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UD Las Palmas La contracrónica (13a jornada)

Javi Varas, una araña en el infierno

El meta de la UD, con cuatro intervenciones de oro, se doctora en el bombardeo del Dépor

Varas saca una mano prodigiosa tras un remate de Bergantiños, ante Dani Castellano, Vicente Gómez y Momo. Quique Curbelo

El gigante de los guantes de acero. Varas, una araña en la tormenta de pólvora deportivista. La actuación portentosa del meta de la UD, con cuatro intervenciones de oro, conforma la única nota positiva de la séptima derrota -la tercera en el partenón de Siete Palmas tras sucumbir ante Rayo (0-1) y Eibar (0-2)-. La magia y el glamour de Mestalla se quedó en Valencia. La UD de Setién fue un sello plano, carente de verticalidad y solo completó 5 tiros.

Fue la crónica de la nada. El ocaso del 'plan a' -el boceto inicial de Setién que tumbó a la Real Sociedad y maravilló en el teatro de horchata ante los de Nuno- y la escenificación de la alarmante falta de ideas tras el primer zarpazo con el autogol de Simón (minuto 19).

La estética y la magia del libreto de Setién saltaron anoche por los aires en los primeros 45 minutos con solo dos tiros a la portería de Lux. 0-1 y la sensación de un vacío existencial. Primera gatillazo de la nueva era en el partenón de Siete Palmas.

La UD de los poetas recibió los primeros tantos en Siete Palmas -Villarreal y Real se fueron sin marcar- y sucumbió al pragmatismo del técnico del bloque gallego Víctor Sánchez. Una propuesta fría como el hielo, contundente que se fundamentó en las cabalgadas del diablo Lucas Pérez y de un torpedo como Jonathan Rodríguez. La acción del 0-1 fue la fotocopia más macabra. La desactivación de un sistema barroco, que hizo aguas a los 19 minutos tras una imprecisión. La velocidad del diablo Lucas resultó un jaque mate. Pedro Bigas y Dani Castellano no lograron frenar a la bestia del Dépor que completó un centro repleto de veneno al corazón del área del meta Javi Varas. Cani y Simón, que finalmente empujó el balón al fondo de la red, arrollaron al portero amarillo. La imagen de la desolación para el arquero sevillano. Un mazazo para una UD artística, que tuvo que ponerse de rodillas ante las embestidas gallegas.

Reflejos y elasticidad

Con el viento a favor, el Dépor diseñó el guión perfecto. Víctor le ganó la partida a Setién en ese pulso táctico. Robo y presión, las armas del Dépor. Un corte de Aythami Artiles ante una cabalgada de Lucas Pérez dejó claro sobre el verde que cada pecado sería mortal. En esa contienda espesa, de poco toque, y en el que la posesión carecía de importancia (la UD terminó con 66,9 por el dato de 33,1% del rival).

En ese bosque de músculo e imprecisiones,los amarillos acabaron con solo 5 tiros al arco de Lux. Las 18 de Mestalla forman parte del olvido más miserable. La UD no logró encontrar su juego de salón.

En esa fase de dudas, la defensa amarilla tembló más de lo normal. Pérdidas, imprecisiones...Del minuto 30 al 45 fue una pesadilla. Todo cambió al inicio del segundo tiempo. Pero los de Setién se rearmaron y un pase atrás de Vicente encontró la carrera de Dani Castellano. El tiro en la frontal de Tana fue atrapado por el portero Lux. El guardameta del Dépor se puso celoso de la notable actuación de Varas y comenzó a dejar destellos de su grandeza. Su gran campaña ha relegado al grancanario Fabricio -que ha salido de una lesión- al silencio del banquillo.

Y se agigantó la figura de Varas. Tras tocar el balón en el poste, el meta lució sus reflejos ante un remate de Bergantiños. La sombra de la araña de Sevilla se hizo milenaria. No había manera de perforar el arco grancanario. Una serenidad que chocó con una retaguardia de chocolate. El uruguayo Jonathan Rodríguez, algo escorado, malogró la segunda ocasión más clara del Dépor

El gladiador Roque tomó partido con una respuesta inmediata pero se alcanzó el descanso. Oxígeno puro. Javi Varas había recibido un tanto pero dejó una estirada felina. Una joya para la videoteca de la mejor liga del mundo. Ya en el segundo acto, un tiro cruzado de Momo dio el pistoletazo de salida. Comenzaba la fiesta. Pero no sería del glamour y de la exhibición barroca como en Mestalla, era el festival Varas.

En el minuto 46, un misil de Jonathan Rodríguez lo desbarató la araña amarilla con maestría. Y en el 68, la del partido. Lucas Pérez, a bocajarro, tras un quiebro, se estrelló en los guantes del portero local. Ovación para el santo de Siete Palmas. La UD comenzaba a creer en el empate. Se estaba alineando todos los astros y Varas estaba desatado. Fue su partido. El día de la 'V'.

Un golpe seco de Aythami Artiles a Lucas Pérez dejó al pistolero gallego 'ko'. El káiser, que empezó como un toro, se empleó a fondo para dinamitar el ataque salvaje del Dépor. Valían todas las armas porque la batalla estaba a mil grados centígrados. Un despiste de Simón, que acabó lesionado, forzó otro uno contra uno que paró el amarillo.

En el minuto 75, con la UD a tumba abierta, el extremo Luisinho completó un tiro despiadado pero lo atajó Varas. Ni Bergantiños, Jonathan Rodríguez, Lucas Pérez o Luisinho pudieron con la araña. El gran día de la 'V'. Con 11 partidos de amarillo (911 minutos) ha recibido 14 dianas. Pero ayer se ganó el favor de la grada del Gran Canaria. Aclamado, fue la estrella de la fiesta del reencuentro frustrado de Valerón -se quedó en el banquillo- y Manuel Pablo -fuera de la lista-. Un torrente de reflejos ante el bombardeo de uranio. Un superhéroe bajo palos que conquistó el alma de la grada.

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