Desafío en el jardín de los dioses. Cuarta entrega. La UD, tras caer con decoro en el Calderón (1-0), Camp Nou (2-1) y Santiago Bernabéu (3-1), pisa esta noche otro escenario de caviar como el infierno de Mestalla. Los amarillos, con una lista revolucionaria, en la que regresan Asdrúbal -la primera citación de toda la temporada-, Dani Castellano y Culio, buscan poner fin la sequía de gloria como foráneos en la liga de las estrellas y aprovechar el divorcio eterno de un rival volcánico. La última victoria lejos de la Isla en Primera se remonta a diciembre a 2001, en el mágico derbi del apagón ante el Tenerife en el Heliodoro.

Ha pasado una eternidad, y los de Setién, fortalecidos tras la victoria ante la Real Sociedad, confían en sellar el milagro con el anhelo histórico del Mestallazo. En febrero de 1997, los amarillos, con Paco Castellano en el banquillo, firmaban la última victoria en el templo ché, con un portentoso (0-2), en la vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey, que tras la tanda de penaltis, disparó la mística de los Orlandito, Socorro, Turu Flores, Paquito y Juan Carlos Valerón, el único superviviente de aquella hazaña aún en el plantel y convocatoria.

Protagonistas y revolución

Es la noche de Jonathan Viera. El mediapunta de La Feria vuelve a Mestalla como uno de los estandartes de la UD. Permaneció dos temporadas con altibajos -solo tuvo continuidad con Pellegrino- y no pudo demostrar su magia por culpa de Nuno, el técnico más cuestionado del planeta. El atacante amarillo se reencuentra con su verdugo, en 90 minutos de pasión y espectáculo, en una clara escenificación de un ajuste de cuentas imperial.

Ese Nuno versus Viera, conforma el mayor de los atractivos de un pulso marcado por los matices. Como la diferencia de gasto en la materia de fichajes, los 140 millones de euros del bloque ché retan a los apenas 3,5 de la UD -abonados por Araujo (2,5) y Viera (1)-. En esa guerra de cifras, bailan muchos contrastes, como que el bloque de Nuno, que se fundamenta en el olfato de Alcácer, se mantiene invicto en Mestalla en la cita liguera.

El último triunfo (1-5) a domicilio del Valencia, en Balaídos, ante un primoroso Celta de Vigo, ha terminado, por ahora, con ese runrún y guillotinas sobre el preparador luso representado por Jorge Mendes. ¿Y si Viera es el cianuro de Nuno. Los amarillos llegan de puntillas, sin hacer ruido, con una lista revolucionaria y con la meta de incendiar el partenón de la horchata.

La última victoria de la UD lejos del Gran Canaria en partido oficial se remonta a la ida de las semifinales del playoff ante el Real Valladolid en Pucela (0-1), el pasado junio. Pero en este jardín de los dioses, una plaza de riesgo atómico, se antoja difícil ante un sello de Champions, confeccionado a golpe de talonario, superando el gasto de Madrid o Barça en este curso liguero.

El equipo amarillo, refugiado siempre en el verso y la poesía, ha puesto el piloto automático con un once que sale casi de memoria. Solo la recuperación de Dani Castellano -en el lateral zurdo- alterna un dispositivo táctico que triunfó ante la Real para mandar al paro a David Moyes. La pareja Vicente Gómez-Roque Mesa conforma el pasaporte biológico de un equipo en plena fase de madurez. Con el elemento afrodisíaco del búfalo Asdrúbal Padrón, la UD apela a la hazaña para sumar su primera victoria foránea de la temporada.

En la otra trinchera, un Valencia de uñas, en plena fase de combustión, siempre al borde del precipicio y necesitado de minutos de gloria. Buscan la reconciliación en el templo che, entre la grada y Nuno, pero la UD ha demostrado que maneja el diálogo con los gigantes de la competición. Han cursado los amarillos un máster de sensaciones ante Atlético, Barça o Madrid, pero un hilo argumental que no se traduce en puntos. En busca de la hazaña, con el deseo de clonar el Mestallazo, los de Setién se abrazan a Viera, que clama venganza. El príncipe de La Isleta afronta su gran noche.