Oblak; Juanfran, Godín, Giménez y Filipe Luis. Los niños que van vestidos de rojiblanco al Calderón recitan, de memoria, esos cinco nombres porque saben que por ahí, a partir de ese credo, el Atlético del Cholo Simeone se ha convertido en una máquina de triturar rivales. La defensa -con su portero- aparece como la piedra angular del nuevo proyecto colchonero: un equipo que lidera la Liga, está en cuartos de final de la Copa del Rey y ha plantado los dos pies en los octavos de la Liga de Campeones.
Para entender cómo el Atlético le planta cara a dos cocos como el FC Barcelona y el Real Madrid hay que detenerse en su línea de retaguardia. No hay, entre todos los campeonatos del Viejo Continente, una defensa que presente una rentabilidad tan alta como la del conjunto rojiblanco.
En la Liga, competición en la que ocupa la primera posición con 44 puntos sumados en 19 encuentros, el próximo rival de la UD Las Palmas (17.15 horas, Canal+Liga/Abonado Fútbol) sólo ha encajado ocho goles -cifra que se reduce hasta los tres cuando ha jugado como visitante-. Con esos números, pocos adversarios han sido capaces de plantarle cara a un conjunto que sólo ha perdido tres encuentros: ante Barça, Villarreal CF y Málaga CF.
Solidez
La última figura del entramado defensivo, red de seguridad tejida por Simeone para sostener al Atlético, que se topan los delantero rivales es Jan Oblak. El portero eslovaco, tras superar problemas de adaptación en su primer año en la ribera del Manzanares, ha logrado algo que hace poco parecía imposible al Sur de Madrid: hace olvidar a Thibaut Courtois.
Con 23 años recién cumplidos, Oblak sobresale como uno de los porteros más sólidos del fútbol europeo. Bajo la protección del Cholo, cada semana ordena una defensa en la que manda un mariscal de campo de procedencia uruguaya: Diego Godín, posiblemente el mejor central del mundo y por el que han suspirado en los últimos cursos entrenadores como Pep Guardiola, Mourinho o Van Gaal para reforzar el Bayern, el Chelsea o el Manchester United.
Con Miranda, el otro central habitual en los últimos éxitos del Atlético de Madrid, enrolado en el Inter de Milán, Giménez -otro uruguayo- aprende el oficio de central junto a Godín sin parar de hablar al oído a los delanteros que se dejan caer por su zona -lo hace, asegura, para no perder la concentración-.
Y en los laterales, tras un año de ensayo y error con Siqueira por la banda izquierda, Simeone ha recuperado una fórmula perfecta: Juanfran y Filipe Luis.
