Osasuna, en 2008. El Málaga CF, un año después. Zaragoza y Sporting, en 2010. El curso siguiente repitió el Zaragoza. En 2012, el RCD Espanyol. Y la temporada pasada, Elche CF y Deportivo de La Coruña. Todos esos equipos, atrapados todos en circunstancias similares, presentaron en su momento números y angustias casi idénticas a las que sufre ahora la Unión Deportiva Las Palmas en la clasificación -sumaban 10 puntos o menos y ocupaban plaza de descenso-. Y todos, sin excepción, al final de cada curso certificaron la permanencia en Primera División. A esos hechos, precedentes consumados, se encadena el equipo amarillo para encarar y superar la delicada situación en la que ha encallado tras la derrota del domingo en El Molinón ante el Sporting: colista con 10 puntos.
Consumido algo más de un tercio del curso, en la UD -de momento- las cuentas no cuadran. Si la salvación en la élite se cifra en la suma de 42 puntos, el conjunto que entrena Quique Setién anda lejos de cumplir con éxito esa progresión aritmética. A este ritmo, la proyección del representativo grancanario se va hasta unos raquíticos 27 puntos. Pero por fortuna para Las Palmas, ni el fútbol se resuelve con un ejercicio matemático ni hay mal que cien años dure. En el ambiente aún se percibe cierto aroma de mejoría tras el relevo en el banquillo -destitución de Paco Herrera y elección del técnico cántabro como sustituto- y en el horizonte, para alimentar la esperanza amarilla, aparecen varias posibilidades -recuperar lesionados y el mercado de invierno- que permitirían elevar el nivel del equipo.
Si el futuro promete alternativas, el pasado recuerda relatos de redención. Un repaso a la historia reciente de la Liga sirve para recuperar casos similares a los que sufre la UD en la actualidad y que acabaron con un final feliz. Y, para eso, no hace falta remontarse muy lejos. En la campaña 2008-09, Osasuna era colista tras la disputa de las primera 14 jornadas del campeonato tras haber sumado sólo nueve puntos. Aquel equipo, que empezó el curso con Ziganda como entrenador y acabó con Camacho en el banquillo, cerró el año lejos de cualquier apuro: decimoquinto en la clasificación tras acumular 43 puntos -en 24 encuentros reunió 34 puntos-.
Ejemplos a seguir
Más apuros que Osasuna pasó el Málaga CF durante el ejercicio 2009-10. En la jornada 14 era penúltimo con ocho puntos. Pese a ese mal arranque, en el club de la Costa del Sol se mantuvo en pie la confianza en el trabajo del técnico de turno: Juan Ramón López Muñiz, entrenador que Nico Rodríguez quiso contratar para la UD en verano de 2014 y -meses después- para sustituir a Paco Herrera tras la derrota en Butarque ante el CD Leganés- y que a final de temporada regateó a la amenaza del descenso con una cuenta exigua -37 puntos-, pero que resultó suficiente para asegurar la permanencia.
En la siguiente temporada, dos fueron los equipos que estaban tan mal como Las Palmas a estas alturas de la película y que al final escaparon de la quema: el Real Zaragoza, colista con nueve puntos, y el Sporting de Gijón -decimoctavo- con 10 puntos. El conjunto maño empezó el año con José Aurelio Gay como entrenador y, consumidas once jornadas, optó por un relevo en el banquillo que al final resultó decisivo: despidió al técnico madrileño y contrató a Javier Aguirre. El resultado fue más que óptimo: en 24 partidos, el Real Zaragoza sumó 36 puntos -hasta alcanzar los 45- y acabó lejos de la quema -decimocuarto-. En el Sporting, pese al mal inicio, nadie osó a discutir aquel curso a Manolo Preciado, que llevó al cuadro rojiblanco hasta la décima posición en la tabla en la semana 38 de competición tras acumular 47 puntos en total -y asaltar, entre otros campos, el Bernabéu y enterrar las opciones para ser campeón del Real Madrid-.
El Real Zaragoza repitió remontada un año después. Aguirre empezó el ejercicio 2011-12 sentado en el banquillo de La Romareda, pero en la jornada 16 fue relevado por Manolo Jiménez. Antes de ese cambio, en la semana 14 de la campaña, el equipo aragonés era penúltimo con los mismos puntos que suma ahora la Unión Deportiva (10). 24 partidos después, y tras las incorporaciones de futbolistas como Apoño o Aranda, el conjunto maño estaba fuera de peligro: 43 puntos y decimosexto en la clasificación.
Un calco a lo que sufre ahora Las Palmas lo superó el RCD Espanyol en la temporada 2012-13. Era colista tras ganar 10 de los 42 puntos que se habían disputado. Ese mal comienzo puso de nuevo en escena a Javier Aguirre, el entrenador elegido por la entidad barcelonesa para salir del apuro. Y el técnico mexicano alcanzó el éxito: el conjunto perico se salvó tras sumar 34 puntos más -44 en total- y acampar en la decimotercera plaza a final de campaña.
El precedente más cercano en el tiempo ocurrió durante el ejercicio pasado. A estas alturas de la película, Deportivo de La Coruña y Elche CF tenían tantos problemas como Las Palmas para mantenerse en pie en Primera División. Y ambos lograron escapar de la quema -aunque el club ilicitano, al final, descendió en los despachos-. Los dos sumaban 10 puntos, pero los dos acabaron lejos de la zona de peligro. El Elche, que mantuvo a Francisco Escribá como entrenador, alcanzó la cifra de 41 puntos y fue decimotercero en las notas finales. El Dépor, con Víctor Sánchez en el banquillo -sustituyó a Víctor Fernández-, sumó 36 y acabó decimosexto.
