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Antecedentes en la competición del 'ko'

Un idilio olvidado

Desde 1997 la UD solo ha pasado de dieciseisavos de la Copa en una ocasión - En los años 70 y 80 era un asiduo de las rondas finales

Un idilio olvidado

La relación entre la UD Las Palmas y la Copa del Rey se ha roto. Y ya lleva así muchos años. De llegar de manera asidua a las rondas finales a comienzos de los 80 y en los años 70, cuando llegó a ser subcampeón, a un largo período de sequía que apenas se ha visto interrumpido. El currículum del club insular en la competición del k.o. es fiel reflejo de los picos y las penas en la historia del club. Y es que en los últimos 18 años solo ha logrado pasar de dieciseisavos de final -eliminatoria que intentará superar hoy ante la Real Sociedad- en una ocasión. Fue en una edición reciente y bien recordada por los aficionados más jóvenes, en la 2012-13, la primera temporada de Sergio Lobera, en la que los amarillos eliminaron al Rayo Vallecano, un Primera División, y cayeron en octavos ante el Betis, entonces también en la máxima categoría.

La línea la marca la que es precisamente una de las mayores hazañas en la vida de la entidad: la semifinal de Copa de la temporada 1996-97, cuando los insulares, recién ascendidos a Segunda División, se cargaron a Jaén, Almería, Valencia y Espanyol para retar al Barcelona de Ronaldo, Stoichkov, Pep Guardiola y Luis Enrique, equipo entonces entrenado por Bobby Robson.

Un capítulo subrayado

Pocas alegrías ha dado desde entonces esta competición, propensa a sonrisas pasajeras, a un postre muy dulce que tapa en ocasiones una comida triste y fría. Un consuelo al fin y al cabo. Y es que eso es lo que ha tenido que buscar la UD Las Palmas en Copa del Rey desde principio de los 90, cuando su hundimiento a Segunda B le convirtió en un club cazador de sorpresas. Antes tenía el rol de equipo grande, de conjunto consolidado en Primera y le tocaba evitar ser el cazado, el humillado por un rival de menor categoría. Y solía evitarlo tanto que en siete años se llevó a la boca una semifinal y una final que acabó con un sabor amargo pero que previamente provocó momentos de una enorme satisfacción.

Vivían los amarillos los mejores años de su historia y en la Copa del Rey se comportaban como tal. Así, una de las páginas más brillantes en el libro del club se escribió en la edición de 1977-78, cuando los amarillos dejaron atrás a Sporting, Atlético de Madrid y Cádiz, entre otros, y cayó en la cita definitiva otra vez con el Barcelona.

El conjunto culé, que se acostumbró a ser el verdugo, frenó de nuevo a los insulares en las semifinales de la 1983-84. Ahora, con los grandes con más facilidades para llegar lejos, a la UD le toca encontrar una rendija por la que colarse y encontrar el dulce. Anoeta invita a reconciliar un divorcio que dura demasiado.

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