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El Gran Canaria, una historia por escribir

Los días de gloria del campo son de Segunda

El Gran Canaria, una historia por escribir

Un libro en blanco. Esa es la historia del Estadio de Gran Canaria en Primera. El recinto de Siete Palmas no ha vivido ningún capítulo del máximo nivel. Este domingo (21.30 horas) contra el Levante, el planeta de Leo Messi y Cristiano Ronaldo conocerá por fin Siete Palmas doce años después de su inauguración, un 8 de mayo de 2003 en un amistoso contra el Anderlecht. Se construyó precisamente para dar cobijo a un equipo de Primera, un recinto más moderno que el tan entrañable como viejo Insular. Pero el club y los aficionados nunca se han sentido cómodos.

Todavía inacabado, su triste imagen con las pistas de atletismo y las gradas a una distancia kilométrica han sido el fiel reflejo de la última etapa de la UD Las Palmas. Ahora, casualidad o no, el ascenso del conjunto amarillo coincide con la remodelación del Estadio, donde los aficionados empiezan a sentirse como en casa. Posiblemente no se vivirá nunca el mismo ambiente que en el Insular, pero a partir del mes de enero, con más aforo, color en las gradas, llenos hasta la bandera, un cántico que pone los pelos de punta y el césped al lado será más fácil sentirse en casa.

Dos ascensos coronan sus capítulos de gloria, en los que también destacan las explosiones de felicidad que dieron los goles sobre la bocina de Marcos Márquez y Vicente Gómez en dos derbis, el de Salomón Rondón que dio la permanencia en la 2009-10 ante el Nástic o el tanto con tres jugadores menos al Zaragoza en el surrealista 5-3 del pasado mes de enero.

Del 22-J al 21-J

Porque en este tiempo han sido muchos más los días de sufrimiento que los de felicidad. Se vivió un descenso a Segunda B nada más empezar, en la 2003-04, años en los que la UD estuvo al borde de la desaparición y cada fin de semana le visitaban equipos menores. Tras recuperar la categoría de plata pasó también varias temporadas con el corazón encogido. Y la pesadilla definitiva, el episodio más cruel, el del 22 de junio del 2014, cuando la UD Las Palmas se quedó a un minuto del ascenso. Fue la página más negra en la historia del Gran Canaria, que también sufrió una invasión y una batalla campal que se convirtió en la vergüenza de toda una Isla.

A partir del domingo será una película diferente, un carrusel de oportunidades para brindar al recinto de Siete Palmas nuevos días de gloria. Hasta ahora hay dos por encima de todos, los dos ascensos. Los goles de Marcos Márquez al Linares el 24 de junio de 2006 y el de Sergio Araujo al Zaragoza el 21 de junio del 2015 llevaron el júbilo a un campo lleno hasta la bandera. El tanto del argentino, de lejos el más celebrado de todos, significó además la compensación del fatídico 22-J ante el Córdoba después de un año. Y fue una noche redonda porque no hubo invasión y el festejo resultó ejemplar.

Ese día culminó la refundación de la UD Las Palmas tras más de una década repleta de penurias. Y ese día también nació lo que apunta a convertirse en una tradición. La canción 'Amarillo es mi color' de Luis Quintana, el 'Piotemazo' retumbó en el recinto y puso los pelos de punta a la afición. Excepto los dos ascensos el Gran Canaria se ha tenido que conformar con alegrías fugaces como los derbis, con el del tanto de Vicente sobre la bocina en la 2013-14, o el del empate de Márquez en la 2007-08.

Dos visitas de 'La Roja'

Así, el fútbol galáctico solo se ha dejado ver por Siete Palmas en dos partidos de la selección española. El 18 de agosto de 2004 pisó el recinto el combinado entonces entrenado por Luis Aragonés en su debut contra Venezuela con Raúl, Xabi Alonso, Puyol o Fernando Torres en sus filas. 'La Roja' ganó 3-2 y también triunfó el 21 de noviembre de 2007 ante Irlanda del Norte (1-0), esta vez sí en partido oficial. Vuelven los grandes a Las Palmas.

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