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Brindisi, el hombre del presidente

Ramírez negoció y llegó a un acuerdo con el entrenador argentino tras la destitución de Herrera - La oposición de la dirección deportiva, que apostó por Setién, frenó la operación

"Siempre confiaba en el fútbol que hacía. En el Lugo, cada vez que nos cruzábamos, nos daba un meneo". Esas palabras de elogio las pronunció Miguel Ángel Ramírez, el lunes, y con ellas apuntó hacia a Quique Setién. Con ese discurso, el presidente de la Unión Deportiva Las Palmas, piropeó al entrenador que ha reanimado al equipo amarillo en las últimas semanas, pero ocultó parte de la información: su apuesta, para relevar a Paco Herrera y ocupar el banquillo, era Miguel Ángel Brindisi, leyenda del representativo grancanario en los años 70 y técnico -entre otros- de Independiente de Avellaneda (Argentina), Barcelona de Guayaquil (Ecuador), RCD Espanyol (Barcelona) y la propia UD -en 1991-.

En la víspera de la visita de Las Palmas al Coliseum Alfonso Pérez, Ramírez contactó con Brindisi ante la inminente posibilidad de que Herrera fuera destituido tras una derrota en ese partido. No era la primera vez que el mandatario deslizaba al preparador argentino su deseo de verlo en el banquillo del equipo amarillo. Ya en enero, con motivo del homenaje a Germán Dévora -honra en la que Brindisi, junto a Wolff, Morete y Brindisi recibieron la insignia de oro y brillantes de la entidad de Pío XII-, el presidente deslizó al entrenador que en poco tiempo regresaría al banquillo de la UD.

Agradecido por estar en una relación de candidatos a ocupar el banquillo de Las Palmas, Brindisi regresó en enero a Argentina y, nueve meses después de su último paso por Gran Canaria, volvió a recibir noticias del club. El interlocutor, entonces, fue Ramírez y la propuesta, meridiana: sustituir en el banquillo a Paco Herrera, ya sin crédito pese a lograr el ascenso a Primera División y tras sólo ocho jornadas del curso.

Viaje a Madrid

Ante la propuesta en firme de la Unión Deportiva, Brindisi se desplazó desde Buenos Aires hasta Madrid. Pese a que algunas fuentes le situaron en el Coliseum Alfonso Pérez para presenciar en directo el duelo entre el Getafe y Las Palmas, el técnico argentino niega ese extremo aunque admite una reunión posterior al encuentro con Ramírez para cerrar su regreso a la disciplina amarilla, acuerdo que no se dio porque la dirección deportiva del club grancanario -compuesta por Toni Cruz y Luis Helguera- optó por negociar y concretar la incorporación de Quique Setién.

Ante esa disyuntiva, la posición de los técnicos fue rotunda: consideraban que la plantilla, tras algo más de un año a las órdenes de Paco Herrera, necesitaba un cambio radical en la forma de trabajo. Durante esos convulsos días, dentro de la entidad de Pío XII se criticó con dureza los pocos entrenamiento que realizó la Unión Deportiva entre el partido que le enfrentó a la SD Eibar y la visita al Getafe -entre ambas citas transcurrieron 15 días, en los que el equipo amarillo, por ejemplo, completó dos jornadas de preparación con una sesión de airsoft y otra de padbol-. Y, en ese escenario, bajo el criterio de la dirección deportiva, la figura de Brindisi -de 65 años y fuera de Europa desde 2000- mantendría una línea de continuidad.

Elegido -y anunciado- Setién para sacar a la Unión Deportiva del lío, Brindisi -molesto- abandonó Madrid para regresar a Buenos Aires. El asunto, hasta ahora, no había trascendido a la escena pública. Sin embargo, al conocer la historia, varios exjugadores de Las Palmas han mostrado su malestar durante las últimas semanas por lo que consideran una desconsideración hacia una leyenda de la entidad.

Brindisi, al margen, prefiere pasar página y animar desde la distancia a la Unión Deportiva, equipo en el que percibe una mejoría tras el cambio en el banquillo. Los partidos contra la Real Sociedad y el Valencia, al menos, le han hecho recuperar la ilusión por Las Palmas.

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