La Provincia - Diario de Las Palmas

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La descomposición del ideario barroco

Con un 67% de posesión, la UD se desmorona tras la entrada de Culio por Roque en un final caótico

Tana completa el disparo desde la frontal, ante el marcador central Mere (28). LA OTRA AGENCIA / LOF

Del caviar al pánico. Las latitudes del régimen de seda de Setién. De la esperanza a la pesadilla. La exhibición de Mestalla, con una lección de poderío estético, ha durado dos semanas. La UD terminó de rodillas en el infierno de sidra dos jornadas después de bailar al poderoso Valencia. El Molinón, el cementerio del verso. Los amarillos, en inferioridad numérica desde el minuto 70 y con las bajas de Pedro Bigas, Wakaso, Ángel, Alcaraz y David García, fueron arrollados por la propuesta vigorosa del Sporting que coronó el olfato del trigoleador Sanabria.

El bloque isleño recibió la segunda puñalada directa al corazón de este curso en el planeta de la fama. La primera fue en el Coliseum, un (4-0) sin honor, que le costó el cargo a Herrera ante el Getafe. Ayer, saltó por los aires la propuesta mágica de Setién, que perdió al zaguero Aythami Artiles por doble amarilla y se fue derritiendo. Con diez, se desmoronó un escudo de mandíbula frágil.

Minuto 70: la debacle

Veinte minutos finales infames pesaron como una losa. La película más terrorífica. El hundimiento del galeón amarillo en la primera final presenta un torrente de pretextos. Ausencias, lesiones, contratiempos...Y la alarmante falta de un 'plan b'. Así como la sombra de dos cambios que no dieron con la tecla -antes de la roja al zaguero Aythami-. La entrada de Culio por Roque, lejos de aportar serenidad y aplomo, terminó por enredar el fútbol fluido de los isleños. El mito Valerón, que pisó el césped, ovacionado, por Tana, apenas pudo intervenir ante el acoso y nervio de las balas de Abelardo.

En estas seis jornadas con el expreparador del Lugo al mando, se han visto las dos etiquetas del régimen poético. La UD, en solo dos semanas, ha desterrado su esencia para firmar la página más negra de la nueva era -que contabiliza una victoria (ante la Real), dos empates (Villarreal y Valencia) y tres derrotas (Real Madrid, Dépor y Sporting) en la competición doméstica. A la que cabe añadir la victoria en Copa del Rey ante el bloque donostiarra.

¿Qué falló? ¿Dónde está la letra pequeña del ciclo de luz? La baja de Bigas resultó fatal. El primer partido sin el zaguero balear -estará seis de baja por un esguince de rodilla- empequeñeció la figura de Aythami Artiles. El de Arguineguín completó la actuación más gris de la temporada. Desacertado, se vio obligado a recoger un 'regalo' maldito de Culio en la medular. Un balón caliente, que forzó su adiós y el inicio del fin. Estaba fuera de su zona de operaciones, cansado de la lucha, y causa baja ante el Betis este sábado. Además, regresará a la competición apercibido. Más problemas para Setién.

En la primera amonestación, se empleó con excesiva dureza ante Ndi (40'). Arrastraba molestias, no vale como pasaporte para evitar el purgatorio pero no fue su día. Quizás establecer lazos con Garrido (pareja inédita) exige más tiempo, más kilómetros en esta lucha contra todos los elementos por la gloria.

El ex de la Real, Lazio o Manchester City repitió de central. El precedente en Copa dejó más sombras que luces, y ante Sanabria y Jony no logró despejar las dudas. Capaz de lo mejor y lo peor, firmó cortes imposibles pero siempre a remolque. Como la UD, nerviosa y tímida en labores de contención, con la versión más humana de Vicente, los amarillos agonizaron en la primera línea. Varas, que falló en el 1-0, fue el único que despertó ante el caos y sacó dos manos portentosas. Como último elemento para el juicio macabro, David Simón, lastimado, -lleva unos días entre algodones por una lumbalgia-, está a años luz de su condición de pulmón de acero.

Con este panorama desolador, el cuadro amarillo mostró personalidad y gobernó el encuentro con un 67,3% de posesión. Completó siete lanzamientos a portería y un gol. El misil de Nabil que equilibró la contienda en el primer acto. Fuegos de artificio. Los de Abelardo terminaron con un 32, 7% de pelota y 9 disparos: traducidos en tres dianas.

Marcó la diferencia, una vez más, como ante Dépor, Eibar... la efectividad enemiga. La falta de pólvora condena a una UD que se manifiesta inoperante a la hora de dar con una 'fórmula b'. Un plan alternativo, que cuando tengas cinco bajas, y una retaguardia en llamas, te permita dirigir la película a tu antojo.

El tanto de Nabil El Zhar, tras un gran centro de Garrido desde la izquierda, cambió el guión de un duelo de alto voltaje. Fue un canto a la esperanza en el 38. Los amarillos completaron un primer acto convincente, salvo por esos errores puntuales en el jardín de Varas, pero que valen para engordar un libro de estilo incuestionable. El estratega Setién quiere morir de pie. Los primeros compases del segundo acto se completaron sin sustos.

Araujo, sin su etiqueta incisiva, se convierte en un pistolero inofensivo. Sin pólvora, el ideario de Setién se transforma en una broma. En un baile de posesión horizontal. La crueldad se cebó con la UD, a la lesión de Bigas llegó la roja a Aythami Artiles. Sin un solo central válido para la causa, el técnico tuvo que experimentar con Vicente-Garrido. Hernán también tuvo que ayudar como fórmula de emergencia. La entrada de Culio no aportó petróleo y los amarillos fueron aplastados por el nervio local. Un drama.

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