El futbolista Quique Setién, con la camiseta del Racing de Santander y a punto de cumplir los 37 años, recibe en la frontal del área. Está en El Molinón y el partido acaba de comenzar. Es uno de los clásicos del norte de España. No es un derbi autonómico, pero como si lo fuera. Mediocentro con mucho talento y experiencia, suelta un disparo raso que entra pegado al palo derecho de Ablanedo. Gol. 0-1.
O eso pensaban Quique Setién y los suyos cuando inician la carrera para celebrar el gol. Y es que el balón, que entró dentro de los tres palos, dio en la valla publicitaria ya que había un agujero demasiado grande en la red. La afición visitante festejaba y la local enmudecía, pero Ablanedo, el más listo de la clase, recogió el balón y se dispuso a sacar de portería, como si nada hubiera ocurrido. El árbitro Rubio Valdivieso, ante la sorpresa de los jugadores visitantes, y hasta de los del Sporting, señala saque de portería. Siguió el 0-0.
Con ese tan extraño guión comenzó el último partido de Quique Setién como futbolista en El Molinón. Y él lo recuerda siempre como el de su último gol en Primera División aunque no subiera al marcador. Su equipo lo pagó ya que poco después marcó el primer tanto para los locales Lediakhov y, aunque poco después empató Alberto, Julio Salinas hizo el segundo antes del descanso y el Sporting acabó llevándose la victoria por un contundente pero engañoso 4-2.
"Un gol fantasma para la polémica y el debate", titulaba días más tarde el diario 'ABC', que ponía sobre la mesa la eterna discusión: "El reglamento no permite la repetición por errores técnicos", indicaba. Y es que el Racing, que iba colista, solicitó la repetición del partido ante semejante escándalo, pero la reclamación no surtió efecto.
Desde entonces Quique Setién ha visitado varias veces El Molinón, pero nunca en Primera División, como lo hará mañana domingo. Y es que el ahora técnico de la UD Las Palmas jugó después en el Levante de Segunda B y en el banquillo también pisó el feudo del Sporting a los mandos del Lugo.
