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Dos chasquidos por Messi

Luis Suárez, con un par de tantos, desequilibró el duelo, tras la lesión del argentino

Antolín Alcaraz intenta frenar al delantero uruguayo del Barça Luis Suárez. EFE

Dicen la mayoría de jugadores, entrenadores y demás actores que rodean el fútbol que jugar contra los mejores le otorga más valor a sus méritos en el campo, por supuesto a sus triunfos, y también a sus derrotas. Sin embargo, seguro que por un momento, cuando Messi abandonó el campo a los diez minutos de partido, algún futbolista amarillo respiró. No por la lesión de un compañero de profesión, siempre indeseable, pero sí por tener un quebradero menos en la cabeza: el de saber que no revolotea a tu alrededor uno de los mejores futbolistas de toda la historia del balompié.

La trascendencia hasta entonces en el partido de Messi había sido notable. Sobre todo por el juego interior del Barça, que se plantó ante la UD sin la magia de Andrés Iniesta. Con un centro del campo físico, Herrera buscó acumular jugadores en el mediocampo y obligar al Barça a utilizar las bandas. Con los tres centrales de siempre (Alcaraz, Aythami y Bigas) y Hernán con Wakasao y Roque por delante, el apelotonamiento de efectivos en el medio resultó vital para que el Barça viera pocos espacios donde colar el balón con su apabullante sobeteo del mismo.

Diez minutos donde aguantó la UD. La salida de Messi colocó a Munir en el campo, más extremo que segundo punta. A través de un secundario, el Barça comenzó a generar peligro y más ocasiones. En medio, un actor clave: Sergi Roberto. Luis Enrique, técnico del Barça, ha insistido con el canterano como lateral diestro. Lo que fue un parche, ahora sirve de traje de diario. De una combinación entre ellos salió un centro medido. Suárez ganó en el salto a Alcaraz y adentro. Los planes de Herrera salían hasta ese momento. Durante la semana el técnico advirtió de su estrategia y señaló a Suárez como el único capaz de romper su estrategia: obligar al Barça a utilizar las bandas en busca de centros aéreos al cuadrángulo de la UD. Una muestra más de que en los equipos grandes, los problemas también los pueden crear los futbolistas menos esperados (Munir y Sergi Roberto) y que a los más importantes tampoco le hacen falta entrar mucho en juego con el balón para atacar la portería rival (Suárez).

Por el otro lado del campo, David Simón -más lateral ayer que carrilero- frenó a Neymar. Pocas veces esquivó el astro brasileño al futbolista grancanario sin tener iniciada la carrera. Mientras, la UD contenía unas embestidas que cargaban a Dani Castellano -el 43% del ataque azulgrana se centró por ese lado-. Tanta insistencia se tradujo en varias ocasiones que acabaron en un segundo gol. Otra vez Luis Suárez encontró el interior de la red de Varas. Dos chasquidos de un depredador para hacer olvidar a Leo Messi.

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