Jonathan Viera contra Nuno Espíritu Santo. La hora de la venganza. En el volcán de Mestalla, este sábado (21.00 horas, y con las cámaras de Canal Plus Liga), el mediapunta grancanario de la UD -con dos tantos ante Barça y Real Sociedad- se reencuentra con el entrenador portugués. El mismo que le abrió la puerta de salida en agosto de 2014, y que provocó que el de La Feria diese carpetazo a su periplo en el club che. Un adiós sin honor del Turia.
Este pulso, entre artista barroco y estratega, muy cuestionado por la parroquia valencianista, aporta pimienta a un duelo desigual, entre uno de los gigantes de la competición de oro -se han gastado más de 100 millones de euros en refuerzos- ante un recién ascendido como el isleño con 36 millones de presupuesto. La última victoria del Valencia, con un festival de pólvora (1-5), en Balaídos ante el Celta de Vigo, ha aplacado la furia de la grada con el portugués. El grito de 'Nuno vete ya' se ha hecho famoso, un cántico que ya forma parte de la cultura del lugar. Y en esas, aparece Viera.
El futbolista isleño computó 26 encuentros con la camisa del Valencia (entre la 2012-13 y 2013-14) y debutó en Champions. Solo tuvo continuidad con Pellegrino -destituido en diciembre del 2012- y la llegada de Ernesto Valverde resultó fatal -solo jugó 6 partidos de Liga-. Tuvo que hacer las maletas para salir a préstamo y comenzaba de cero.
En la pretemporada de la 2014-15, Viera regresaba a Mestalla tras su cesión al Rayo Vallecano de Paco Jémez. En Vallecas firmó 28 partidos (1.727') y cinco goles. Solo una lesión muscular, en el tramo final de aquel curso 2013-14, ensombrecieron una actuación notable en el modesto cuadro madrileño. Para enmarcar, su efectividad ante el Real Madrid de Ancelotti (con dos tantos de penalti para batir a Diego López) en la derrota (2-3) en Vallecas.
Y en el verano de 2014, Viera deslumbró con su juego de seda. Marcó dos goles ante el SpVgg Bayreuth alemán y comenzaba a hacer méritos para la prensa y comisión deportiva. Elevó su aportación a tres tantos en la gira veraniega. Igual que en el verano anterior, cuando logró un tanto de bandera ante el Inter de Milán. Rey del verano, fijo en los descartes. En plena Emirates Cup de Londres -3 de agosto-, Nuno comunicaba a Viera que se buscase destino. No jugó ni solo un minuto en la cita internacional ante Mónaco y en la gran final ante el Benfica.
En la lista negra con Banega
En la relación del terror, junto a Viera se sumaban Vinícius, Banega, Jonas o Hélder Postiga. Fueron apartados, a dos semanas del inicio de la competición liguera. Todos fueron saliendo en una procesión maldita. El de La Feria veía truncado su sueño de triunfar en el Valencia, club al que llegó en mayo del 2012 tras abonar el club che 2,5 millones de euros a la UD. "Sé que puedo hacerlo, mi meta es ser feliz en Valencia", valoraba antes de la criba definitiva.
Rayo, Elche y Deportivo trataron sin éxito la cesión de Viera, que tenía contrato con el Valencia hasta junio del 2017. Con la intervención de su agente Pedro Bravo, el 31 de agosto rescindía su contrato y firmaba pro el Standard de Lieja -de Júpiter League belga-. Firmó por dos años. Se marchó sin dar un portazo. Agradeciendo el respaldo y el amor de Mestalla. No dijo nada sobre Nuno. En el club maldito, Vinícius también se marchó al Standard, mientras que Banega regresó a Newell's y luego al Sevilla; Jonas reforzó al Benfica y Helder Postiga, al Dépor.
El estilista recalcó que no lo celebrará si marca: "Ese equipo me lo dio todo para jugar en Primera. Fue el conjunto que apostó por mí, luego las cosas pueden salir bien o mal. Seguramente tuve parte de culpa (...) Hay que guardar siempre respeto por los que apuestan por ti, no se olvida". El sábado, empieza la fiesta. Ajuste de cuentas en Mestalla.
