Si el aspecto del césped del Estadio de Gran Canaria no mejoró con 20 días de descanso -los que pasaron desde el partido del Levante al del domingo ante el Rayo- tampoco hay atisbos de que lo hará para el próximo compromiso de mañana ante el Sevilla. Con apenas 72 horas de descanso entre el partido del domingo y el que tendrá lugar frente al cuadro andaluz, el césped del Gran Canaria no va a mejorar.

De esta manera, el nuevo tapiz del recinto de Siete Palmas -se replantó una semana después del ascenso de la UD a Primera- tampoco estará en condiciones óptimas. Aunque la empresa encargada del mantenimiento de la hierba se esmera en que la situación del mismo avance, se considera imposible que lo haga ante el nivel de estrés que sufrirá en estas dos jornadas tan consecutivas.

En un primer calendario, se suponía que el tapete tenía que alcanzar su punto de maduración entrado el mes de octubre. El primer plazo indicaba tres meses para que el césped estuviera en buenas condiciones para su uso. No obstante, las necesidades de la UD Las Palmas obligaron a que el césped se pisara un par de meses antes. Ahora no se descarta que este motivo retrase aún más que el césped del Gran Canaria brille de una vez. La replantación era la única opción posible en este caso. Importar césped desde otras zonas del país o del extranjero tiene varios inconvenientes logísticos. El primero, la insularidad; y el segundo, las normas fitosanitarias de las aduanas en Canarias.