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Indignación bajo la lluvia

La gran mayoría de aficionados que hicieron cola en el Gran Canaria bajo el aguacero que inundó la capital, se fue del recinto sin entradas para vera la UD en el Santiago Bernábéu

Indignación bajo la lluvia

Los calcetines empapados se mezclaron con las caras largas de rabia e indignación. La mayoría de los aficionados de la UD Las Palmas que se acercaron a las taquillas del Estadio de Gran Canaria en búsqueda de entradas para la visita del conjunto amarillo al Santiago Bernabéu se fueron sin ellas. El sentir general de todos los hinchas que volvieron a casa tras pasar una mañana bajo la lluvia era el mismo: falta de información, poca transparencia con el tema y maltrato al abonado en el procedimiento de venta de localidades.

"Sólo vi a unas 30 personas salir de aquí con entrada. Es imposible que se hayan agotado, que es lo único que nos han dicho". El testimonio es de Joel García, estudiante de Ingeniería en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que junto a Omar Vega, Eliezer Ramos y Octavio Quintana, tres compañeros de clase, todos abonados de la UD, se plantaron a las 09.00 horas de la mañana de ayer en el Estadio de Gran Canaria. Una hora después el club puso a la venta las localidades cedidas por el Real Madrid reservadas a la afición visitante. Cada aficionado, por 35 euros, podía retirar un máximo de seis entradas para el partido del sábado 31 de octubre. Además, para evitar la reventa, estas entradas son nominativas y sólo el portador de esos billetes con su nombre está legitimado a entrar en el Santiago Bernabéu.

De momento, este grupo de amigos que tiene preparado su viaje con más de un mes de antelación, sólo puede esperar a que el Madrid libere más entradas para la afición visitante. Razón por la cual dejaron sus datos personales a la espera de una llamada que les diga que tienen su localidad en el sector visitante. Si no, lo tienen claro. "No quedará otra cosa que verlo en otro lado aunque no estemos juntos", resumen.

A Javier Afonso lo que más le ha molestado de este asunto es la falta de información. "No ha habido una comunicación correcta en las taquillas. Tampoco los días antes, pero es lo que pasa siempre con este club", narra mientras critica la falta de transparencia de la entidad para decir cuántas entradas tenía disponibles para vender.

Kevin Delgado, vecino de Hoya Andrea, también aguantó el chaparrón que ahogó a la ciudad por una entrada que nunca llegó. "Estar aquí desde las 09.00 no ha servido para nada", lamenta. Partirá a Madrid desde el miércoles para presenciar el partido junto con tres amigos del barrio. Jesús Rey es uno de ellos. "Sin exagerar, en una hora de cola, apenas nos movimos un par de metros", explica.

Por su parte, Sergio Moreno, integrante de la misma expedición tiene una pregunta para el club: "¿Por qué no nos dicen cuántas entradas han vendido? Creo que es algo fácil de hacer". Kevin Gil, de lo que se queja es del trato al fiel. "No veo justo que el abonado no tenga preferencia, me parece injusto", sentencia.

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