La edad de oro de la leyenda. Juan Carlos Valerón Santana (Arguineguín, 40 años) reta a su obra perfecta. El superhéroe barroco de Arguineguín completó 422 encuentros con la elástica del Deportivo, club que pisa el césped del Gran Canaria este sábado -desde las 21.00 horas y por Canal Plus Liga-. El Flaco militó durante 13 campañas consecutivas en el club gallego. Santo y seña de Riazor, se ganó el cielo a pulso para iluminar el planeta con su magia. Logró 32 tantos, el más importante ante el Milán de Paolo Maldini en Riazor en la vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones.
Un Valerón magistral logró el segundo de los cuatro zarpazos que tumbaron al gigante de Carlo Ancelotti (que contaba en sus filas con Duda, Cafú, Nesta, Pirlo, Gattuso, Seedorf, Kaká, Shevchenko y el Pipo Inzaghi) en una remontada histórica -cayeron 4-1 en San Siro-. Ese 7 de abril del 2004, el Dépor de Valerón alcanzaba la semifinales, su techo en la máxima cita europea. En esa penúltima criba, serían fulminados por el Oporto de Mourinho. Aquellos 90 minutos forman parte del museo del Dépor y Valerón alcanzó el sobresaliente junto al centrocampista Víctor Sánchez, que ahora dirige al club gallego (con 39 años, uno menos que el sureño).
La pesadilla de Florentino
El palmarés del Flaco se gestó en las primeras tres campañas con dos Supercopas (2001, 2003) y una Copa en el Bernabéu ante el Madrid de la galaxia (2002). Fue el 'Centenariazo', una de las grandes hazañas del internacional que lideró la coronación definitiva. Valerón pudo con Zidane. Los tantos de Sergio y Diego Tristán dejaron al coloso blanco sin su fiesta. Un petardazo en el salón de Florentino. A esta cosecha de gloria se suma el regreso a la liga de las estrellas en la 2011-12 con otra lección de magia en el barro. En la categoría de plata, con el escudo del Dépor, también dejó su firma.
Tres títulos, un salto de categoría y 422 noches de locura. Valerón logró 197 victorias y 92 empates. Tuvo que hincar la rodilla en 133 ocasiones. En su ficha deportiva, tres lesiones de gravedad de rodilla, que le obligaron a pasar por el quirófano. Jamás perdió su esencia tropical.
Idolatrado en Riazor, pisó La Coruña en la 2000-01 tras un fin de fiesta traumático con el Atlético de Madrid -con descenso incluido-. Del Calderón a la tierra prometida con 25 años. Debutó ante el Athletic en Riazor (9 de septiembre del 2000) con triunfo (2-0). Siempre junto al aruquense Manuel Pablo, el poeta de Arguineguín se fusionó con el arte diabólico de Pandiani, Tristán y Fran. Desplazó a Djalminha al silencio porque el isleño es inmortal. Nadie cuestionó su elevación hacia los altares, solo las lesiones de rodilla. Indiscutible con la selección nacional -46 encuentros, 5 goles-, fue internacional en 29 ocasiones cuando defendió los intereses del Dépor.
En el Mundial de Corea y Japón del 2002 engordó su condición de inmortal. Participó en la fiesta con un zarpazo de pólvora ante Eslovenia (3-1) en la fase de grupos en Kwangju. Un tanto que aún baila en la memoria: es el último goleador canario en una cita mundialista. Dirigido por Camacho, la España de Raúl, Morientes, Tristán, Puyol, Casillas, Helguera o Xavi Hernández, sucumbió en los cuartos de final de forma trágica ante Corea del Sur. El polémico arbitraje del egipcio Gamal Al Ghandour tiñó de infamia el sueño del Flaco de alcanzar las semis de la Copa del Mundo. También dentro de su aventura en el club gallego, la Roja abrazó a Valerón para disputar las fases finales de la Eurocopa de Bélgica y Países Bajos 2000 y la de Portugal en 2004.
Higbury, Olímpico de Múnich...
En las 48 actuaciones en Copa de Europa, destaca el (0-2) ante el Arsenal en el mítico Highbury -marzo del 2002-. El sureño y Naybet fueron los goleadores en el que se ha considerado el partido más hermoso del cuadro gallego en la competición más prestigiosa del Viejo Continente. El conjunto londinense de Wenger, con Henry, Pires y Bergkamp como estrellas, fue arrollado por el emperador barroco. En la siguiente 2002-03, ante el Bayern de Múnich, brindó otra sinfonía en la fase de grupos de la Champions con un portentoso (2-3). Un 'hat trick' de Makaay fue la tumba de la bestia teutona en otro escenario de prestigio como el Olímpico de Múnich. La pesadilla de Oliver Kahn.
Glamour y barro. En la 2010-11 el genio descendió a los infiernos y en Segunda completó 39 partidos. Con su varita mágica intacta se disfrazó una vez más de salvador. Resultó capital para abrazar el ascenso. Y la 2012-13 fue la definitiva. El epitafio a su mejor etapa de profesional con 34 recitales. El 1 de junio de 2013 no pudo evitar el descenso y dijo adiós a Riazor tras caer ante la Real. La última noche. El punto y final a trece campañas de inspiración divina.
