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Galones fuera

Setién relega a Sergio Araujo, que pisa el banquillo de la UD por vez primera en Liga

Kiko Casilla atrapa el balón en presencia de Willian. J. C. GUERRA

Lo nunca visto: Sergio Araujo en el banquillo de la UD Las Palmas. Y en el Santiago Bernabéu. Quique Setién arrancó de cuajo, en uno de los templos del fútbol español, la etiqueta de indiscutible del argentino, que en las nueve primeras jornadas solo había marcado dos goles, ambos contra el Celta. Es el declive del héroe del ascenso, por el que la UD rechazó en verano una oferta del Palermo superior a los 10 millones de euros. Sin embargo ayer, en una de las citas señaladas en rojo en el calendario de Primera División, el emblema del proyecto amarillo fue relegado tras un inicio de temporada en el que no se ha acercado nunca al de su maravillosa y decisiva versión del curso pasado, en la que solo empezó desde el banquillo en un duelo de Copa del Rey, en la ida ante el Celta.

Ya avisó Quique Setién que con su llegada todos partían de cero. Borrón y cuenta nueva. Y en esa lista de perjudicados Sergio Araujo es el penúltimo inquilino. Ya estaba Dani Castellano, que también se quedó fuera de la lista ayer, y Wakaso, que ni siquiera viajó a Madrid. Igualmente se quedó en el banquillo y no jugó Juan Emmanuel Culio, que se quedó sin minutos por primera vez en la temporada por decisión técnica. Es la revolución de Quique Setién, que rompe con los moldes heredados de la era de Paco Herrera mientras busca su once favorito, el que logre trasladar al campo el fútbol que tiene en la cabeza.

Fuera de forma

Y en esa libreta no entró ayer Sergio Araujo. El argentino, que llegó a la pretemporada con sobrepeso y no ha adquirido todavía el estado de forma esperado, dejó su sitio a Willian José. El brasileño ha tenido que lidiar con la sombra de Borja Bastón, que también estuvo a punto de llegar a la Isla y ahora lo borda en el Eibar. El brasileño, mientras, no había demostrado ser una amenaza seria para Araujo en la pelea por la titularidad. En los pocos minutos que le había dejado Herrera mostró poco ímpetu y solo destellos de lo que puede llegar a ofrecer. Ayer su actuación tampoco despejó las incógnitas de Setién.

Y es que Willian, que ya había pisado el Bernabéu como suplente en su etapa como merengue, registró un aprobado justito en su segunda titularidad. La anterior llegó en Balaídos, donde fue sustituido a los diez minutos por la temprana expulsión de Javi Varas.

Jugó bien de espaldas el brasileño, que supo asociarse con sus compañeros para dar continuidad al juego, aunque lo hizo en pocas acciones. Ante un toro como es Varane y su acompañante Nacho, titular por la baja de Sergio Ramos y debido a que Pepe, que estaba en el banquillo, acababa de salir de una lesión, a Willian le faltó presencia aunque al equipo le costó hacerle llegar el balón.

En ese contexto tuvo dos ocasiones. La primera fue cuando embocó un rechace de Casilla tras tiro de Jonathan Viera, pero el portero estuvo ágil. El meta, debutante por la lesión de Keylor Navas, le frenó su oportunidad más clara en un espléndido lanzamiento de falta que buscaba la escuadra. Su otro remate a puerta -en total fueron tres- se marchó a las nubes en el inicio de la segunda mitad tras una gran asistencia de Vicente.

Willian, perfil Setién

Al brasileño le cuesta más encarar que a Sergio Araujo. No hizo, y ni siquiera lo intentó, un regate. Y solo amenazó la espalda de los centrales en un saque de portería de Javi Varas que obligó a Casilla a salir de su área. Las virtudes del brasileño son otras, como la que mostró cuando entregó un pase con el pecho a Jonathan Viera, que desde la frontal del área remató muy arriba. Le faltó mordiente, eso sí, para atender a un centro de El Zhar que despejó Varane en boca de gol.

Duró ochenta minutos el brasileño, que fue el tercer jugador en salir sustituido, síntoma de que a Setién no le disgustó. Y es que el técnico optaba en Lugo por delanteros corpulentos a pesar de que no tuvieran demasiada movilidad. Fue el caso de Fran Sandaza -que el curso pasado triunfó en Girona- o de Óscar Díaz, que tras su año en el Lugo dio el salto al Almería en Primera. También cumple con ese perfil Rennella, ahora en el Betis de Rubén Castro.

Tendrá que sudar, por tanto, Sergio Araujo, que nunca se había visto en este panorama. Es un reto enorme para el 'Chino', toda una prueba psicológica. En principio pareció captar el mensaje ya que entró con hambre y disfrutó de una buena ocasión. La sustitución llegó en el minuto 80 y al poco de aparecer en el césped pisó área contraria. A centro de Nauzet Alemán, el argentino se anticipó a la defensa y su remate cruzado superó a Kiko Casilla pero caminó en paralelo a la línea de gol. Ya por entonces había poca tensión en el campo, con la zaga del Real Madrid relajada y los amarillos dejándose llevar. Pero pocos balones más tocó Araujo.

Ahora la pelota está en el tejado del 'Chino', ídolo para la afición, que pese a su baja forma nada le había recriminado en este inicio de curso. Víctima en muchas jornadas del planteamiento conservador de Paco Herrera, el argentino ha combinado partidos de mucha brega con otros en los que ha pasado totalmente desapercibido.

Ha tenido pocas ocasiones de gol Sergio Araujo, una situación diferente a la que vivió la temporada pasada, cuando pasó diez jornadas sin marcar. Por entonces la UD generaba más, mientras que ahora le toca sobrevivir con menos participación. Pero es el emblema, uno de los encargados de marcar las diferencias. Y no está dando la talla, hasta el punto de que ya ha perdido los galones. Sergio Araujo ahora empieza de nuevo.

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