La venganza del genio. En el templo del murciélago, la UD bailó al Valencia (1-1) y se dejó dos puntos con un gran gol de Viera -que se fue del club del Turia por la puerta falsa por decisión de Nuno, que ayer se llevó un bofetón de su parroquia-. En una actuación antológica del bloque isleño, solo faltó más contundencia ante Jaume -un palo de Tana y hasta 8 ocasiones muy claras- para liar la mundial.

Los amarillos, con personalidad y magia, maniataron al bloque ´che´ en los primeros 45 minutos. La pitada de Mestalla marcó el punto de inflexión. Pero no había una pizca de dinamita. Ni Roque, Sergio Araujo, Viera, Momo... todos se estrellaron en los guantes del pulpo Jaume.

Setién dinamitó las quinielas con la presencia de Momo en la propuesta inicial. El extremo de Las Torres ocupó la plaza de El Zhar -uno de los genios en la última victoria ante la Real-. El resto, más de lo mismo, con Dani en su vespino en el carril zurdo. La autopista de Viera.

La puesta de largo fue inquietante con un envío largo de Gomes para Alcácer. Viera aprovechó una falta (4´) para desatar el pánico -el balón rozó el palo-. Feghouli golpeó el balón en posición ilegal y se estrelló en la madera. Un pulso a tumba abierta. Sin medias tintas, de poder a poder en la pesadilla de Nuno.

Una cabalgada de Gayá terminó en las botas de Gomes, un tren de alto tonelaje, que firmó un centro con cianuro que Alcácer mandó a la red (7´). Fue el despertar de la bestia de horchata. Un grito huracanado.

Santi Mina se puso las botas por la izquierda. Fue una pesadilla para Simón y Momo en los primeros compases de la batalla. En la zona de creación, Roque Mesa y Gomes se retaron en el desierto. El teldense dio un recital, siempre bien asistido por Tana y Vicente Gómez. El del barrio pesquero de San Cristóbal se fue de la pareja de zagueros local, en una acción de genio, y el disparo se fue por encima del larguero.

Entró la UD en una fase de dudas. El Valencia se sintió cómodo y despiadado. Pero otro error de la línea defensiva del bloque de Nuno dejó un balón franco a Araujo que se estrelló en el pulpo. Mustafi no daba con la fórmula de congelar a Viera. Que estaba en el jardín de su casa. Se reclamó una mano de Aythami en el área de Varas, tras un tiro de Alcácer. La UD crecía y recuperaba el aliento, se había recompuesto de la puñalada. Falta de Momo sobre Mina y el extremo veía la amarilla.

Jamás se entregó el cuadro amarillo que se refugió de nuevo en una cabalgada de Araujo que dibujó un remate endiablado. Silencio y terror en el olimpo del murciélago. Los amarillos -en el minuto 20- ya habían desplegado sus armas de destrucción masiva. Al abordaje, sin complejos, y ante el cabreo del respetable, el argentino sacó la parabólica y un pase de genio para Tana.

El balón era del ejército del verso, una UD mágica que besaba el cielo. Mustafi centró todo el protagonismo. Tuvo trabajo extra. Compró una sierra mecánica para descuartizar cualquier acercamiento de la sinfonía de plátano. Mientras tanto, un taconazo de Viera ante Cancelo, estiró el pánico en la grada.

Había que refugiarse en el toque. El tanto sería cuestión de minutos. La insistencia tendría premio.

Una caída de Araujo en el área ´che´ estiró el calvario de los locales. Fue derribado el delantero pero exageró y cayó al vacío sin premio.

Mustafi frenó de forma brusca a a Dani Castellano y el zaguero fue amonestado. El cuadro grancanario lo intentaba por tierra, mar y aire. Llovían las ocasiones sin cesar: remate frustrado de Bigas y carrusel de críticas a Nuno. La UD estaba ganando la batalla del balón pero tenía alergia al gol. Hasta cinco se esfumaron en el primer acto y la respuesta del Valencia fue de acero: centro de Feghouli que aborta Aythami Artiles. Gran cabalgada de Gomes, que deja a Roque por los suelos y el centro se le marcha a Alcácer a las nubes. Cada pérdida de balón era una carrera supersónica.

Se alcanzó el descanso con una UD sublime, con un recital de clase de Roque. Y los de Nuno se fueron al túnel con el susto en el cuerpo. Un tiro de Momo, tras un gran gesto técnico, lo congeló el eterno Jaume. Descanso y más bronca.

En el segundo tiempo, se hizo justicia con un gol de bandera que finalizó de forma magistral Viera. Un tiro cruzado que se fue a la escuadra. La acción del 1-1 llegó tras otro lanzamiento de falta desde la frontal del genio de La Feria, que no celebró el tanto de la igualada.

Excelencia y al poste

Con Gomes contra las cuerdas, Tana aprovechó otra acción notable de tiralíneas, siempre con el toque por bandera, para mandar el balón a la madera. Despejó al palo Jaume, con otra intervención de mérito. Con Araujo, Viera y Tana, en estado pletórico, los amarillos manejaban a la perfección la ansiedad valencianista. El empate había rejuvenecido a la UD, que disfrutaba al filo del abismo, ante un gigante contra las cuerdas. Javi Fuego y Mustafi se ausentaban de la contienda y Momo, por partida doble, tuvo el tanto de la leyenda. Primero, con un saque de esquina de pícaro, y luego tras zafarse de su marca en el corazón del área. Una lástima.

En la otra trinchera, el Valencia respiraba gracias a la velocidad de Bakkali en un clima infernal. Con el famoso ´Nuno vete ya´ y los pañuelos en tribuna, los amarillos, con Hernán y El Zhar, fueron una máquina de toque y criterio. Araujo, en dos ocasiones, y Viera, con otra internada de oro tuvieron al ogro contra las cuerdas. El Chino malogró la enésima acción de pólvora en la dictadura de plátano.

Vicente, algo esquinado, gozó de la última para pesar de Viera, desesperado. Agotado tras un vendaval. El de La Feria, sublime, se quedó a un centímetro de liquidar al Valencia. Con Culio como rey del mambo, se alcanzó el final. Estalló Mestalla y la UD arrancó un punto en la venganza del príncipe.