A la Unión Deportiva Las Palmas, desde hace años, se la reconoce a la legua. Desde tiempos inmemoriales, salvo en algún verso perdido, al conjunto amarillo le ha gustado jugar al fútbol con la pelota al pie, que todo transcurriera entre toque y toque, hasta con cierta parsimonia y que la acción no se levantara un palmo del césped. Ese carácter tan marcado, en algunas ocasiones, le ha generado algún problema: en el estilo, a veces, ha llevado el castigo. Y esa idea, la de controlar cada partido a través de la posesión del esférico, ahora mismo se ha convertido en una especie de jeroglífico por descifrar. Tanto que el cuadro que entrena Quique Setién es, de entre los cinco grandes campeonatos de Europa -Liga, Premier League, Bundesliga, Calcio y Ligue 1-, uno de los equipos que mejor esconde el balón -lo tiene durante el 52,1% del tiempo-, pero de los que peor pegada presenta -11,2 tiros a puerta por partido- y de los que menos goles marca -11-.
La Unión Deportiva, como la Colombia del Mundial 94, está atrapada en la horizontalidad. De aquel combinado cafetero que manufacturó Pacho Maturana y se presentó a la cita de Estados Unidos como favorito se apuntaba, con cierta sorna, que sería campeón de todo si al fútbol se jugara sin porterías. Y al equipo de Setién, a este ritmo, por juego desplegado y productividad en los resultados, le empieza a pesar en la mochila ese mismo sambenito. Pocos rivales, en lo que va de curso, le discuten la posesión de la pelota pero la efectividad del representativo grancanario es relativa: es colista de Primera División, tras haber sumado sólo 10 puntos en 14 jornadas y después de haber celebrado sólo once dianas en su regreso a la élite.
Un dato subraya la tendencia última de Las Palmas por intentar mandar a través de tener el balón. En los últimos cuatro partidos oficiales que ha disputado, siempre ha superado al adversario de turno en materia de posesión. La racha arrancó en una plaza grande: en Mestalla, ante un Valencia CF en caída libre con Nuno aún al mando, el conjunto amarillo rascó un empate (1-1) tras bailar a un contrincante de máximo nivel -Liga de Campeones-. Aquella noche, la Unión Deportiva se quedó con la pelota durante el 62% del tiempo efectivo de juego. Esa dinámica se proyectó en las dos siguientes jornadas de Liga, citas resueltas con dos derrotas para el cuadro de Setién y con los mismos guarismos en este aspecto estadísticos del juego: tanto ante el Deportivo como frente al Sporting, la UD tuvo el esférico durante un 67% del tiempo efectivo del duelo. En Copa del Rey, contra la Real, el dato bajó unos cuantos puntos: hasta el 54%.
En la Liga, sólo cuatro equipos mejoran los números de la Unión Deportiva en cuanto a posesión: Barça (61,1%), RC Celta de Vigo (57,2%), Real Madrid (55,9%) y Rayo Vallecano (54,7%). En Europa, el mejor es el Bayern de Múnich que dirige Pep Guardiola (66,9%). Y por debajo del equipo que entrena Setién, en esta materia, sobresalen grandes del Viejo Continente como Everton (51,4%), Atlético de Madrid (51,4%), Hamburgo (49,8%) o AC Milan (49,4%).
El termómetro, a la hora de analizar a Las Palmas, registra una bajada de temperatura en el ejercicio de merodear el área rival. A la hora de computar chuts contra la portería contraria, el conjunto amarillo ocupa la posición 70 de los 98 equipos que compiten en las cinco mejores ligas de Europa. El representativo grancanario presenta una media de 11,2 tiros por encuentro, una marca que en España sólo supera los números de Getafe CF, Sporting, Valencia CF, SD Eibar, RCD Espanyol y Villarreal CF. La efectividad a la hora de marcar muestra peores síntomas para la UD, que en 14 jornadas sólo ha celebrado 11 dianas, una cifra que en la Liga sólo empeora el Málaga CF -siete tantos-.
El diagnóstico de la Unión Deportiva Las Palmas, a estas alturas de la película, es claro: mucho toque y poca pegada.
