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El forastero más cándido

La UD se convierte en el peor visitante de la 'liga de las estrellas' - Dos puntos de 24 en juego, el bagaje - Ha encajado 18 goles y cuenta con siete lejos de la Isla

El forastero más cándido

Un millón de kilómetros y dos puntos. El 'síndrome del aeropuerto' se ha convertido en la guillotina de la UD. Una tortura medieval. Los amarillos, con dos empates, en Balaídos ante el Celta de Vigo (3-3), y Mestalla, ante el Valencia (1-1), son el peor visitante de Primera. Empatados con el Getafe, los isleños aún no se han estrenado y ya lucen en su casillero seis derrotas lejos de la Isla.

Con siete goles a favor y 18 en contra, el bloque grancanario es junto a los azulones y Sevilla, los únicos tres ejércitos que aún no saben lo que es ganar en la máxima categoría con el rol de visitante. Hay que remontarse a diciembre del 2001, en el catalogado como 'derbi del apagón' ante el CD Tenerife en el Heliodoro, para saborear el último capítulo de gloria lejos de Gran Canaria. Catorce años después, la pesadilla se estira como mínimo al próximo 3 de enero (fecha del pulso ante el Athletic en San Mamés).

En aquel choque, en ese 22 de diciembre, Tevenet, Josico y el portero Nacho González lograron los tantos amarillos para liquidar al ogro del Teide (1-3). A los de Setién les resta esa última salida (18ª jornada) para dar por concluida la primera vuelta. Y será de alto riesgo ante el Athletic de Bilbao de Valverde en el remodelado San Mamés. La UD ganó por última vez en La Catedral en la 6ª jornada del curso 2000-01. Era un 22 de octubre del 2000, y Guayre, Álvaro y Josico se disfrazaron de héroes en un triunfo mágico (0-3). Que puso de pie el templo bilbaíno con una ovación que hizo historia.

Tres puñaladas al corazón

Son crueles los resbalones ante rivales directos como el acontecido ante Getafe (4-0), Sporting de Gijón (3-1) y ahora el del Espanyol (1-0). Los dos primeros bofetones ponen en riesgo el 'gol average' y exigen dos recitales en Siete Palmas. En el caso de los periquitos, fue producto de un segundo acto carente de chispa.

Compensa el triste papel foráneo, la solidez en Siete Palmas. La UD es el 12º mejor conjunto de la mejor competición del mundo como local. Con 11 puntos, ha logrado triturar al Sevilla (2-0), Real Sociedad (2-0) y Real Betis (1-0). Además, empató con Levante (0-0) y Villarreal (0-0) en el partenón amarillo.

Restan tres jornadas para el término de la competición ante Granada (30 de diciembre, en el Gran Canaria), Athletic (3 de enero, San Mamés) y Málaga (10 de enero en el templo isleño). Los de Setién están obligados a sumar las dos victorias como local para dejar en 19 el bagaje total de unidades. De esta manera, alcanzarían el ecuador con una cifra interesante. Si clonan la progresión acabarían con 38, una cifra que asegura el billete de la permanencia. Pero antes, es preciso curar la maldición foránea, una patología diabólica que amenaza a la galaxia amarilla. Y Bilbao, es la próxima parada.

En el estreno en Cornellà, en el primer partido oficial de la UD en un escenario de vanguardia, faltó mordiente y acierto en los metros finales ante un rival sin chispa. Solo la energía de Hernán Pérez y la potencia de Caicedo desataron el pánico.

La propuesta de seda de Setién, en plena de fase de madurez, no puede permitirse más deslices.

En el lado positivo, el excelente nivel de Vicente Gómez. Un arquitecto total, el renacentista de gofio, que se ha convertido en el exponente de criterio para un aspirante al olimpo. A la caza de la salvación, no valen más patinazos como visitante. Toca revertir la historia e iniciar el despegue. Tras el parón navideño, San Mamés exige un estallido de rabia.

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