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El show viene de Segunda

La UD lo borda en el campo de un grande con nueve titulares de la plantilla que firmó el ascenso

Sergio Araujo se lamenta tras fallar una ocasión de gol. LOF

La vida en Segunda División es muy dura, sobre todo cuando se la recuerda desde el altar de Primera. Uno de los tópicos con los que se suelen consolar dirigentes y aficionados, y que siempre genera división de opiniones, es que en la máxima categoría es más fácil lucir el talento y la magia. Ha sido el caso de la UD Las Palmas, que en su largo período de supervivencia en la categoría de plata, en los que ha coleccionado muchas decepciones, se resguardaba en que algún día, cuando lograra el ascenso, en Primera División esos mismos jugadores se iban a salir. Y ayer en Mestalla, en un campo grande, en el feudo de un poderoso, el consuelo se convirtió en realidad.

Porque la UD Las Palmas mareó al Valencia con Roque y Vicente Gómez en el doble pivote, quitándole el balón a Dani Parejo y André Gomes. Casi nada. Con Tana, que el año pasado ni la olía, haciéndole un traje a Javi Fuego, consolidadísimo en Primera, y encarando sin titubeos el área rival. Con Momo, otro que el año pasado no era indiscutible, cumpliendo en su estreno en el once este curso ante Gayá, y con Jonathan Viera llenando el armario de trajes a Cancelo. Y con un Sergio Araujo muy inspirado lejos del área comiéndose a dos centrales de Liga de Campeones. Todo ello con la compañía de Dani Castellano y David Simón en los costados y Aythami Artiles formando la pareja de centrales con Bigas y delante de Varas, los dos únicos fichajes que salieron como titulares.

La UD Las Palmas apostó por la continuidad este verano, lejos de la estrategia habitual de los recién ascendidos. Varios de los fichajes, pues tres -Wakaso, Willian José y Garrido- de los siete no fueron convocados por decisión técnica, no están mejorando a lo que había. Pero lo que había, con la apuesta de Quique Setién como biblia, es suficiente si el equipo amarillo se comporta como en Mestalla.

Los ´nuevos´ dan la talla

Era ya el cuarto campo de Liga de Campeones que le tocaba visitar a los insulares, que ya han superado esa fase de intimidación y ayer se comportaron con una personalidad deslumbrante. Se mantuvo fiel a su estilo Quique Setién, que ya avisó que es innegociable, y saltó al campo con el mismo bloque que venía convenciendo en el Gran Canaria. Una estructura que solo fue retocada en los costados con Momo en el extremo derecho por El Zhar y Dani Castellano en el lateral zurdo por Garrido. Y ambos cumplieron con nota en las distintas misiones que les encomendó el técnico.

Así, el cántabro mantuvo su apuesta en Tana, que se situó delante de Vicente y Roque, y entre los tres gobernaron el medio. Una demostración de confianza del técnico cántabro, que dejó en el banquillo a Hernán y apostó por el talento en el feudo de otro poderoso. También dio carrete a Momo con la intención de dar pausa al juego, de alargar las posesiones e ir cansando poco a poco al Valencia y a su impaciente afición, que incluso con la victoria momentánea en el marcador pedía la destitución de Nuno. El meneo técnico y táctico desesperó a Mestalla.

Y, más allá de lo que ocurrió en las áreas, donde se suman los puntos; en el centro del campo, donde se aglomeran las sensaciones, la UD Las Palmas registró un sobresaliente. Para redondear la actuación solo faltó rematar una de las numerosas ocasiones que se firmaron en la segunda parte, como el tiro al palo de Tana tras un paradón de Jaume, un remate desviado de Momo en boca de gol o un mano a mano de Araujo que el argentino definió precipitadamente.

La puntería es un detalle muy importante por pulir, pero la visita a Mestalla constata que el plan sigue funcionando. La transición hacia el sello de Quique Setién es mucho más rápida de lo que se esperaba. Tanto que los mismos que el año pasado ascendieron pero también sufrieron correctivos en campos como Anduva, Los Pajaritos o Butarque saben lo que hacen con el balón en los pies.

Derroche de calidad

Allí Vicente, Roque y Tana fueron de nuevo los amos. Sobre todo el teldense, quien más participó, quien más se ofreció y quien más trianguló. Vicente protagonizó esta vez más labores de acompañamiento mientras que los mediapuntas estuvieron más verticales. Porque no se notó la ausencia de El Zhar en la primera parte. Tana, Jonathan Viera y Momo participaron mucho y los laterales dieron otro aire a la verticalidad del equipo.

Así, Simón y Dani Castellano generaron muchos centros de peligro. Mientras, Tana se dejaba ver por las inmediaciones del área más que en anteriores citas. Fue otro paso adelante del de San Cristóbal, que continúa demostrando que sus posibilidades son inmensas. Provocó varias faltas en el borde del área, dio la asistencia de gol a Jonathan Viera y tuvo el segundo en sus botas con un certero remate que desvió Jaume al palo.

Nadie de la UD se cortó, nadie se intimidó. A ninguno le tembló el pulso. Tanto fue así que los amarillos murieron con las botas puestas, acosando el área rival en los últimos minutos y mereciendo la victoria con todas las de la ley. Vuelven a la Isla con un punto debajo del brazo que sabe a poco pero con la convicción de que están en el camino correcto. Y todo ello con la misma base del ascenso.

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