La batalla de los delineantes. En la zona de creación, Vicente Gómez dejó su etiqueta barroca. Se cruzó con Modric, Casemiro y Kroos pero ni se inmutó. Dejó su registro de juego coherente con 70 pases -solo entregó dos balones al rival-. No le temblaron las piernas ante la galaxia. Y el amarillo sale reforzado a pesar de la derrota. En el infierno blanco, le ganó la partida de póquer a Modric en este pulso por el timón.

Es la extensión de Setién en el césped y encadena dos encuentros a un nivel notable. Ha pasado de proscrito -con el destituido Herrera- a jefe de operaciones. Siempre se mostró para terminar con solo cuatro pérdidas. Recibió tres faltas y recuperó siete balones en la medular. Con una aportación fundamental a la hora de iniciar, todos los balones del cuadro amarillo pasaron por la nueva brújula del engranaje táctico.

En esa batalla con el croata Modric, el GPS del Madrid, Vicente se impuso por corazón. Se dejó el alma en labores destructivas -fue corriendo de un área a otra para forzar un saque de banda y abortar la salida de Cristiano-. Un gesto que desnuda el grado de compromiso por el escudo. Fue el mejor de los amarillos, y recuperó cuatro balones más que Modric en el pulso.

Z Sacrifica su definición

El nuevo Vicente brilla y confirma la ceguera de Herrera. Pero respira lejos del área. De esta manera, la UD pierde a uno de sus atacantes más creativos pero gana en entereza. El del barrio de Schamann se alinea con Roque y Hernán. Ayer, nadie añoró la figura de Wakaso, que fue descartado y se quedó en la Isla. Culio, que ejerció de mediocentro ante el Getafe, se quedó en el banquillo. El nuevo orden táctico de Setién va tomando forma, y todo gira en torno a la sombra de Vicente.

La UD se armó de valor y acarició el 50% de posesión. Con cuatro partidos y solo 197 minutos, Vicente comienza a ver la luz. Mostró habilidad y personalidad, dotes de mando e inspiración. Acosado por Modric, trató de asociarse con Roque y Hernán de forma insistente. Es el nuevo credo de Setién. La resurrección se gesta desde el toque. En la batalla del pase, el vencedor fue el '4' amarillo. El Madrid tiró de pegada, pero a la hora de elaborar, Vicente Gómez se presentó al planeta.