se perdió salió contento, "sobre todo porque los del Atlético de Madrid pensaban que nos meterían tres o cuatro goles, y me siento bien, porque ya han visto que nos tienen que respetar, ganarnos no será fácil".

Iván es un auténtico forofo. En un instante fue capaz de analizar como un experto en la materia las características de cada uno de los jugadores, quien había estado más centrado, más nervioso. Quién lo hizo mejor. Tal vez crecido por ese solitario gol del Atlético de Madrid "y a balón parado, que si no, casi le empatamos, que su portero tuvo que hacer la parada de la noche". Iván, con la sabiduría de un técnico, ya tiene claro que ante el Levante "hay que ir a matar".

Reunión de canarios

La estimación de los aficionados canarios que han asistido a este primer encuentro en el Calderón resulta difícil de establecer. Procedentes directamente de Gran Canaria se estima que han viajado entre 400 y 500. Lo que pasa es que muchos grancanarios que se encontraban en la Península residiendo, por cuestiones laborales o de vacaciones, han aprovechado para trasladarse a Madrid y ver al equipo.

Eso le pasó a la familia de Francisco García, que se encontraba con sus hijos en Extremadura y no dudó en coger el coche y trasladarse a Madrid para dar ánimos al equipo. Los hijos de Francisco, Pilar y Pablo, se mostraron confiados con la UD Las Palmas, "sabemos que será difícil, pero hay que estar con el equipo".

Más allá, en uno de los bares que rodean el Vicente Calderón, Domingo Álamo y su hijo Alberto recobran energía antes del partido. Ellos viven en Madrid, pero son seguidores de la UD. Al igual que Alfonso del Pozo, de la peña Tractor Amarillo, Domingo sólo quiere celebrar el regreso de Las Palmas. Su hijo, en cambio, va más allá, y confiado no duda en que este año los amarillos harán historia, "es que tenemos muy buenos jugadores, a mí me encanta el Chino Araujo".

Lo mejor de acudir a este primer partido ha sido tropezar con los seguidores amarillos que se han volcado con el equipo. Muchos han tenido que madrugar para poder estar el sábado sobre las siete de la tarde en las puertas del Calderón. Han venido de Murcia, Guadalajara, Huesca, Extremadura, y desde Gran Canaria, familias enteras han decidido que el equipo de sus amores no podía afrontar solo este primer encuentro.

La afición de la UD es una de las mejores, y no es un tópico. Como muestra, la fidelidad que siente Jerónimo Susilla, que lleva siete años viviendo en Madrid, es abonado de la UD, y aunque no puede ir a la Isla lo que le gustaría, mantiene su abono. Esta vez, además, ha querido cumplir la promesa que le hizo a su sobrino, "le dije que si Las Palmas subía lo traía a verlo, y aquí está".

La peña que la UD tiene en Dinamarca no ha podido desplazarse en este primer envite, pero ya están haciendo cálculos para poder venir en septiembre cuando Las Palmas se enfrente al Real Madrid. Y esa será otra historia.

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