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Día duro para el césped

El tapiz tendrá entrenamiento por la mañana y partido por la noche

Día duro para el césped

En las primeras semanas de la competición ha saltado un protagonista inesperado. No es el balón, ni un jugador, y ni siquiera el entrenador del equipo. Es el césped del Estadio de Gran Canaria, que aún no está en óptimas condiciones y presenta un aspecto triste en las primeras jornadas de competición.

Hoy el terreno de juego del recinto de Siete Palmas vivirá un día duro de trabajo. Por la mañana, el equipo amarillo se ejercitará en la instalación. El Sevilla, desde anoche en Gran Canaria, solicitó a la entidad un campo para poder tener una última sesión antes del partido. A esa petición, el club correspondió con la cesión del campo de Barranco Seco para que Unai Emery ajuste las últimas piezas de los suyos. De ahí que la única solución viable para que Herrera dispusiera de una jornada de trabajo más era utilizar el maltrecho tapiz del Gran Canaria. Todo después de tener la carga del partido del fin de semana ante el Rayo Vallecano.

Una cuestión que trae de cabeza tanto a la UD Las Palmas como a Tecbinor, la empresa encargada de su mantenimiento desde hace cuatro años. Ambas partes no ha dejado de buscar soluciones para que el estadio presente un mejor aspecto lo antes posible. Sin embargo, el terreno de juego no ha dejado de sufrir diferentes inconvenientes desde que fue resembrado al final de la temporada pasada. El primero era el tiempo de espera para que la planta alcanzara su punto de maduración máximo, que se cifraba en casi tres meses. Este proceso es muy importante ya que de él depende que la raíz se enrede en la tierra del campo, según fuentes cercanas al asunto.

La opción de importar tepes y césped en rollos desde la Península tampoco hubiera solucionado ese problema de días. La razón es que sólo se permite introducir plantas con una raíz de dos centímetros de largo -por normas aduaneras-, por lo que el problema de agarre al terreno y adaptación seguiría existiendo. Un problema logístico con el que no cuentan en el resto de la Península. Si un césped enferma, no se aclimata y no llega a un nivel óptimo, puede acudir a esta opción de compra de tepes para tener una nueva alfombra rápida y sin tantas trabas legales. La UD -a través del Cabildo de Gran Canaria, que se encargaba del mantenimiento del césped hasta este verano-, usó esta técnica en 2010, cuando se trajo el verde desde Badajoz en pleno verano.

Además de estos primeros inconvenientes, la hierba de Siete Palmas ha tenido más problemas en sus pocas semanas de vida. La climatología de la ciudad ha influido mucho en el rendimiento que ha podido ofrecer la planta en un par de meses. El verano ha sido caluroso -más de lo habitual- algo que siempre lastrará el estado del césped en las primeras jornadas.

Pero también ha sufrido el impacto secundario de las obras de acercamiento de las gradas al terreno de juego. El polvo en suspensión derivado de las mismas también ha impactado de lleno sobre el césped del Gran Canaria. Un acondicionamiento del recinto que comenzó la temporada pasada, pero que ha avanzado notablemente este verano. Ni club ni la empresa que lleva el mantenimiento de la misma han dejado de contemplar posibles soluciones.

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