Un salvavidas de pólvora para Araujo. Terapia de pistoleros para recuperar el traje de héroe y escapar del abismo. El delantero de la UD Sergio Ezequiel 'Chino' Araujo (Neuqué, Argentina, 23 años), la gran estrella del proyecto galáctico de Herrera, junto a Viera, afronta un momento delicado. Con una diana en siete jornadas -597'-, trata de pulir su figura de ariete indomable.
El '10' del cuadro isleño, a estas alturas del curso pero en Segunda -en la pasada 2014-15-, ya contaba con 10 tantos. Como nota curiosa, en el planeta de plata había disputado 30 minutos menos. Pero tuvo una explosión récord. Un inicio de vértigo, así se gestó el último gran ídolo.
El artillero firmó 25 dianas, 23 durante la fase regular y dos en el 'playoff' de ascenso, uno en Zorrilla y el segundo para la leyenda, el 21-J que liquidó al Zaragoza y abrió la puerta del cielo. Es el rastro glorioso de su mejor repertorio, para un atacante que no se ha caracterizado por ser un 'killer' (en el Barça B hizo 7 en 34 encuentros, en Tigre logró 4 en 23 y en Boca, una en 20).
Araujo, que fue tentado el pasado julio por el Palermo italiano, que puso sobre le mesa más de diez millones de euros, ha tenido que adaptarse a la Primera con los ecos de fama y gloria de plata. La UD, como había acordado con la cesión del punta, firmada en julio del 2014 con el club xeneize, estuvo ágil al ejecutar la opción de compra.
Abonó 2,5 millones por una de las piezas más prometedoras del fútbol español, y que pasaba a tener una cláusula de 60 millones. La entidad isleña se arriesgó, apostó fuerte por la proyección del Chino en la mejor competición del mundo. A la espera, de que triplicase su valor en el mercado. Había que esperar otro estallido de pólvora. Era la gallina de los huevos de oro para la UD.
Kilómetro cero
En pretemporada, Herrera reconoció que Araujo "vino gordito" tras coronarse como el segundo máximo realizador de Segunda (solo superado por el pichichi grancanario del Betis Rubén Castro con 32).
¿Cómo se adaptaría el Chino a la Primera? El debut llegó en el Calderón ante el Atlético de Madrid -22 de agosto- y apenas entró en juego. Fue en la segunda jornada, ante el Levante en el Gran Canaria -30 de agosto-, cuando puso el partenón amarillo en pie. Una chilena brutal que se marchó rozando el poste. En la tercera jornada, ante el Celta de Vigo, llegaría su única diana. Perjudicado por el nuevo sistema táctico 3-5-2, que le resta acompañantes en el área enemiga, Araujo se ha tenido que reinventar. En ese proceso, la UD, penúltima con 5 puntos tras 7 jornadas, precisa de su olfato.
Sudar y sudar
Narciso Rodríguez, exdelantero de la UD, Sporting de Gijón, Burgos, Cultural Leonesa, Cartagena y Andorra, completó 118 partidos de amarillo -94 en Primera-. Consumado especialista en el arte del gol, logró 24 con el conjunto grancanario entre 1982 y 1988. En octubre de 1986, en una eliminatoria copera, le endosó cuatro 'papas' al Tenerife en el Heliodoro: (1-4). Ahora, igual que en la época de Uribe como técnico de la UD, trabaja de ojeador y elabora los informes de los rivales para Herrera. Reside en León y tiene 'controlado' todo el norte peninsular para la causa. "Nadie puede poner en duda la capacidad realizadora de Araujo. Aún tiene 23 años y están en proceso formativo. Toca apoyarlo, y desde el club me consta que le tienen la estima precisa. Además, quiero resaltar que no es la primera secuencia de partidos sin marcar. En la pasada, ya estuvo hasta seis y diez de forma consecutiva. ¿Mi receta mágica? No hay una varita, solo creo en trabajar y trabajar".
Además, y habla con conocimiento de causa, considera "fundamental" contar con la confianza del técnico y del grupo. "No puede ser víctima de la ansiedad, el único fin de provecho es trabajar duro por el bien del equipo. Así llegan los resultados, desde la complicidad y el sacrificio", finaliza Narciso, fiel defensor del potencial del Chino.
De uno de los héroes del (4-3) al Madrid en el Insular -en marzo de 1986 con una gran remontada al bloque de merengue de Butragueño- a un gigante del gol como Orlando Suárez. El isletero completó 384 duelos de amarillo y firmó 95 goles en Primera, Segunda y Segunda B. Debutó en octubre de 1989 y puso fin a su ciclo en 2003 en la UD.
Una pasta especial
Orlandito, genio y figura, apostilla que los delanteros están acostumbrados a fases de tinieblas. Lo llevan en la sangre. "Tienes que convivir con las rachas, lo importante es el conjunto y sentirte útil. Los goles ayudan, aportan autoestima pero considero clave regresar a la senda de las victorias. Así es más fácil". Diez tantos fue la cosecha de este rey de pólvora en Primera División -2000-01 y 2001-02-, incluido uno al Barça en el Camp Nou. Con dos ascensos, su arte es inmortal, la mejor cátedra para Araujo en el planeta de Messi.
Z Responsabilidades
Marcos Márquez I, el emperador de pólvora del Gran Canaria. El Matador participó en 188 duelos de amarillo y logró 73 tantos. Con un ascenso a Segunda (2005-06), fue icono de pánico y terror para los rivales de la UD durante cinco temporadas. "Hay que dividir responsabilidades, el delantero debe hacer tu trabajo pero todos los miembros del conjunto. El trabajo es la mejor herramienta, esforzarse hasta el límite. No hay más; no tiene más ciencia".
Un zarpazo de Márquez al Tenerife lo elevó a la categoría de ídolo. Aún se venera el hacha del Matador. "No se puede olvidar tan fácil la gran temporada de Araujo. Es un activo de la entidad; seguirá dando alegrías". Eloy Jiménez, por su parte, con 166 duelos, en dos etapas y 58 tantos, apela al vestuario: "Una piña, hay que estar unidos. Esto acaba de empezar, es preciso una fase de adaptación a Primera". Terapia de pólvora forjada desde la gloria.
Rubén y Bastón, la otra cara
¿Qué ha pasado con los otros goleadores de Segunda División en el mágico 2014-15? ¿Padecen la sequía de Araujo? El pistolero grancanario Rubén Castro -que ya contaba con una experiencia notable en la máxima categoría (206)- se siente cómodo y maneja la presión: 4 goles y 2 asistencias. Por su parte, Borja Bastón, bronce en Segunda con 22, también cuenta con 4 con el Eibar. Conforman la otra cara, respiran exultantes y están en racha. Pero Araujo tiene un comodín mágico. El aliento de los cuatro mosqueteros amarillos de pólvora.
Las cifras
