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UD Las Palmas El reportaje

Pasión amarilla y azulgrana

El zaguero Gerardo Miranda salió de la UD para recalar en el Barça cuando todo estaba hecho con el Madrid

El exlateral Gerardo Miranda posa junto a las dos camisetas de su vida -la del Barça de la marca Meyba con su número dos en el dorso-. JUAN CARLOS CASTRO

Se suponía que era un partido intrascendente en lo futbolístico, que no en lo emocional, pero resultó no ser así. La selección española se plantó en 1981 en el Santiago Bernabéu para jugar un partido contra el Real Madrid que servía como homenaje de despedida para Pirri, capitán y pundonor de ambos conjuntos durante años. Allí estaba Gerardo Miranda Concepción (Nouadhibou, Mauritania, 1956) con la camiseta roja puesta y aún en las filas de la UD Las Palmas.

Sin embargo, una vez que terminó el partido, todo cambió. "Estaba en el hotel y Jesús García Panasco [secretario general de la entidad amarilla] me dijo que me iban a traspasar al Real Madrid, que esperase un par de horas, que iba a ir al club a acordar la operación", recuerda hace más de 30 años. Pero ese día, "cuando todo parecía hecho", hubo una vuelta de tuerca más. "Llamaron de Barcelona diciendo que ellos pagarían algo más de dinero así que lo que me trasladaron era que me iba al Barça", cuenta Miranda. "Había un derecho de retención y yo en la UD estaba muy bien, pero surgió esa posibilidad y puse mi aprobación", rememora.

Un hecho que le cambió la vida y su carrera futbolística. Porque allí, en Barcelona, el lateral grancanario pasó siete temporadas y fue partícipe de un Barça que comenzaba a despegar. En esos años le dio tiempo de acumular una Recopa, una Liga, dos Copas del Rey, una Supercopa de España y un par de Copas de la Liga. "El primer año tocó la Recopa contra el Standard de Lieja y se nos escapó al final la Liga. Tuve la suerte de estar en un club de esa categoría, rodeado de compañeros magníficos", asiente. Entre ellos, hombres como Schuster, Quini, Lobo Carrasco, Migueli, Alexanco o Urruti.

Del '10' al '10'

"Un equipo como el de ahora es difícil conseguir, porque han aunado un gran bloque alrededor del mejor jugador del mundo, que es Leo Messi. Han tenido la suerte, con trabajo detrás claro, de que haya sido así", explica.

Pero él, en sus carreras por la banda en el Camp Nou, también encontró otro argentino menudo, con el diez a la espalda, que driblaba rivales con la cintura, "sin saber nunca por dónde salía". Era Diego Armando Maradona. "Tuvo la mala suerte de contraer hepatitis en su primer año y en el segundo de su gravísima lesión de tobillo. Sin embargo, fue único verlo jugar y entrenar. Además, era un buen compañero", afirma. Aunque no le gusta comparar, "Messi es lo más grande" que Miranda ha visto en el fútbol. "Le han acompañado los títulos a nivel colectivo e individual", admite el exfutbolista.

Udo Lattek, César Luis Menotti, Terry Venables y Luis Aragonés pasaron por el banquillo del Camp Nou mientras Miranda defendió la camiseta azulgrana. Un estadio que "no sólo impresiona", sino que también "presiona" al propio jugador local. "Ahí no se podía perder, estaba prohibido", comenta entre risas Gerardo Miranda.

Casi tres décadas después de su salida del Barça (1988) ve como sus dos equipos vuelven a verse las caras en la Liga, en "un mal momento" para la UD. "Puede pasar muchas cosas, porque el fútbol es así. Yo perdí una Copa de Europa en casa contra el Steaua cuando éramos los grandes favoritos", afirma. Sin embargo, Miranda ve mimbres en este equipo. "Se vio contra el Sevilla que hay materia prima", sentencia. Su deseo: que Las Palmas no pase apuros en Primera y que el Barça gane la Liga.

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