La Provincia - Diario de Las Palmas

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Liga BBVA. 10ª Jornada.

La UD se deja asustar

El Real Madrid, que encarriló la victoria en 13 minutos, no da opción al equipo amarillo (3-1)

La UD se deja asustar

A la Unión Deportiva Las Palmas, en pleno proceso de reconstrucción tras el despido de Paco Herrera y la contratación de Quique Setién como entrenador, ayer se le hizo muy grande el Bernabéu. Ante un Real Madrid de carácter granítico y aire algo distraído por la inminente visita del París Saint-Germain, el equipo amarillo se dejó asustar por todo -desde el monumental escenario hasta la leyenda del rival- casi desde el calentamiento: a los 13 minutos, tras los goles de Isco y Cristiano Ronaldo, ya había entregado la cuchara. El castigo, con todo, no fue cruel. La UD abandonó anoche la capital con una clara derrota (3-1) en el bolsillo, pero con el indulto de la goleada blanca sellado en la frente y la ligera sensación de que, por lo menos, sabe a lo que quiere jugar, que no es poco.

Atada a una idea de juego, modelo que con Quique Setién no se discute, en la penitencia lleva la condena la Unión Deportiva. Aspira a mejorar, a dejar atrás pecados del pasado, el representativo grancanario a partir de tener el balón. Y justo por ahí, por ese empeño, Las Palmas encajó ayer el primer golpe en el Bernabéu. Fue entre un parpadeo blanco y un tembleque amarillo, nada más arrancar el duelo y después de que el Real Madrid se pasara tres minutos, desde el saque inicial, empeñado en sobar el esférico para ganar metros con disimulo. Esa acción concluyó con un saque de puerta y un problema mayúsculo para el conjunto grancanario: de repente no supo qué hacer con la pelota, un objeto al que de golpe trató como un extraño.

Obligada a poner el juego en marcha desde su portería, la Unión Deportiva escenificó bien la teoría. Aythami Artiles y Pedro Bigas -los centrales- se abrieron a los laterales del área y Vicente se descolgó para acercarse hasta la frontal y ofrecerse. Hasta ahí, todo en orden. Pero todo lo que sucedió después rozó el drama hasta revelar una verdad absoluta: a Quique Setién le espera tajo para casar esta empresa adelante y acabar el curso con el equipo amarillo en posiciones de permanencia.

El Real Madrid, con ganas de marcha, olió la debilidad de Las Palmas y adelantó la línea para presionar la salida de balón amarilla. Al instante, Javi Varas dudó al poner la pelota en juego y el resto del equipo se puso a temblar ante la responsabilidad de tener que poner en marcha la maquinaria. Al síntoma, que acompaña a la leyenda del conjunto merengue desde tiempos inmemoriales, le puso nombre Jorge Valdano: miedo escénico. Y eso, aunque parezca un cuento, influye entre todos los cándidos rivales que se asoman por Chamartín. Que se lo pregunten a Las Palmas, incapaz de cruzar una de sus últimas fronteras: ganar al gigante blanco en el Bernabéu.

Desmoronamiento inicial

Sucedió todo en un chispazo. Con todos los focos apuntando hacia su posición, Varas -presionado por Kroos- rifó el balón, Roque controló tarde y mal el esférico tras el pase del guardameta y Casemiro, tras la recuperación de Jesé, completó la escena: con un pase teledirigido con precisión lanzó a Isco por la izquierda contra la portería de Las Palmas. El internacional español, novedad en el once de Rafa Benítez con respecto a la alineación presentada en Balaídos contra el Celta, tiró de clase y, con un disparo cruzado, batió a Varas (min. 4) y despejó el camino para el rodillo blanco.

El tanto de Isco no calmó el apetito pantagruélico del Real Madrid. Se empezaba a quitar la Unión Deportiva el susto de encima cuando Cristiano Ronaldo cortó el aire para adelantarse a los centrales amarillos y mandar a la red el balón tras cabecear un espectacular centro de un Marcelo sublime en las dos orillas del terreno de juego (2-0, min. 13). El gol, además, permitió al delantero de Madeira dibujar una muesca más en su hoja de servicios: ya ha batido las porterías de todos los equipos con los que se ha cruzado en la Liga BBVA.

Con el horizonte despejado, con el marcador tan a favor y ante un adversario tan temeroso, el Real Madrid se puso a sestear y ver cómo crecen algunos de sus secundarios -Casemiro va para fenómeno, Danilo se anima a conquistar el lateral derecho por el ataque y Jesé vuelve a volar alto-. Optó el grupo que entrena Rafa Benítez por administrar el resultado y las energías ante todo lo que está por venir en su calendario -PSG y FC Barcelona- y hasta no le importó lo más mínimo ceder la pelota a Las Palmas para ver qué era capaz de hacer con ella el conjunto amarillo.

Varió el once titular, con respecto al que dispuso la semana pasada ante el Villarreal CF, Setién. En el Bernabéu, contra todo un Real Madrid, fue más cauto y tomó más precauciones. Atrás, mantuvo a toda la línea. Varas es el portero titular y David Simón, Aythami, Bigas y Garrido dan forma a la defensa. Pero por delante, el técnico cántabro retocó cosas. Plantó tres mediocentros, Roque, Vicente y Hernán, dejó en el banquillo a Tana y retiró la condición de titular a Araujo para dar una oportunidad a Willian José.

Después de perderse durante un buen rato en un insípido juego horizontal, la Unión Deportiva se animó en el minuto 18 por la banda izquierda. Por allí apareció Jonathan Viera para dejar en el suelo a Danilo con un quiebro y probar a Kiko Casilla, portero titular ayer en el Real Madrid -por la lesión de Keylor Navas- y que en el minuto 37 tuvo el dudoso honor de encajar el primer gol que recibe el conjunto blanco en el Bernabéu esta temporada.

Fue a balón parado. El Zhar colgó un balón en un córner y Hernán, ante la distensión del Real Madrid en las marcas, cabeceó bien y a placer para dibujar el 2-1 en el marcador y plantear un partido nuevo en el Bernabéu. Esa posibilidad, para desgracia de los intereses de Las Palmas, sólo se mantuvo en pie durante cinco minutos, el tiempo que tardó Jesé en levantar la mano para gritar al mundo que va en serio.

El delantero grancanario, un figura, entró como un torbellino por la banda izquierda para quebrar y dejar tirado en el suelo a Aythami y superar a Varas con un chut cruzado que selló el encuentro (3-1, min. 42). Aunque en el reloj aún quedaban por consumir 48 minutos de juego, el partido murió en ese preciso instante. Al Real Madrid, metido en otras batallas, le dio por tumbarse en la poltrona para esperar al PSG -excepto a Cristiano Ronaldo, desesperado por aumentar su cuenta goleadora y que debió ser expulsado por una agresión a David Simón-. Y a la Unión Deportiva, con el 7-0 que encajó la penúltima vez que se asomó por aquí en el recuerdo, le dio por conformarse con un castigo menor.

Sin tregua, la Real Sociedad ya se deja ver en el camino de Las Palmas. Y el viernes, tras sumar sólo seis puntos en diez jornadas, ya no habrá lugar para las excusas. El tiempo mengua y la distancia hasta el punto de destino se achica.

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