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Juan Guedes jr.: el hijo de una leyenda

"Tengo el regalo más preciado, su apellido y la camiseta con la que debutó y jugó su último partido", señala el descendiente del 'Mariscal'

Juan Guedes jr.: el hijo de una leyenda

Alguien lo presentó en una reunión con un "y aquí el amigo Juan Guedes". Sin más. Dos minutos tardaron los asistentes en acercarse y preguntar qué relación tenía con quien es leyenda de fútbol canario: Juan Guedes, El Mariscal, el centrocampista de la época de oro de la UD Las Palmas; el hombre, alto, tímido, moreno, de ojos negros y zancada larga.

El que hoy, casi más de 45 años después de su muerte -acaecida el 9 de marzo de 1971-, conforma junto a Tonono y Germán la terna de figuras que no se borra de la memoria de quienes vivimos en estas islas. Tres leyendas del fútbol canario y, sin duda, español.

Juanito Guedes tenía 28 años cuando una enfermedad que hoy tiene muchas salidas se lo llevó por delante. Eran otros tiempos. Cuatro años después, la maldición amarilla pondría su punto de mira en la vida de quien Juan hijo califica de "mi tío, el hermano de mi padre, Tonono". Guedes tuvo dos hijos, Juan, 47 años, y Javier, 44. Lo feliz que sería hoy El Mariscal si conociera a sus nietos, Iker y María.

Juan Guedes hijo tenía 3 años y poco cuando perdió a su padre. De él, de su padre, sólo tiene recuerdos en blanco y negro o relatos que llegan de voces quebradas por la emoción. Y grabaciones de su padre jugando con la UD Las Palmas pero de escasa calidad, troceadas, fruto también de la época. Y fotos en blanco y negro. Todo entonces era en blanco y negro, gris. Los colores no se habían inventado. Nos hemos visto estos días porque desde el día que nos conocimos me interesó saber cómo se vive con el peso de una leyenda, se lo dije y le gustó.

Ese día Juan Guedes junior abrió decenas de fotos familiares que documentó con cariño y en ocasiones con emoción: "Mira, mira? aquí me tienes jugando con mi padre en el césped del Insular en un entrenamiento? o en el salón de casa. Yo era un niñito? o mírame ahí en sus brazos. Son las últimas fotos que tengo con él, las últimas. Luego tengo otras, pero ya familiares". Ha ido "conociendo" a su padre por voces cercanas, como la de su padrino, José González Gil, que estuvo muy cerca de la gran figura del futbol canario. "Él me ha contado tantas cosas de papá; hemos hablado tanto, que es como si le tuviera cerca. Me dijo que mi padre era honesto, sencillo, hombre de principios, muy familiar, no amante de barullos. Y me hizo una confesión que llevaré grabada en el corazón mientras viva: "Su dolor más grande", me contó José, "fue saber que no vería crecer a sus hijos", tenía 27 años, oye? El cáncer avanzaba, se le había reproducido y él lo sabía".

Cuenta que en ese tiempo, en los setenta, "mi padre ganaba en la UD Las Palmas 35.000 pesetas de sueldo más una ficha de un millón de pesetas ¿vale?, pues bueno, el Barcelona le ofreció 14 veces lo que le daba Las Palmas, que yo tengo esos papeles. ¿Qué hubiera hecho otro?, pues irse... pero él, que me lo ha contado mi madre, no quiso. Él amaba mucho su tierra; era un hombre sencillo que vivía bien y era feliz en Los Taharales y ya está".

Le pregunto si rechazar semejante oferta le parece bien o mal... "A lo mejor hoy yo le diría "papá, aquí no hay más que hacer, vámonos", Pero estoy seguro que me diría que no. Yo creo, y respeto a todo el mundo, que los que se han ido mal de la UD Las Palmas no han querido al equipo, a su tierra, como Juanito Guedes".

Cuando Guedes junior ha visto jugar a su famoso padre en grabaciones, es que se le cae la baba: "Yo lo veo y digo "esto es un fenómeno"; hacer comparativas es muy difícil, pero desde el punto de vista físico y futbolístico tenía talento, driblaba, tenía coraje, estilo, "veía el futbol" y era goleador, aunque para mi poseía una característica que hoy tienen pocos o ninguno. Ya no hay jugadores con capacidad, con autoridad para echarse el equipo a la espalda, el sí la tenía".

Juan ¿qué quiere decir eso de que la Unión Deportiva Las Palmas jugaba de memoria?, le pregunto. "Pues que sus compañeros, Gilberto, por ejemplo, veía a mi padre con él balón y salía pitando porque sabía que mi padre le iba a dar un pase que le dejaría la pelota a medio metro de los pies. Verlo jugar ha sido un placer, emociona. Este tío es un fenómeno como digo yo".

Para Juan vivir con el peso de una leyenda que sigue viva en el recuerdo de todos los canarios es un orgullo y un dolor, ¿no?: "¿Qué cómo se vive con esa ausencia?, siempre está en mi recuerdo, los sentimientos de cariño no se borrarán nunca. Mi padre era un hombre muy querido y admirado porque es que además de gran futbolista humanamente lo era más". Cuenta que "siendo como era un crack, una estrella, un jugador de la selección nacional, el tío venía a casa y jugaba en la calle con un montón de chiquillos. Ellos me lo recuerdan y yo le digo, por si me escucha, "viejo, has sido un campeón". Es que ya no nacen jugadores como Don Juan Guedes. No nacen y punto".

Juan, ¿es verdad que tu padre quería ser presidente de la UD Las Palmas?, "si señora. Lo decía en casa, otra cosa es que lo hiciera mal o bien. Es que mi padre veía a la UD Las Palmas como una empresa. A quien admiraba y quiso mucho fue a Don Jesús García Panasco, que fue un padre para él. Un caballero que supongo que porque estaba en la directiva del equipo le pagó después de dos años muerto el mismo dinero que si mi padre estuviera vivo. La ficha y el sueldo ¿quien hace eso?, nadie, sólo Don Jesús".

Y de la UD Las Palmas actual, ¿qué decimos?: "No es que no esté contento con el equipo, es que me duele lo que veo. Lo que hicieron con Herrera no me pareció bien. En el fútbol hay que dar tiempo al tiempo y aquí cada poco bailan con otra novia. Eso es lo que pienso. Pero, fíjate, a pesar de ello creo que vamos a quedarnos en Primera a trancas y barrancas".

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