Cuando la guagua de la UD Las Palamas encaró los últimos metros antes de llegar a la plaza de Santa María de Guía, las lágrimas de René Del Pino Morera no pudieron evitar saltar. Unas gotas que llegaron por la emoción de poder volver a lograr traer hasta el municipio que le vio nacer a su equipo, el "equipo de Gran Canaria".
"En mi vida están mis hijos, mi mujer, mi familia, mis amigos y la UD Las Palmas, nada más", explica René, con más de medio siglo como abonado del club. Con su llavero con el escudo del club asomando del pantalón, danza de un lado al otro de la plaza deseando que "todo salga bien" junto a sus compañeros de la peña 'Queso de Flor'.
La plantilla al completo, encabezada por el presidente de la entidad, Miguel Ángel Ramírez, cruzó la plaza del pueblo para acceder a la Iglesia Matriz de Santa María de Guía y hacerle una ofrenda a la Virgen. "Se lo había prometido a René. Si el equipo ascendía veníamos a ver a la Virgen y a visitar Guía", recalcó Ramírez a la salida del templo. En la plaza de Guía no cabía nadie. Ni dentro, ni fuera. Porque el norte de la Isla se volcó con la visita del equipo amarillo antes de su viaje a Vigo para jugar contra el Celta. Cuadernos, gorras, camisetas, bufandas y banderas desfilaron por la mesa que preparó la organización del evento para que los afición recogiera las rúbricas de sus ídolos. Irene Benítez, además de llevarse todas esas firmas en su camiseta, también recogió en la cabeza de su muñeca algunas de ellas. Ayer, con siete años se estrenó en segundo de Primaria y su día no pudo acabar mejor. Cuenta que no tiene futbolistas preferidos, porque por encima de todo hay otra cosa. "Me da igual, a mí lo que más me gusta es el fútbol", narra mientras no suelta ni la sonrisa ni la muñeca que ya lleva la firma de Culio y de Hernán en la cabeza. Marta Benítez, su hermana, 'debutó' ayer en sexto de Primaria. "Contenta" porque su equipo visite Santa María de Guía, tiene algo en común con su hermana cada fin de semana. Ambas juegan en la cantera de la UD Guía y sueñan con el balón. Una pasión heredada de su madre, Yaiza Gil, vecina del municipio. "Somos aficionadas de toda la vida y ahora ellas nos toman el relevo", describe. El grupo La Trova junto con Luis Quintana entonaban el Píotemazo. Gabriel Armando León está emocionado. Ayer consiguió el autógrafo de Sergio Araujo. "Ya tenía otros pero este me faltaba", explica con su camiseta de la UD.
Esas pequeñas historias detrás de cada firma, de cada muestra de alegría, de cada niño feliz, son las que mueven a René a mover cielo y tierra para acercar al equipo al norte de Gran Canaria y que la comarca tenga la posibilidad de acercarse al equipo. "Ojalá consigamos la permanencia y el sentimiento de la UD Las Palmas siga creciendo. Si lo logramos, estaremos en ese camino", añade. De momento, con su llavero colgando, él seguirá animando a todo aquel que se cruce con él por Guía para invitarlo a que anime al equipo donde sea y como sea.
